Seguramente hayas oído hablar del concepto de reserva fraccionaria, un pilar fundamental de la banca moderna, pero ¿sabes cómo funciona? En este artículo, vamos analizar este concepto y a desglosarlo para aprender el impacto que tiene en nuestras vidas.
La mayoría de las personas asume que cuando depositan dinero en un banco, ese dinero está guardado en una caja fuerte en alguna parte. Sin embargo, la realidad es bastante más compleja y se basa precisamente en este principio conocido como reserva fraccionaria.
Para manejar de forma correcta tus finanzas personales y decidir entre las diferentes opciones de ahorro o inversión, es fundamental entender cómo funciona el sistema monetario, ya que esto te permitirá estar preparado ante los posibles riesgos que están presentes en la economía.
¿Qué es la reserva fraccionaria?
La reserva fraccionaria es el mecanismo que permite a los bancos prestar más dinero del que tienen en depósito. De hecho, es precisamente este sistema el que permite que la economía funcione tal como lo hace.
Los bancos son por lo general el lugar donde guardamos nuestro dinero. Por otra parte, esos mismos bancos utilizan ese dinero para prestarlo a otras personas. De hecho, ese ha sido de toda la vida el negocio propio del sector bancario, un servicio de custodia monetaria y la oferta de préstamos a cambio de intereses.
El sistema de reserva fraccionaria es lo que permite a los bancos prestar más dinero del que realmente tienen. Estas entidades están obligadas a mantener solo una fracción de los depósitos de sus clientes como reservas. El resto del dinero, pueden prestarlo.
Por esta razón, hay que tener en cuenta que este sistema también implica grandes riesgos. Si todos los clientes de un banco deciden retirar su dinero al mismo tiempo, el banco no tendría suficientes reservas para cubrir toda la demanda, algo que ya ha ocurrido en muchos países y que se conoce como «corralito».
Esta es la razón por la que en épocas de crisis financieras algunas Gobiernos limitan por Ley la posibilidad de retirar dinero de los cajeros y las cuentas bancarias.
¿Cómo funciona la reserva fraccionaria?
Como hemos comentado, cuando depositas dinero en un banco, una porción de ese dinero, conocida como ‘fracción de reserva’, se mantiene en el banco, mientras que el resto se presta a otras personas o empresas.
Para entender cómo funciona en la práctica, lo mejor es verlo con un ejemplo sencillo. Supongamos que depositas 1000€ en tu banco. Si la tasa de reserva es del 10%, el banco mantendrá 100€ y podrá prestar los restantes 900€.
El dinero prestado se deposita en otros bancos, y el proceso se repite. De esta forma, en este segundo ciclo, 900€ se convierten en 810€ y así sucesivamente, creando un efecto multiplicador en la economía.
Este proceso es esencial para la economía porque permite que el dinero se mantenga en movimiento. No obstante, el efecto multiplicador y el abandono del patrón oro, han hecho que la gran mayoría del papel moneda que está en circulación o que figura en apuntes contables no esté respaldado por nada material.
Esa también es la razón por la que en términos económicos, hoy en día las monedas nacionales son puramente dinero fiduciario, ya que realmente no representan ningún bien material, solo una promesa de intercambio que está respaldada por la fe y por supuesto por la Ley.
¿Qué es un crédito fraccionario?
Teniendo en cuenta los conceptos analizados hasta ahora, seguro que ya puedes ver con claridad que un crédito fraccionario es un tipo de préstamo que se otorga a partir de un porcentaje del dinero que los bancos tienen en depósito.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el dinero prestado no desaparece de la cuenta de origen. El banco sigue considerándolo como un pasivo y debe estar preparado para atender las solicitudes de retiro de los depositantes en cualquier momento, aunque como hemos visto, puede haber problemas si dichas solicitudes son muy altas debido a una época de incertidumbre económica.
El crédito fraccionario es por tanto una herramienta del sistema económico, ya que permite que los bancos actúen como intermediarios entre los ahorradores y los solicitantes de préstamos, lo que a su vez facilita la circulación del dinero y el acceso a financiación para proyectos empresariales y necesidades personales.
¿Qué es un sistema de encaje fraccionario?
El sistema de encaje fraccionario es la regulación que establece el porcentaje de reserva que los bancos deben mantener en relación con los depósitos recibidos, lo que en principio equilibra la capacidad de los bancos para prestar dinero con la necesidad de mantener suficientes fondos para cubrir las necesidades de los depositantes.
Por tanto, se trata de un mecanismo para mantener la estabilidad financiera y regular la oferta monetaria. Al establecer un porcentaje de reserva, se busca evitar situaciones en las que los bancos presten en exceso y no puedan cumplir con las solicitudes de retiro habituales de sus clientes.
Al reducir el encaje fraccionario, se estimula la disponibilidad de crédito y el crecimiento económico. Por el contrario, aumentar el encaje fraccionario puede ayudar a frenar la inflación y controlar el riesgo financiero.
¿Cómo favorece la reserva fraccionaria el desempeño de la actividad bancaria?
La reserva fraccionaria puede considerarse en este modelo económico, como la columna vertebral de la actividad bancaria. De hecho, este sistema ofrece a los bancos la capacidad de generar una gran cantidad de ingresos a través de los intereses.
También, permite a los bancos satisfacer la demanda de crédito. Muchas personas y empresas dependen de los préstamos para financiar sus necesidades de consumo, como la compra de una casa o de un local comercial. Al tener la posibilidad de prestar más dinero del que tienen en depósito, los bancos tienen una mayor capacidad para ofrecer préstamos con condiciones accesibles.
De hecho, aunque esto suene un poco raro, es un aspecto esencial de cómo funciona nuestra economía. Cuando un banco otorga un préstamo, no está entregando dinero que ya existía, sino que está creando nuevo dinero. Un dinero adicional que sobre el papel impulsa el gasto y la inversión, lo que a su vez puede estimular la economía.