Cómo proteger los ahorros en épocas de crisis

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Introducción

La economía se mueve por ciclos. No importa quien gobierne, siempre habrá épocas en las que la riqueza de un país aumente y otras en las que la capacidad adquisitiva y con ella los ahorros de la población disminuya. Desde luego que malas decisiones por parte de las personas que obstentan cargos relevantes pueden agravar o suavizar las consecuencias de los ciclos económicos, pero tenemos que ser conscientes de que estos existen.

Según Keynes, quien es el precursor del modelo actual de endeudamiento por parte de los Estados para combatir las épocas de recesión y crisis, los ciclos económicos son inevitables. Esto quiere decir que no importa lo bien que vaya una determinada economía, siempre llegará un punto en el que esa acumulación de riqueza llegue a un límite, y comience un período de recesión o decrecimiento.

Partiendo de esta base debemos saber como gestionar correctamente aquellos ahorros que tanto esfuerzo nos han costado conseguir. En este artículo se abordará el tema desde el punto de vista de un trabajador que puede ahorrar una pequeña cantidad de dinero cada mes y que quiere ver como ese dinero aumenta de valor (o al menos lo conserva) con el paso del tiempo.

Cómo proteger nuestro ahorros

Por normal general las personas reciben su salario en la moneda nacional del país donde viven. Una vez obtenido este dinero y deducidos los gastos necesarios para la vida y el ocio, nos quedaría la cantidad dedicada potencialmente al ahorro y la inversión. Es ahora cuando esa cantidad, sin importar si es uno o mil euros al mes, se debe administrar correctamente.

Lo mejor es diversificar entre las distintas posibilidades de inversión que por sus características más seguridad dan para conservar o aumentar el valor de tus ahorros a largo plazo. Por supuesto esta recomendación no es precisa para cada inversor y siempre el lector deberá hacer su debida diligencia o consultar con su asesor financiero antes de tomar una decisión de inversión para con su capital.

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Metales preciosos

La primera opción serían los metales preciosos, donde el Oro sería el principal activo de refugio de valor. El oro lleva siendo utilizado por más de 5000 años. su valor intrínseco está fuera de toda duda. Por ello, independientemente de la época y de su cotización, si tenemos riqueza respaldada en oro, tendremos la garantía de tener guardado a buen recaudo nuestro capital.

Los inversores saben de esta característica y por eso en épocas de crisis cuando los mercados accionarios tienden a caer, los metales preciosos se ven reforzados y se cotizan con importantes movimientos alcistas. Además del oro otros metales preciosos como la plata, el platino o el paladio son muy interesantes para depositar dinero a largo plazo.

Oro físico vs Oro en derivados

Una vez nos hemos decidido a refugiar parte de nuestro capital de ahorro en oro, tenemos que estudiar que instrumento financiero vamos a utilizar para comprarlo y almacenarlo. Lo mejor y más recomendable es tener el oro físico, ya que podemos disponer de él con total garantía y en cualquier momento. No obstante el precio de transportar oro es bastante elevado, por lo que a la hora de realizar transacciones comerciales o adquisición de productos y/o servicios en un mundo globalizado no sería muy eficiente.

Aunque siempre será recomendable conservar algo de oro físico, a la hora de hacer una inversión podemos plantearnos utilizar algún producto derivado que se cotice en oro. Con los productos derivados a través de un broker, tendremos una comisión muy pequeña y además tendremos la posibilidad de comerciar con ese derivado en cualquier parte del mundo. Dentro de los productos ofrecidos por las instituciones financieras cotizados en oro los más recomendables son los ETFs de réplica física, ya que en ellos si que se adquiere el oro como tal, mientras que en otros productos derivados solo se especula con su precio sin la posesión real del material.

Bonos del Estado

Los bonos del Estado son otro activo que es fortalece cuando los mercados accionarios tienden a la baja. En algunos casos incluso los inversores aceptan intereses negativos con tal de sentir que su dinero está respaldado por un Estado, ya que las pérdidas que pueden suponer permanecer en el mercado accionario pueden ser mucho mayores. Los bonos del Estado se caracterizan por ser a muy largo plazo y con unos intereses no muy altos. Son un activo de inversión muy estable y es precisamente esa estabilidad la que los hace atractiva en épocas de crisis. En especial los bonos de Estados Unidos y de Alemania son muy atractivos porque hoy en día se consideran libres de riesgo.

Criptomonedas

Las monedas digitales encabezadas por Bitcoin y basadas en la innovadora tecnología blockchain han dado un paso al frente y cada vez se posicionan de forma más seria como alternativa de refugio de valor. Es cierto que el precio de estos activos es muy volátil, pero conservan una tendencia alcista con el tiempo. Bitcoin es llamado el Oro 2.0 y Oro digital porque comparte ciertas características con el metal precioso y tiene todas las propiedades que debe tener el dinero.

El número de Bitcoin es limitado, solo habrá 21 millones de monedas y no podrán existir más. Además Bitcoin es divisible y también fácilmente portable. En los 10 años de vida de la moneda virtual su precio se ha multiplicado de manera exponencial dejando a muchos nuevos ricos por el camino. No obstante, antes de invertir en Bitcoin o en cualquier otra criptomoneda debemos estar bien informados de la tecnología en la que estamos depositando nuestros ahorros. Si el oro basa su potencial como refugio en su antigüedad y su valor como material, el Bitcoin y sobretodo su tecnología subyacente aún tienen que ser adoptadas de forma masiva por la sociedad.

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La especulación en un activo refugio

Ahora mismo el valor de Bitcoin y de las demás criptomonedas está dado mucho más por su especulación que por su utilización. Recordemos entonces el dicho que dice «a mayor riesgo mayor beneficio». El oro nos dará mas seguridad, pero nunca nos dará una rentabilidad tan alta como la que podemos obtener si compramos un Bitcoin hoy y lo vendemos dentro de 10 o 20 años. Entra por tanto de esta manera la apreciación de cada inversor y del riesgo que quiera correr. No obstante hay dos cosas muy importantes que se deben tener en cuenta. En primer lugar, de todas las criptomonedas, Bitcoin por su naturaleza es la única que se debe considerar para una inversión a muy largo plazo. Y en segundo lugar la cualidad de monedas limitadas hace de muchas criptomonedas un activo deflacionario.

Conclusión

De los tres activos mencionados en el artículo se podría sacar como conclusión que cada uno tiene sus propiedades especiales. El oro es el más antiguo, no depende de ningún Gobierno y tiene un valor como material más que contrastado. No nos haremos ricos invirtiendo en oro, pero tendremos la seguridad de que nuestros ahorros están seguros. Por su parte los Bonos del Estado si dependen de los Gobiernos y su rentabilidad no es muy alta. En el caso de Bitcoin se trata de un bien limitado, de gran rentabilidad pero de futuro aún incierto.

Afortunadamente el mercado nos ofrece diferentes posibilidades de proteger nuestros ahorros. Será decisión de cada inversor decidir cual le parece más apropiado según el capital disponible y sus preferencias políticas y económicas. Lo ideal sería tener un portafolio que vaya más allá de las opiniones personales. Un inversor debe buscar rentabilidad a largo plazo sin dejarse llevar por sus emociones. Tan importante es saber ganar dinero como saber como conservarlo.

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