¿Pueden ser reguladas las criptomonedas?
Introducción
Para saber si las criptomonedas pueden o no ser reguladas primero debemos tener claro que significa una regulación. Analizando las características de Bitcoin y las demás monedas digitales podemos entender si pueden estar sujetas a leyes internacionales.
En concepto, hablamos de regulación cuando se establecen leyes o normas sobre un determinado ámbito. En este caso cuando se establecen reglas de utilización para activos digitales que se van a usar como valores monetarios. El objetivo de la regulación es, por tanto, que se establezcan una serie de derechos y obligaciones. El fin sería que se garantice cierto control del uso de estos activos por la comunidad. Sería algo así como establecer unas reglas de juego para que los jugadores siguieran ciertas reglas. De no seguir las reglas, por tanto, esos jugadores pueden ser sancionados o incluso eliminados del juego.
¿Pueden entonces ser reguladas las criptomonedas?
La tecnología que ha hecho posible la existencia de Bitcoin y las criptomonedas es descentralizada. Esto hace que para ser reguladas haya que crear acuerdos internacionales. Cada país puede poner sus propias normas, leyes o prohibiciones, pero solo un acuerdo internacional podría regular el uso de las criptomonedas en todo el mundo. Esto pasa porque Bitcoin es un activo digital que se puede usar en cualquier parte del mundo. También se puede transferir a cualquier parte del mundo. No hay un servidor central ni un lugar concreto en el que estén depositados las criptomonedas. Están en todas partes y en ninguna a la vez, como el propio Internet.
Para hablar de regulación y de las posibilidad de que las criptomonedas sean reguladas debemos centrarnos en las características que ofrece Bitcoin. No en vano es la criptomoneda padre y el núcleo del mercado. Cualquier ley que afecte a Bitcoin también hará lo propio con el resto de cripto activos.
¿La tecnología de Bitcoin permite la regulación?
Siendo así hay que tener en cuenta que el protocolo de Bitcoin necesita de la aprobación casi unánime de la comunidad para llevar acabo alguna modificación. No es posible asignar privilegios a algún colectivo de usuarios dentro de una red global y descentralizada. De hecho precisamente el origen de Bitcoin se basa en crear un dinero libre que no pueda ser manipulado por ningún Gobierno o institución financiera, como si pasa con el dinero fiduciario.
Los gobiernos y la minería
Para que las criptomonedas sean controladas y reguladas por las instituciones debería darse el caso en el que estas tuvieran el control total sobre los equipos de minado. De esta forma podrían controlar las transacciones y la elaboración de los bloques. Afortunadamente, esto es casi imposible ya que todos los países tendrían que ponerse de acuerdo en dichas normas. En el momento en el que existiera competencia entre dos países por acumular más Bitcoin o existieran puntos de vista diferentes sobre como legalizar y permitir el uso de estos activos ya no sería posible una manipulación unánime del mercado. De hecho ya sucede que los distintos Gobiernos de los distintos países tienen diferencia de opiniones sobre las criptomonedas y diferentes impuestos. Una unión a nivel global para establecer el control y apoderarse de los sistemas de minado parece algo imposible.
Establecer leyes como para cualquier otra moneda
Si un país determinado quiere establecer normas para la regulación de las criptomonedas, lo podrá hacer al igual que con cualquier otro activo financiero. Se pueden establecer tasas, impuestos, prohibiciones, etcétera. Obviamente esas leyes serán solo válidas en ese país. Existe la posibilidad de que si una nación decide, por ejemplo, prohibir Bitcoin, esté negando el progreso y la creación de empresas que esta tecnología puede dar. Se estaría negando un avance tecnológico y rechazando las posibilidades que ofrece la cadena de bloques.
Es por esto que ciertos países como Suiza, están estableciendo políticas favorables a las criptomonedas. Quieren seguir siendo un País muy importante en materia financiera. Ahí ya cada gobierno, según su ideología será quien permita o niegue el avance tecnológico para sus ciudadanos.
Las criptomonedas y la protección al consumidor
Muchos usuarios esperan una regulación de las criptomonedas para tener cierta seguridad y reducir riesgos. Actualmente las criptomonedas al no estar reguladas permiten a los usuarios realizar transacciones con sus propias normas. También al operar con criptomonedas se ven actividades que están prohibidas en los mercados tradicionales. Esto no ocurriría si estuvieran reguladas, ya que conllevarían graves sanciones a los infractores.
Mediante la regulación las organizaciones de protección al consumidor podrían proteger a los inversores de posibles estafas. El año pasado se estimó que más de la mitad de las ICOs que se lanzaron eran esquemas ponzi. Ni todas las criptomonedas son una estafa, ni todas los proyectos son fiables a largo plazo. Ahí entra la capacidad de cada inversor para analizar donde deposita su dinero.
Se puede decir entonces que la regulación de las criptomonedas es posible. Cada país tendrá sus propias leyes al respecto a no ser que una organización internacional fuera capaz de establecer unas normas comunes para el uso del Bitcoin y las demás criptomonedas en todo el mundo.