¿Trabajar en la oficina o en remoto?
¿Eres un empresario o un profesional que pasa demasiadas horas en la oficina y nunca está en su casa libre? ¿Te gustaría valorar otras opciones más efectivas en cuanto a la gestión del tiempo para que dispusieras de más horas? En este artículo hablaremos de si es mejor trabajar en la oficina o en remoto y de todo lo que has de saber sobre ellos. Hace unos cuantos años, trabajar en remoto está considerado como una meta inalcanzable o incompatible con un buen sueldo y eficacia profesional. Sin embargo, hemos experimentado una tendencia contraria al pensamiento general que nos avisa de que las reglas del juego van a cambiar, eventualmente. Se estima que cuando lleguemos al año 2.025, habrá, como mínimo, tantos puestos de trabajo en remoto que el de los empleados que operan en una oficina física.
Numerosas e importantes compañías han reconocido los grandes beneficios que arroja el no limitarse por una simple ubicación geográfica. Con los avances tecnológicos, la distancia en ciertas materias es un concepto anticuado. Al margen de las ventajas que puede obtener la empresa al tener este tipo de empleados, el impacto en la vida del empleado es mejor. La conciliación familiar está más cerca con un trabajo en remoto, no perdemos tiempo en desplazamientos a nuestro puesto, contaminando menos al no utilizar vehículo, entre otras. Para la compañía también es una excelente forma de ahorrarse el gasto de alojar a los empleados en las oficinas o locales, entre otros costes. Si lo pensamos bien, en algunos puestos estamos haciendo lo mismo que podríamos hacer desde casa.
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Remoto vs trabajo en oficina
– Trabajar en una oficina. Pese al avance en la tecnología y la evolución en el funcionamiento de la empresa que nos conduce hacia el trabajo en remoto, no es el fin del trabajo que se realiza en una oficina. Siempre existirán servicios que requieren de reuniones en las que hay transmitir cierta imagen o confianza. Una casa es demasiado personal y, aunque provoque cercanía, no es el tipo de confianza que queremos transmitir. Cuando atendemos a un cliente en la oficina, inconscientemente esa persona se siente más relajada y con mayor predisposición a confiar. Que la gente nos vea como un profesional reputado es esencial para que nos elijan y crean en nosotros. Por eso, en los próximos años se mantendrá este tipo de oficinas, al margen de que la otra opción experimente una subida. Mucho tienen que cambiar las relaciones interpersonales para que desaparezca.
– En remoto. Para analizar si es la mejor opción, primero hemos de saber de qué trabajo se trata. Si nuestra función se compone de tareas rutinarias que no requieren presencia física del cliente o compañeros, ni un material avanzado, es una buena alternativa. Por ejemplo, si tenemos programado un horario específico para solucionar las incidencias que pudieran surgir o atender de manera telefónica a los clientes, no hay necesidad de ir a la oficina. Las ventajas en este sentido están muy claras y definidas.
Existe un ahorro de gastos fijos, entorno relajado y disposición a la semana de una cantidad importante de horas que hubiéramos invertido en desplazamientos. Otro aspecto importante en el ahorro es que, si trabajamos en casa, no tenemos que comer fuera ni tomar el café en el bar. Esto parece que es una cantidad ínfima de dinero, pero día a día, de manera mensual durante todo el año supone un dinero.
Escenario actual
En Estados Unidos, cerca del 66% de las compañías ya han dejado de funcionar en las oficinas. Esto, pasado a números, equivale a casi cuatro millones de habitantes que realizaron su trabajo de manera remota como mínimo a jornada parcial durante el año 2.018. Si comparamos los números de 13 años atrás, en el año 2.005, el aumento llega hasta el 115%. Es un cambio sorprendente que, si lo analizamos, también tiene su lógica aplastante. En una gran ciudad, con el precio de la vida que ello conlleva, es un handicap para cualquier empresa que tenga que soportar gastos fijos todos los meses. Trabajar en remoto es una posibilidad para que el talento llegue a la compañía, sin tener como límites los kilómetros que pueda haber.
Si una empresa, para cubrir una vacante, realiza una búsqueda en la localización de la misma, seguramente tendrá bastantes candidatos. Sin embargo, si esa búsqueda no está delimitada a la ciudad o estado y pueden contratar en cualquier parte del país, los candidatos se multiplican. Es una cuestión de matemática, cuantos más candidatos participen en la selección, más gente con talento llegará. Otra ventaja que tienen las compañías es que, si encuentran a un candidato perfecto pero este no puede dejar su residencia, el problema no es tal.
La circunstancia geográfica no es la única que ha perdido relevancia debido a esta tendencia. En el día a día del empleado seguramente haya funciones que sólo pueden realizar en la oficina. No obstante, hay muchas otras que pueden completar en cualquier sitio y el único motivo para quedarse en oficina es la inercia. Un trabajador que pueda mantener parte de sus obligaciones mientras viaja o está en casa no solamente será más productivo, también estará más feliz. La felicidad es el factor clave para que el empleado rinda a un nivel óptimo. Los datos nos dicen que alrededor del 85% de los llamados millenials que tienen este sistema, demuestran una sensación de compromiso y lealtad. Tiene sentido, si una persona está con un sueldo bueno y con estas condiciones, se ocuparía de no perder esas ventajas laborales.
Mentalidad en remoto
Si hay una parte diferencial, al margen del sistema, es la mentalidad necesaria para poder trabajar en estas circunstancias. El trabajador ha de tener una forma de pensar y de ser concreta. Uno de cada cinco trabajadores en remoto sufren cierta soledad al no tener ninguna compañía y estar acostumbrado a ella. Otro elemento a tener en cuenta es la concentración, ya que en casa podemos tener demasiadas distracciones. La televisión, dormir un poco más, comer más veces en el día, etc. Estas son situaciones que nos pueden alejar de nuestras tareas e impactar negativamente en nuestra labor. Por eso, la mentalidad ha de ser organizada, responsable y concentrada.
En cuanto al problema de la soledad, hay una solución que ya hemos experimentado y explotado en nuestra vida personal. Antes, la comunicación se basaba en una llamada o en un correo electrónico. En la actualidad contamos con numerosos programas y aplicaciones que nos permiten hacer videollamadas en las que podemos solucionar cualquier duda y pedir apoyo. Estar sin estar es el gran avance en los puestos de trabajo, ya que nuestra efectividad se multiplica. Si tenemos personal a nuestro cargo, podemos atender a varios a la vez o de manera individual, sin importar donde estén. Es casi como tener una reunión física. Pero no hemos de hipotecar todo a las videollamadas, ya que dependerá del grado de urgencia e importancia. Si una situación requiere algo más que esta vía de comunicación, seguramente necesitemos presentarnos para mantener una reunión.
Posibles soluciones
A medida que evoluciona el escenario laboral de oficina, el empleador también modifica el enfoque en cuanto a la gestión de la empresa. Antes de dar el paso a remoto, hemos de analizar cuál es nuestra plantilla y las dificultades que podría tener. Por otra parte, es necesaria una inversión en software, programación y desarrollo de un plan de seguimiento, comunicación y herramientas disponibles. Es un gasto que hemos de realizar al inicio pero que empezamos a rentabilizar desde el minuto uno. No solamente reduciremos costes, también ganaremos flexibilidad y nuestro margen de decisión se ampliará.
La mayoría de los trabajadores de oficina piensan o tienen la sensación de que ganarían productividad, o por lo menos mantendrían los niveles, sin estar en la oficina. El problema a resolver es cómo se da el paso garantizando los mismos resultados o mejorandolos. Por una parte, está el dueño de la empresa que siempre querrá reducir costes sin comprometer los beneficios. Mientras que en la otra parte, tenemos a los diferentes empleados que prefieren trabajar de una manera más dinámica y ajustada a su ritmo de vida y necesidades. Esto quiere decir que ambas partes están de acuerdo en acercar posiciones y definir un sistema de funcionamiento que beneficio a todos de igual manera.
En resumen, el único impedimento es la incapacidad momentánea de no evolucionar a este tipo de trabajo, facilitando las herramientas necesarias al trabajador y al empleador. Es cuestión de tiempo que se mejoren las condiciones y las garantías en este terreno, ya que la empresa que ofrezca este servicio también ganará mucho dinero. Se abre un mercado nuevo para los programadores por las que toda compañía suspiraría. Por tanto, solamente nos queda saber si esto se va a producir en diez años o en veinte. De lo que no hay duda es que va a suceder.
Conclusión
Después de haber leído los datos, la información y las diferentes características de ambas opciones, puede que te estés preguntando qué es lo mejor ahora mismo y en un futuro. No hay una respuesta absoluta, ya que como hemos señalado antes, en la actual sociedad hay ciertas necesidades que únicamente son cubiertas por una oficina o un espacio profesional, que es muy similar.
El consejo que damos desde aquí es que antes de tomar cualquier decisión, en cualquier apartado, analicemos el entorno, las posibilidades y nuestra situación actual. Puede que una combinación de ambas sea la mejor opción para tu empresa, dependiendo del servicio que ofrezcas. Es posible que cierta parte de la plantilla necesite un espacio en oficina y la otra mitad, por su perfil o sus tareas no lo precisan. Hay tantas combinaciones como seamos capaces de imaginar, ya que los escenarios son prácticamente ilimitados. Todo está relacionado con las necesidades de la compañía y la de nuestros clientes.
Si ejercemos de abogado, es probable que muchas consultas podamos atender desde una videollamada estando en el hogar. En el otro lado de la balanza, hay ciertos casos delicados o importantes que es mejor tratar en persona. Una casa puede dar demasiada información al cliente. En cambio, la oficina, está diseñada a nuestro gusto con todo lo necesario para crear una imagen profesional. La solución ideal, si queremos abarcar estos dos tipos de reuniones es compartir unas oficinas y dividirlas en despachos al que tendremos acceso cuando queramos. Al compartir estos gastos, podemos elegir una buena ubicación para el despacho, mejor ambiente y más mercado al que abarcar. En este caso, lo esencial sería que nuestros compañeros de oficina ejerzan una profesión parecida, ya que hay ciertos servicios que son incompatibles en una misma oficina.