Sistema monetario internacional. Concepto e historia
El sistema monetario internacional es el conjunto de reglas y acuerdos que reglamentan la circulación de divisas, el comercio internacional y la cooperación financiera entre los distintos países. Estas reglas se introducen con el objetivo de promover la estabilidad monetaria en todo el mundo, impidiendo de esta manera que los países tomen decisiones que impidan o limiten el comercio y los pagos entre ellos.
Este sistema promueve un marco financiero que va más allá de las fronteras de las naciones, para proporcionar una base estable que beneficie a la economía global y una herramienta para que los gobiernos y los bancos centrales puedan determinar y controlar el flujo de fondos entre los distintos países.
Uno de los principales retos del sistema monetario internacional es el control de la inflación, con el fin de evitar que los precios suban a niveles insostenibles. Esto se consigue estimulando la competencia entre los gobiernos para mantener bajos los precios al igual que la tasa de interés, de tal forma que los bancos se vean incentivados a ofrecer préstamos más baratos. A su vez, esto permite un uso más eficaz del capital y el crédito, fomentando la inversión y el desarrollo económico.
Además de los aspectos anteriores, también crea intermediarios financieros internacionales para la transferencia de capitales entre los países, estableciendo reglas para la supervisión y regulación de estos intermediarios.
La historia del Sistema monetario internacional
La historia del sistema monetario internacional abarca más de un siglo de importantes acontecimientos. Durante este período de tiempo, el sistema ha evolucionado desde un simple esquema de tasas de cambio variables hasta un sistema más estable y consistente.
El origen del sistema monetario internacional se remonta a la conferencia de Bretton Woods en 1944, donde se acordaron varios principios para la creación de un nuevo sistema monetario y financiero mundial. Estos principios incluyeron un tipo de cambio fijo, control de los flujos monetarios a través de la regulación de la oferta y la demanda y una serie de acuerdos para construir la base del comercio internacional.
Los tipos de cambio estables proporcionaron un marco regulatorio para el establecimiento de acuerdos comerciales, ayudando a promover el comercio internacional. El Banco Mundial fue creado en 1944 para proporcionar préstamos a largo plazo a los países que necesitaban financiamiento para proponer proyectos de desarrollo.
No obstante, en 1971, el presidente Richard Nixon suspendió el tipo de cambio fijo de Bretton Woods. Con lo que se eliminó el último vínculo entre el oro y las monedas nacionales. Las principales monedas, en particular el dólar estadounidense, se convirtieron rápidamente en monedas de reserva internacionales, lo que provocó que a a partir de ese momento estas divisas se intercambiaran por su valor de cotización, conocido como tasa de cambio.
Su papel en el comercio internacional
Durante las últimas décadas, el Sistema Monetario Internacional ha experimentado múltiples variaciones en su régimen de cambio y precios. Por un lado, se ha promovido el uso de monedas nacionales en el comercio internacional para compensar el déficit de balanza de pagos de los países miembros. Por otro lado, se han realizado esfuerzos para reducir el nivel de volatilidad de las monedas. Estos esfuerzos incluyen la introducción de diferentes mecanismos de regulación y el uso de instrumentos financieros derivados como un medio para estabilizar los mercados.
El Sistema Monetario Internacional ha desempeñado un papel fundamental en la historia en la expansión de los mercados financieros internacionales. Los mercados de deuda, de divisas y de acciones son vitales para el buen funcionamiento de la economía mundial. Esta expansión se ha visto favorecida por la creación de índices como el DXY y otros índices de divisas. Los índices, permiten a los inversores evaluar la fortaleza y debilidad de las diferentes monedas nacionales.
Funciones del Sistema Monetario Internacional
A lo largo de los años, el sistema monetario internacional ha ido evolucionando de acuerdo con las necesidades de los países miembros, y hoy en día desempeña una serie de funciones cruciales en la economía mundial.
Una de las principales funciones del sistema monetario internacional es mantener una rígida disciplina fiscal y monetaria entre los países para evitar la inflación, las crisis monetarias y los choques externos. Esto se logra mediante la adopción de distintas políticas financieras, tales como la reducción del déficit presupuestario y el aumento de los impuestos, así como el control estricto de la oferta monetaria.
Otra función importante es el establecimiento de reglas y normas en relación con el tipo de cambio y el flujo de capitales. Los países tienen que comprometerse a ajustar sus tipos de cambio a la par con otros países. Los bancos centrales pueden intervenir en el mercado si el tipo de cambio se desalinea. De esta manera, los países se protegen de la especulación y los movimientos de capitales extranjeros que se puedan comportar de forma impredecible, dañando la economía nacional.
Las tareas y herramientas que usa el Sistema monetario internacional para facilitar el comercio internacional
El sistema monetario internacional, además, tiene la tarea de fomentar la integración internacional, mediante el establecimiento de tasas que permitan el cambio de divisas entre los países sin el riesgo de producir un desequilibrio financiero. Esto se hace a través de acuerdos entre los gobiernos, por ejemplo, fijando una tasa de cambio entre una determinada moneda nacional y el dólar estadounidense. De esta forma, los países pueden hacer comercio entre ellos sin preocuparse por la variación en el costo de las transacciones.
Para limitar la volatilidad de los precios, los bancos centrales de los países miembros adoptan medidas de política monetaria, como la variación en los tipos de interés para el control de la tasa de inflación, además de la intervención de los mercados si fuera necesario.
Por otra parte, para garantizar la estabilidad internacional se usa como referencia una moneda ampliamente aceptada. Se trata de la moneda que se utiliza como intermediario en el comercio comercial y financiero. Por supuesto, la forma monetaria más aceptada y solicitada en el comercio internacional es el dólar estadounidense, aunque otros países también han establecido sus propias monedas para facilitar el comercio.