Riesgos financieros. Tipos y cómo identificarlos
Los riesgos financieros están presentes aunque no siempre los veamos. Forman parte de las decisiones de inversión, los créditos que tomamos, los flujos de efectivo y hasta por el simple hecho de guardar el dinero bajo el colchón.
La clave para desenvolverse en este mundillo es entender que los riesgos no son necesariamente malos. Son simplemente, riesgos. Es decir, son como el clima, pueden cambiar rápidamente y de forma inesperada, pero así como podemos prepararnos frente a la lluvia, también nos podemos proteger frente a los riesgos financieros.
En este artículo, vamos a analizar qué son los riesgos financieros y sus distintos tipos. Estudiaremos cómo pueden afectar tu patrimonio y sobre todo, comentaremos qué herramientas hay disponibles para que sepas cómo proteger tus ahorros y aprovechar las oportunidades que se presentan incluso en los momentos más difíciles.
¿Qué se entiende como riesgo financiero?
Cada paso que das en tu vida financiera, ya sea invertir en la bolsa de valores, comprar una casa con una hipoteca, o simplemente guardar tus ahorros en el banco, tiene una cierta probabilidad de riesgo. Ese grado de incertidumbre, ese imprevisto potencial, es lo que se entiende como el riesgo financiero.
Entonces, en términos más técnicos, el riesgo financiero es la probabilidad de que ocurra un evento que conduzca a una pérdida financiera, o a una disminución en el valor de un activo o inversión. En otras palabras, es la posibilidad de que las cosas no salgan como las planeaste cuando decidiste invertir o guardar tu dinero.
Aunque no puedes eliminar completamente el riesgo financiero, sí puedes aprender a gestionarlo. Conocer y entender este concepto es una parte vital de cualquier estrategia financiera. Permite a inversores, empresarios y cualquier tipo de persona, moverse con mayor seguridad por la economía.
¿Cuáles son los principales riesgos financieros?
Los riesgos financieros, aunque son muchos, se dividen generalmente en la teoría económica a través de cuatro categorías principales. Dichas categorías nos servirán de fundamento para analizar detalladamente y con ejemplos el resto de apartados de este artículo:
- Riesgo de crédito. Cuando prestas dinero, existe la posibilidad de que no te lo devuelvan. Esa es, por tanto, la esencia del riesgo de crédito. Puede surgir en cualquier situación donde estés a la espera de recibir un pago, ya sea una empresa que espera que sus clientes paguen sus facturas, o un particular que ha prestado dinero a algún familiar o amigo.
- Riesgo de mercado. El cual hace referencia a cómo la volatilidad en los mercados financieros pueden afectar el valor de tus inversiones. Si compraste acciones de una empresa pensando que su valor iba a subir y en cambio se desploma, has experimentado el riesgo de mercado, además de las correspondientes pérdidas.
- Riesgo de liquidez. Se refiere a la posibilidad de que no puedas vender o intercambiar un activo sin afectar su precio. En un mundo ideal, podrías vender tus inversiones cuando quisieras y recibirías el valor justo por ellas. Pero, desafortunadamente, el mundo financiero está lejos de ser perfecto. A veces, simplemente no hay compradores disponibles, o el precio que están dispuestos a pagar es muy bajo.
- Riesgo operacional. Se trata de la posibilidad de sufrir pérdidas debido a fallos o ineficiencias internas o externas de una empresa, lo cual cubre una gama muy amplia de situaciones, desde errores humanos y fallos de sistemas, hasta desastres naturales.
¿Cómo se identifica un riesgo financiero?
Para identificar un riesgo financiero, no solo hay que mirar los números y analizar los datos, sino también comprender el contexto y prestar atención a los detalles.
Pongamos por ejemplo el caso del riesgo de crédito. Si estás pensando en prestarle dinero a un amigo que ha pedido dinero prestado a otros de tus conocidos y nunca lo ha devuelto, estás frente a un riesgo de crédito considerable. En este caso, una alarma debería sonar en tu cabeza.
Ahora bien, para identificar un riesgo de mercado, necesitarías observar las fluctuaciones en los mercados financieros y su posible impacto en tus inversiones. Si ves que las acciones de una empresa están cayendo en picado, deberías pensarlo dos veces antes de invertir en ella.
Con respecto al riesgo de liquidez, presta atención a la facilidad con la que podrías convertir tus activos en efectivo si fuera necesario. Si todos tus ahorros están invertidos en una casa y de pronto necesitas dinero, podrías enfrentarte a un importante riesgo de liquidez.
Por último, para ser capaz de identificar y combatir un riesgo operacional, debes analizar las operaciones diarias de tu negocio o tu vida financiera personal. Si te das cuenta de que dependes de una sola aplicación o de una determinada persona para llevar a cabo una tarea importante en tus finanzas, estás ante un riesgo operacional.
¿Cómo se mide la gravedad de un riesgo financiero?
Un análisis de gravedad o peligro en el mundo financiero comienza con la identificación de los riesgos potenciales. Dichos riesgos pueden venir de muchos lugares, como cambios en la propia economía o cambios legislativos El objetivo es tener un panorama claro de las amenazas que pueden afectar a nuestro dinero.
Luego, hay que evaluar cada riesgo de forma individual. Es decir, determinar la posibilidad de que ocurra y qué tan grave sería si ocurriera. En este sentido, hay que tener en cuenta dos conceptos clave, la probabilidad y el impacto.
Como última medida, hay que diseñar estrategias para mitigar los riesgos, lo que quiere decir realizar una planificación anticipada para reducir la posibilidad de que ocurra el riesgo, o minimizar su impacto si ocurre.
¿Cómo proteger tus inversiones contra los riesgos financieros?
Seguramente hayas escuchado la popular frase que dice «No pongas todos los huevos en la misma cesta», pues esa es una estrategia de mitigación de riesgos, diversificar las inversiones para no exponerse demasiado apostándolo todo a una opción.
En términos financieros, significa invertir en diferentes tipos de activos, como acciones, bonos, inmuebles, o criptomonedas. Así, si un sector se desploma, tus otras inversiones pueden compensar las pérdidas.
Las condiciones del mercado cambian constantemente. En el mundo financiero, eso significa seguir las noticias económicas y comprender cómo pueden afectar a tus inversiones.