Beneficio fiscal – ¿Qué es el beneficio fiscal?

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Existen ciertos aspectos en cuanto a legislación vigente que desconocemos y puede que no optemos por la mejor de las opciones para nuestros intereses. Esta falta de desconocimiento es muy habitual, ya que se requiere una formación específica en la mayoría de los casos. En este artículo hablaremos de qué es el beneficio fiscal exactamente y de todo lo que has de saber sobre él. Se traba de la ventaja fiscal respecto a la medida legislativa por la cual nos toca pagar una cantidad de impuestos menor como contribuyente. Por el beneficio fiscal, como contribuyentes tiene un impacto positivo en el bolsillo, al pagar menos impuestos de los que habría pagado sin esta ventaja. En resumen, es básicamente una manera de ahorrar que tenemos al contribuir con nuestra parte. Es importante que estemos seguros de aplicarlos como de manera correcta con el objetivo de seguir cumpliendo con nuestra responsabilidad financiera.

El hecho de que exista una ventaja en este aspecto no significa que no haya ningún requisito que cumplir o plazo. Si cumplimos con las condiciones previamente establecidas, vamos a poder pagar menos impuestos de una forma legal. Es una manera de compensar ciertos desajustes que puede haber a la hora de recaudar hacia las personas con menos posibilidades económicas. Otro de los objetivos que puede tener esta publicación del beneficio fiscal es provocar una reacción calculada por el estado que pueda contribuir a mejorar la situación del país. Un ejemplo muy claro es la serie de ventajas que en estos últimos años tienen los autónomos, ya que se busca reducir el número de parados. Aun así, están muy lejos de tener unas condiciones favorables, si lo comparamos con el resto de países de Europa. Puede que también nos interese saber cuáles son los impuestos y obligaciones de los autónomos.

beneficio fiscal

Beneficio fiscal

Existen dos características importantes en el beneficio fiscal:

– La medida es creada por la parte legislativa. En otras palabras, cualquier beneficio fiscal está recogido de manera expresa en nuestra legislación, mediante reglamento, ley, etc. No se pueda aplicar un beneficio fiscal que no esté previsto de manera concreta por el órgano legislativo.
– Condiciones para optar a la ventaja fiscal. Como hemos señalado anteriormente, vamos a necesitar reunir ciertos requisitos que nos van a exigir. Estas condiciones no solamente tienen un tiempo presente, también pueden estar relacionadas con el futuro. Si en dicho futuro no cumplieramos alguna de las condiciones, esta ventaja fiscal obtenida ha de ser cancelada y revertida.

– El impacto de la ventaja fiscal no es global, sino particular. Esto quiere decir que la medida fiscal que pueda suponer cierto ahorro en impuestos y tenga un impacto en toda la sociedad no es considerado como beneficio fiscal. Es necesario individualizar este beneficio, a través de ciertos requisitos que hemos explicado en el texto anterior. Para un mejor entendimiento, nos ayudaremos de la siguiente hipótesis:

  • Se baja el tipo correspondiente al gravamen de un 25% al 23%. La bajada tiene como consecuencia una reducción en impuestos, al pagar menos. No está calificada como una ventaja fiscal, porque esta medida tiene un impacto general en la totalidad de contribuyentes.
  • Se aprueba un gravamen del 23% cuando el anterior era de 25% para empresas que tengan una facturación inferior a 20.000 euros, por ejemplo. Este sí es considerado beneficio fiscal, porque para acceder a él se han de cumplir una serie de condiciones. La diferencia entre reunir estos requisitos está en ese 2%. Por lo tanto, no afecta a la totalidad de contribuyentes, sólo a una parte.

Para que pueda un emprendedor llevar su contabilidad, ha de estar al tanto de este tipo de notificaciones. Le ayudará a reducir los gastos.

beneficio fiscal

Tipos de ventaja fiscal

– Por exención. El beneficio fiscal para el contribuyente no supone ninguna obligación para el pago de ese impuesto, pero sí por su naturaleza se ha de abonar. En otras palabras, toda empresa tiene que abonar el Impuesto para Sociedades. No obstante, mediante medida legislativa, se pueden librar de este pago las empresas con una facturación inferior a una cantidad determinada. Las empresas con ese nivel de facturación o menos no tienen el deber de abonar este impuesto, aunque sea obligatorio en un inicio. En este caso, estaríamos hablando de un ahorro fiscal completo, al quedar totalmente exenta la empresa.

– Por bonificación en la base imponible o cuota. Se trata de la ventaja fiscal en la cual el contribuyente reduce la cuota impositiva o la base imponible. Un buen ejemplo es su Impuesto de Renta en Personas Físicas que determina una bonificación en la cuota para cualquier contribuyente con hijos que no superen los tres años. La madre o padre que tenga un hijo menor de esta edad, se ahorra este «descuento» en el pago.

– Por gastos deducibles. Lo habitual es que un impuesto indirecto, como puede ser el IRPF o Impuesto para las Sociedades) graven los ingresos que hemos obtenido. Aquí normalmente tenemos un beneficio fiscal. Nos dan la posibilidad de restar los gastos que hemos realizado para conseguir esos ingresos. En este sentido, solamente se pueden deducir aquellos gastos que han sido invertidos para esta actividad.

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