Vida útil de un activo – ¿Qué es?
Se entiende por vida útil de un activo el tiempo en el que un determinado activo se encuentra operativo para ser utilizado por la empresa y su funcionamiento. Para entenderlo es fundamental saber que un activo es un bien o derecho que una empresa posee y que puede ser tanto fijo como circulante.
Un activo fijo es aquel bien de una empresa que no se encuentra sometido a corto plazo a un ciclo económico, como ocurre con el caso del mobiliario, los automóviles, los equipos informáticos, las oficinas, etcétera. Estos son activos fijos que se necesitan para que la empresa pueda funcionar y no para lograr liquidez en un corto espacio de tiempo , como ocurre en el caso de los activos circulantes.
En este sentido es importante tener claro que un activo fijo tiene una vida útil, es decir, que tiene un tiempo en el que puede ser empleado por la empresa y que viene definido en un número determinado de años.
Cómo saber la vida útil de un activo
A la hora de tratar la contabilidad es necesario hacer referencia a la vida útil estimada que se tiene para un activo. Aunque se trate de una empresa de reciente creación, se puede conocer la vida útil a través de la experiencia recogida por otras empresas. Si la empresa ya lleva años en el sector es probable que gracias a su propia experiencia pueda determinar su vida útil aproximada.
En cualquier caso, desde la Agencia Tributaria se determina una vida útil estima máxima de acuerdo a la tabla de amortizaciones sobre el Impuesto de Sociedades, si bien la ley asegura que algunos de los activos deben ser fijados según su vida útil económica, valorando como tal el periodo de tiempo que el activo sigue siendo útil para poder llevar a cabo la actividad de la empresa.
Para determinar la vida útil de un activo hay que considerar diferentes aspectos. Entre ellos se encuentran los siguientes:
- El desgaste propio del uso del bien en cuestión.
- La participación de diferentes factores naturales.
- Cambios en la demanda de los bienes o servicios.
- Obsolescencia de los bienes a causa de los avances tecnológicos.
La vida útil de un activo y su depreciación
Hay que tener en cuenta que la vida útil de un activo está vinculada a lo que se conoce como depreciación. Para calcular tanto la depreciación como en su caso la amortización de un activo, se debe conocer su vida útil. También debe fijarse su valor residual.
Para la depreciación de un activo y conocer la depreciación anual hay diferentes métodos. Por depreciación anual se entiende el valor que pierde año a año ese activo.
Uno de los más habituales es optar por el método lineal, que resta al importe que se pagó por el activo, el valor remanente y se divide por la vida útil. De esta forma podemos encontrar la siguiente fórmula:
(Valor del activo – Valor residual) / Vida útil = Cuota de depreciación
Además, hay que tener presente que la vida útil de un activo puede sufrir modificaciones. Por ejemplo, puede ampliarse en el caso de que se realicen mejoras o reparaciones en la maquinaria. Esto se debe a que estas acciones ayudan a prolongar la vida útil de las mismas.
Depreciación
La depreciación, como hemos mencionado, es un concepto directamente relacionado con la vida útil de un activo. A través de la depreciación se valora el coste que tiene la pérdida de valor de un bien que una empresa tiene.
Esta depreciación o pérdida del valor se debe a diferentes motivos, como puede ser el uso, el paso del tiempo o la obsolescencia.
En este sentido, la empresa debe contabilizar esa pérdida de valor en sus cuentas como un coste.
Amortización
En cuanto a la amortización de los activos, en contabilidad se puede hablar de dos conceptos. Por un lado el que contabiliza la reducción directa del activo y un gasto en la cuenta de pérdidas y beneficios, y por otro se contabiliza como el mismo gasto en pérdidas y ganancias pero no se reduce el valor del activo en el balance de situación.
Independientemente del concepto se pueden utilizar unos métodos diferentes para calcular la amortización anual. Para ello existen diferentes sistemas, siendo el más habitual el optar por el método lineal.
En el método lineal, las cuotas de amortización son de carácter lineal, es decir, que en todos los años contables se contará con una parte igual de la amortización, que corresponderá a la división del precio total del activo dividido entre el número de años.
Todos estos conceptos deben tenerse presentes a la hora de poder entender de una mejor manera qué es la vida útil de un activo, un concepto de máxima importancia para cualquier empresa. Esto se debe a que deben aparecer reflejados en su contabilidad.