Conversaciones incómodas: Lo que has de Saber
A quien no le ha pasado estar en una conversación que se vuelve incómoda. ¿No sabes cómo salir de una conversación disimuladamente? Si no eres muy bueno estableciendo conversaciones interesantes o no te consideras muy buen conversador, ya no te preocupes, existe una solución.
Conversar es un acto natural en el ser humano. Por medio de las conversaciones puedes expresar tus ideas, tus emociones, tus recuerdos y tus expectativas del futuro. Sin embargo, para que una conversación sea efectiva necesita que exista una comunicación asertiva.
¿Es lo mismo hablar que comunicar? Claro que no. A pesar de que la conversación es una situación comunicativa no estructurada, tiene ciertas características específicas para cumplir con su verdadera función. Por lo tanto, es fundamental tener conciencia de lo que es la comunicación para poder establecer verdaderas conversaciones.
Gestionar tus emociones durante una conversación que se torna incómoda es crucial para identificar la intencionalidad de tus interlocutores. No te dejes ahogar por sentimientos de frustración o de ira; hazte respetar con educación y respeta la expectativa comunicacional de los demás.
Recuerda, las conversaciones incómodas pueden ser consideradas acoso en ciertas circunstancias; no permitas que nadie viole tus derechos. Así mismo, considera y evalúa cómo te comunicas con los demás, no sea que estés siendo invasivo sin saberlo.
La aceptación del mensaje implícito
Se le llama acto comunicativo a la situación en la cual los interlocutores intercambian un mensaje; de manera que este es bien expresado por el hablante y bien comprendido por el oyente. Así, se obtiene de este primer proceso una retroalimentación o feed back de la información que se ha compartido.
El mensaje debe redirigirse a su emisor (hablante) transformado según la comprensión del receptor (oyente). El proceso de comprensión del mensaje depende de varios aspectos pragmáticos; los cuales son muy importantes para que la conversación se mantenga abierta y no exista una ruptura comunicativa.
En el proceso de comprensión del mensaje, el oyente va a realizar algunas acciones comunicativas necesarias para poder asimilar la información:
- Inicialmente, como oyente, identificas el contexto lingüístico y no lingüístico del mensaje que estás recibiendo. Así te vas creando una expectativa anticipada de la intención comunicativa del hablante emisor del mensaje.
- Luego, asociarás el mensaje a los conocimientos del mundo que tienes, adecuándolos a ese contexto.
- Seguidamente y de manera automática, como oyente vas a rescatar de tu memoria los esquemas mentales acordes a la situación comunicativa que estás experimentando. Esto incluye, lenguaje no verbal como gestos, tono de voz (o uso de mayúsculas si es una conversación en un chat escrito), distancia corporal y desplazamiento en el espacio.
- Inmediatamente, harás el encuadre del mensaje. Esto quiere decir que matizarás el contenido del mensaje con las expectativas comunicativas que ya tenías respecto a la conversación a través de la inferencia.
- Finalmente, luego de inferir el significado y el sentido implícito del mensaje, podrás aceptar o no la información compartida. De esta aceptación dependerá la retroalimentación.
¿Por qué incomodan ciertas conversaciones?
Cuando una persona no se considera a gusto conversando con otra se siente incómoda; pero qué es lo que en realidad le incomoda. Generalmente, lo que más incómoda en una conversación a ciertas personas es el tema.
El tema de una conversación es el contenido de la información que se comparte. Los temas que comúnmente incomodan a la mayoría de personas son los considerados tabúes. Por ejemplo, el sexo ilegal (la pedofilia o el incesto), la religión, el machismo, el aborto, las experiencias paranormales, la política contraria o tópicos que se consideren escandalosos como el suicidio o parricidio.
Por otra parte, puede que el tema no incomode al oyente receptor, sino el lugar dónde se conversa. Los elementos externos en una situación comunicativa son muy importantes para la aceptación del mensaje emitido. Si la persona se siente fuera de lugar recibiendo cierta información, va a producir un rechazo automático a esta, lo que evitará la retroalimentación efectiva.
Otro aspecto importante para que el oyente receptor acepte y comprenda el mensaje es la expresividad demostrada. Es decir, los elementos expresivos no lingüísticos como el tono de voz, la disposición espacial, los gestos, la articulación de las palabras y el enfoque visual.
Entre los elementos extralingüísticos mal gestionados que más incomodan en una conversación son el tono de voz y la disposición espacial. Si una persona eleva demasiado su tono de voz, aunque el mensaje sea aceptado, la comunicación puede ser inefectiva porque el interlocutor se puede sentir agredido.
Del mismo modo, si durante una conversación el interlocutor siente que invaden su espacio personal con desplazamientos que considera inapropiados, vulgares o invasivos, el oyente receptor puede sentirse acosado o agredido; lo cual va a interrumpir la comunicación.
En síntesis, es importante tomar en cuenta todos los aspectos comunicativos en una conversación para no violar la expectativa comunicacional de los interlocutores. De igual modo, teniendo en cuenta esta información, podrás evaluar mejor qué es lo que nos incomoda realmente en una conversación sin caer en manipulaciones.
Ten en cuenta que muchas veces las personas no están consiente de que te están incomodando cuando tratan de conversar contigo. Sin embargo, si la intención del interlocutor es incomodarte, puedes interrumpirlo educadamente; expresándole tu incomodidad y no continuar o re-direccionar la conversación.
Ahora bien, no solo puede incomodarse el oyente receptor; también, puede incomodarse el hablante emisor por diferentes causas. Por ejemplo, si el oyente receptor no muestra interés en la conversación, si mantiene su mirada distraída, si no se produce una retroalimentación; si el oyente receptor invade su espacio personal o si lo interrumpe con demasiada frecuencia.
¿Cómo salir de una conversación incómoda?
Para poder salir educadamente de una conversación incómoda te recomendamos los siguientes pasos:
- En el primer momento que no te sientas incómodo con una conversación, lo mejor es comunicárselo a tu interlocutor. Sin embargo, a veces no parece ser tan sencillo porque te puedes sentir avergonzado, porque quizá el interlocutor es invasivo y te intimida o no quieres parecer imprudente u odioso.
- Una de las técnicas de afrontamiento que puedes utilizar para detener una conversación incómoda es interrumpir a tu interlocutor diciéndole que no quieres hablar sobre ese tema o en ese lugar o en ese momento. Si la persona insiste, deberás volver a interrumpirle manteniendo tu postura hasta que desista o te retires.
- Si tu intención no es abandonar la conversación sino re-direccionarla, puedes utilizar herramientas discursivas como el cambio de tema para desviar la conversación o cambiar el tono comunicativo.
- El lenguaje corporal también puede expresarle rechazo o incomodidad al interlocutor, lo cual puede servir para que desista de la conversación. Sin embargo, si la intención del interlocutor es incomodarte, esta técnica puede motivarlo a intensificar los elementos que te incomodan.
- Si notas que tu interlocutor busca incomodarte intencionalmente, lo mejor que puedes hacer es interrumpirlo teniendo un tono firme, con educación y dominio propio. Es importante no demostrar inseguridad o temor, ni tampoco reaccionar agresivamente.
- Finalmente, desarrollar tus competencias comunicativas te ayudarán a salir asertivamente de cualquier conversación incómoda. Recuerda, no estás obligado a continuar una conversación en la cual no te sientas a gusto; evitarla o interrumpirla no es falta de educación, es una sana gestión de la autoestima.
¿Cómo desarrollar competencias comunicativas?
Gestionar tu competencia comunicativa es muy importante para que puedas tener conversaciones productivas y agradables. Comportarte de manera eficaz y adecuada en un grupo social es vital para ser un gran conversador.
Por lo tanto, respetar las reglas sociales, las normas lingüísticas y la pragmática de tu idioma, garantizarán que el mensaje implícito en una conversación sea adecuadamente relacionado con el contexto cultural de la situación comunicativa dada.
¿Cómo puedes desarrollar tu competencia comunicativa para tener conversaciones agradables? Muy sencillo, dialogando respetuosamente. Así mismo, si tomas en cuenta los siguientes puntos podrás disfrutar de una comunicación asertiva:
- Considera la competencia comunicativa de tu interlocutor. Por ejemplo, si vas a conversar con un niño no utilices un lenguaje demasiado profundo que no pueda comprender; igualmente, si vas a conversar con un adulto, no lo trates como un niño que no entiende porque se puede ofender.
- Gestiona tus emociones. Si te encuentras en una situación comunicativa incómoda domina tus emociones para que no te frustres, ni agradas a los demás. Hazte respetar sin agredir y trata de hacer entender a tu interlocutor que es necesario interrumpir o re-direccionar la conversación de manera asertiva.
- Emplea adecuadamente el idioma. La competencia lingüística es muy importante para que pueda ser entendido el mensaje. Procura comprender el significado y el sentido adecuado de las palabras que utilices según el contexto en el que te encuentres; porque puedes estar emitiendo o comprendiendo erróneamente un mensaje por desconocer el sentido y el significado de alguna palabra.
- Cede el turno. Permite la retroalimentación cediendo el turno a tu interlocutor. Es muy importante permitirle a la otra persona exponer sus ideas o compartir su opinión respecto al mensaje que has emitido; pues de lo contrario no sería una situación comunicativa, sino una emisión de información unidireccional.
Activa la inteligencia emocional en tus conversaciones
- La inteligencia emocional es la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en nuestras relaciones con los demás. Dichas capacidades dependen biológicamente de la una estructura cerebral específica, con fines específicos para la resolución de problemas y el manejo de situaciones comunicativas.
- Educar las emociones te ayuda a desarrollar tu competencia comunicativa, equilibrando lo sentido y lo pensado, para optimizar la interpretación de un mensaje y la emisión de opiniones. Las técnicas de afrontamiento que te explicamos anteriormente, te pueden ayudar a controlar tus emociones en situaciones de tensión y desarrollar competencias emocionales fundamentales para la socialización.
- El autocontrol y el respeto son la base para prevenir y superar estados de ánimo negativos. Además, la práctica de la escucha atenta, perfecciona la atención como método de contemplación; lo cual te ayudará a concentrarte y estabilizarte emocionalmente. Sin embargo, es importante aprender a gestionar todas las emociones, teniendo especial cuidado en no reprimirlas, para no afectar negativamente tu autoestima; pero sin dejar que te tomen de rehén.
- Si una conversación incómoda genera en ti emociones negativas como la ira, es importante que lo expreses asertivamente; pues si reprimes esta emoción vas a generar una inestabilidad emocional que bloqueará por completo la adecuada interpretación del mensaje y en consecuencia influirá negativamente en tu inferencia y emisión de opinión.
- Al disgustarte un comentario, lo mejor es hacerlo saber a tu interlocutor, pues puede que ni se esté dando cuenta de que te esté molestando. Sin embargo, si la intención es disgustarte, no tiene sentido continuar con esa conversación; por lo cual, lo más recomendable es interrumpirla y retomarla en otro momento, si es necesario.
- Si una conversación te hace sentir acosado, seguramente experimentarás temor; por lo tanto, lo mejor es interrumpir la conversación sin demostrar inseguridad o miedo; pues, muchas veces a los acosadores les agrada percibir el temor. Entonces, para no motivar el acoso, es mejor cortar la comunicación con tono firme y autocontrol.
- Finalmente, te invitamos a que evalúes tus conversaciones y la manera en que te diriges a los demás, para que evites propiciar conversaciones que puedan incomodar a tus interlocutores. Así mismo, frente a una conversación incómoda, hazte respetar con educación, pero con firmeza; para que evites el acoso y mantengas una comunicación asertiva con todas las personas que te rodean.