Cómo cambiar la tarjeta de crédito de mi empresa

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¿Estás pensando en crear tu propia empresa o ya la tienes y quieres más información sobre las formas de financiación? ¿No estás contento con tus actuales condiciones o productos que la entidad bancaria te ofreció y quieres hacer un ajuste? En este artículo hablaremos de cómo cambiar la tarjeta de crédito de tu empresa y los pasos necesarios para ello. Antes que nada, hemos de saber las condiciones exactas que en su día firmamos y nos comprometimos a su cumplimiento. Es muy importante, por este motivo, antes de pedir cualquier financiación, analizar las variables y nuestras posibilidades respecto a viabilidad. Hay muchas maneras de financiarse a corto plazo y otras variables para tener un pago más cómodo durante el mes. El problema con este tipo de producto es si no tenemos un control o gestión de la contabilidad que manejamos. Es un factor a tener muy en cuenta al contratar.

La mayoría de empresas optan por este tipo de pagos, por flexibilidad y despreocupación de si tenemos o no dinero. Puede que resulte incómodo pensar en si tenemos dinero en esa cuenta en concreto o llevar efectivo en la cartera. Son varios puntos de los que tenemos que estar pendientes y la tarjeta de crédito nos ahorra esas preocupaciones diarias. No obstante, lo que en su momento era adecuado, puede que pasado un tiempo no lo sea tanto como pensábamos. Ahí es cuando contemplamos la posibilidad de hacer el cambio. En esta situación, puede que conozcamos el proceso a realizar para ajustar o tener otra tipo de condiciones más convenientes. A lo largo de este texto podrás leer las distintas opciones que disponemos y cómo podemos efectuar ese traslado deseado. Normalmente, al ser empresa y tener una buena relación con la entidad bancaria, no tendremos problema en realizar la operación.

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Tarjeta de crédito empresarial

Si estamos al cargo de una empresa, manejar los tiempos de disposición de efectivos puede ser muy complejo. No es lo mismo estar asalariado y tener, en cierta medida, asegurado un sueldo en un plazo de tiempo que estar pendientes de los ingresos. A lo largo del mes, en un escenario ideal, se van cobrando las diferentes facturas y los ingresos son continuos. Esto es una parte de ingresos fijos de los que solemos tener una media calculada. La otra parte son los variables o los pagos atrasados que nos llegan a final del mes. Hasta ese día, no disponemos de ese dinero, aunque lo vayamos a tener. Esto puede suponer varios obstáculos a la hora de invertir en nuestro negocio.

Con una tarjeta de crédito, no hace falta que esperemos a ese dinero que vamos a cobrar en un futuro. Este producto es realmente útil a la hora de hacer frente a esos gastos que un negocio va generando. Al mismo tiempo, tenemos la seguridad de poder afrontar cualquier contratiempo que pudiera surgir en el desempeño de nuestra labor. Otra alternativa que podemos tener para una mayor comodidad en pagos y control de nuestras finanzas es solicitar una tarjeta PayPal. Esta plataforma de pago mundialmente conocida nos ofrece infinitas facilidades para cualquier tipo de operación monetaria. Es realmente rentable, ya que podemos enviar dinero a cualquier parte del mundo, en las diferentes divisas que existen.

Como hemos podido comprobar, las tarjetas son una buena compañía para nuestro negocio. Aunque es importante decir que puede ser un arma de doble filo, si no se lleva control alguno. Con la misma facilidad que pueden salvar un negocio del cierre, puede provocar que este no pueda seguir con la actividad. Es una buena herramienta que depende de cómo se use.

 

Cambiar una tarjeta de crédito de la empresa

En este apartado explicaremos al detalle los pasos que debemos dar a la hora de cambiar la tarjeta de crédito correspondiente a nuestra empresa. Aunque no queramos hacer dicho cambio, es importante saber cómo podemos hacerlo. De esta manera, en un futuro, si nos conviene estaremos listos para actuar.

– Saber la posibilidad para cambiar y las consecuencias. Dependiendo de la entidad bancaria o de nuestra relación con ella, es posible que nos faciliten ese trámite sin poner objeción alguna. Sin embargo, si previamente hemos negociado ciertas condiciones y adquirido un compromiso, puede que sea más difícil. Por eso, es aconsejable informarse antes de la situación concreta y actuar en base a ella y a nuestros intereses.
– Tener los datos de la tarjeta y de la empresa, más la autorización. Dentro de una empresa, solamente habrá una o dos personas autorizadas para hacer los trámites pertinentes en el funcionamiento de la compañía. Para hacer este cambio, hemos de disponer de esta autorización. Además, necesitaremos los datos personales referente a la tarjeta de crédito, de la empresa y los nuestros.

– Elegir la nueva tarjeta de crédito. Si el cambio viene motivado por las condiciones que ofrece un nuevo producto, podemos recalcar nuestro deseo de adquirirlo. En ese caso, tras dar nuestra autorización y facilitar los datos pertinentes, la entidad bancaria se encarga del proceso por nosotros.
– Más crédito. Una de las razones por las que queramos cambiar es por tener una mayor cantidad a nuestra disposición. Es poco probable que se nieguen, pero sí que haya un cambio en las condiciones. Cuanto más dinero tenemos al alcance, mayor es el riesgo que asume esa entidad bancaria. Al manejar grandes cantidades, se pueden tomar malas decisiones que llevan al impago o el incumplimiento del contrato.

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Consejos

Para cumplir con nuestra responsabilidad financiera, hemos de reconocer la importancia del balance de situación en tu contabilidad. Antes de hacernos con cualquier tipo de producto financiero, aunque lo necesitemos, hemos de analizarlo. El producto en sí puede que tenga unas condiciones inmejorables y sea el perfecto para un negocio y, al mismo tiempo, puede que no sea perfecto para nosotros. La situación de cada empresario es muy personal y no hay solución única para cualquier tipo de problemas. Justamente, es la razón de la necesidad de una evaluación de nuestro negocio y de cómo paliar esa necesidad.

Hemos de preguntarnos si es el momento oportuno para adquirir una tarjeta de crédito o si nuestra mentalidad es la adecuada. Un gran avance es conocerse a uno mismo y saber qué hábitos se tiene. No todo el mundo saber gestionar estos productos y no hay nada de malo en reconocerlo. Es un acto de inteligencia el pensar de esa manera y actuar en consecuencia. Si es la única solución, podemos pedirla igualmente y que nuestro asesor sea el único que la tenga. De esta manera, limitaremos el uso de esa tarjeta a lo estrictamente profesional. No olvidemos que es una tarjeta para invertir. Es decir, el dinero que se gasta con esa tarjeta ha de ser para seguir generando ingresos.

Un truco para llevar un control más ajustado de este tipo de productos es no llevarla nunca en la cartera. Si la dejamos en nuestra oficina o sitio de trabajo, no tendremos ninguna tentación ni necesidad. Por el contrario, si disponemos de ella siempre, cualquier problema que surja lo intentaremos solucionar con la tarjeta de crédito. Es como cuando vas al supermercado y para no gastar más de lo necesario ya vas con una lista confeccionada. Otro truco, además de la lista de la compra, es ir sin hambre.

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