Valor amortizable – ¿Qué es valor amortizable?

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¿Necesitas más información o formarte en el apartado contable y financiero para tomar mejores decisiones respecto a tu actividad económica? ¿Te gustaría calcular de la manera más precisa posible los gastos o el impacto que se genera en tu negocio? En este artículo hablaremos de qué es el valor amortizable y de todo lo que has de saber sobre él. Se trata del concepto en contabilidad referido a esa parte correspondiente al valor del elemento, que suele ser un activo. Este, experimenta cierta depreciación con el paso del tiempo, a causa de determinadas circunstancias que explicaremos más adelante. También puede que te interese saber qué es el valor de marca o por qué las monedas estatales pierden valor.

En nuestro PGC (Plan General Contable) se establece esta amortización de la siguiente manera. Primero, es necesario aclarar que una amortización se basa en método aplicado que distribuye este gasto en tiempo del elemento correspondiente al activo fijo o no corriente. Dichos elementos que componen una parte importante de nuestro patrimonio empresarial al adquirirlos, representan cierto gasto para nuestra compañía. El motivo es que son utilidades claves para desarrollar nuestra actividad y producir. En cuanto a su valor en contabilidad, va a ser su precio de la compra o el coste que ha significado su producción.

La característica importante que le identifica como un activo fijo es la aportación a nuestra empresa y su manera de producirse. Esta no se da a corto plazo ni de una forma inmediata, al contrario que un activo circulante (materias primas o mercaderías). En este caso, la aportación del activo no corriente a nuestra producción aparece a un largo o medio plazo. En otras palabras, los resultados, en tiempo, superan el año.

Valor amortizable

Dadas las características y circunstancias explicadas en el punto anterior, al comprar un activo no corriente e imputarlo de manera directa como el gasto, no se refleja su realidad. El motivo es que el gasto no se llega a producir en el momento de la compra, ya que como hemos señalado anteriormente, se produce de manera gradual durante la vida útil. Como consecuencia, daremos una falsa imagen, puesto que el año en que se adquirió se resta en gasto el precio total. Sin embargo, los años próximos, cuando el elemento continúa con su aportación, no se deduce gasto alguno.

Gracias a periodificar el gasto, podemos corregir este error en la contabilidad de nuestro negocio. Se basa en descontar ese gasto producido por la adquisición de elementos durante los diferentes años el que ese elemento aporta a la producción, que se trata de la vida útil. Esto es, básicamente, lo que llamamos amortización. A continuación, explicaremos a través de un ejemplo para ver el caso con más claridad.

Al comprar una furgoneta que utilizamos para un reparto, pagamos por ese medio de transporte 5.000 euros. El uso del vehículo cuenta con un tiempo estimado de cinco años. Si procediéramos de manera incorrecta, descontaríamos ese gasto total en la adquisición en el momento de comprar el vehículo. En esos cuatro siguientes años que nos sigue dando un servicio no estamos declarando un gasto, sin embargo sigue existiendo. Mediante el valor amortizable, se registra el coste de este medio de transporte y se imputa año por año como gasto. En este caso, nos estamos liberando de ese gasto total en el primer año y lo repartimos junto a los restantes. Por tanto, ese gasto imputado es de 1.000 euros cada uno de los cinco años. Así, estamos reflejando la realidad de una manera exacta.

Instrumentos financieros y coste amortizado

Referente al pasivo o activo financiero (título con un contenido económico tales como participaciones, título de la deuda, obligaciones, acciones, etc) su valor amortizable cuenta con un sentido distinto que tiene vinculación al precio. Nuestro Plan General Contable señala que se valor el pasivo o activo dependiente del valor en contabilidad. Al mismo tiempo, se cuenta con diferentes elementos que tienen impacto en nuestro balance y provocan un valor menor.

Llevar una contabilidad, como hemos podido comprobar, no es solamente llevar un control de los gastos e ingresos. Es importante, dependiendo de si contamos con una economía compleja en nuestra actividad, conocer el impacto y las consecuencias de cada operación. Para ello, hemos de tener unas nociones básicas y saber, por ejemplo,  qué es el activo y el pasivo en contabilidad. Otro aspecto fundamental es la organización y el seguimiento diario de nuestras finanzas, para saber en qué punto estamos exactamente.

Seguramente, si tenemos una facturación importante, no seamos capaces de gestionar nuestra economía en su totalidad. Puede que por falta de tiempo o simplemente por desconocimiento, necesitemos una ayuda externa y profesional. En estas situaciones, la figura del asesor es imprescindible dentro del organigrama de nuestra empresa. Con sus servicios, garantizaremos que se cumplan todas nuestras obligaciones fiscales, llevaremos una contabilidad al día y saneada y tendremos más tiempo para centrarnos en lo realmente importante; generar ingresos.

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