Tarjeta de crédito – ¿Qué es una tarjeta de crédito?
¿Estás pensando en abrir una nueva línea de crédito para cubrir unas necesidades puntuales, sin que ello perjudique tu economía? ¿Quieres saber más información o cómo hacer los cálculos correctos para determinar si estás ante un producto que es aconsejable? En este artículo hablaremos de qué es una tarjeta de crédito y cómo podríamos utilizarla de manera responsable y eficaz.
Seguramente, la mayoría de la población sepa cómo funcionan este tipo de tarjetas, para qué sirven y dónde pueden contratarse. Estamos totalmente familiarizados con este producto y lo podemos ver en cualquier parte, ya que es de muy fácil acceso. Aunque no es menos común la falta de información o de análisis para calcular si es rentable contratar este producto. Para según que personas, resulta muy cómodo poder tener acceso a un dinero y no pagar hasta final de mes. Sin embargo, en otros casos, no resulta tan sumamente beneficioso.
Estas tarjetas de plástico son emitidas mediante compañías financieras. También nos permiten tener acceso a un dinero prestado procedente de dicha empresa. Su tamaño es estándar y cabe perfectamente en nuestra cartera. Tiene una cinta magnética que nos permite realizar el pago correspondiente. En la tarjeta también podemos ver nuestros datos, el número de nuestra cuenta, etc.
La gran ventaja de este producto es que, gracias a él, podemos pagar en cualquier lugar y momento sin tener el dinero a mano. Es al final de mes cuando tenemos que hacer frente a estos pagos que hemos realizado durante el mes vencido. Es por este motivo que mucha gente está encantada con el producto. Ya que no tienen que preocuparse por llevar siempre el dinero en la cartera. Por otro lado, hay cierto riesgo de no llevar el control de tu gasto y hacer compras que no se pueden afrontar próximamente.
La tarjeta de crédito
A lo largo de este texto analizaremos las ventajas y desventajas que puede tener contratar este producto que resulta atractivo. También daremos varios consejos, en el caso de que queramos tener una tarjeta de crédito, para hacer un uso correcto. Es conveniente que, al mismo tiempo, sepamos las características de este tipo de tarjetas para tomar una decisión más conveniente.
Respecto a la tarjeta de crédito, el usuario tiene un límite en relación a esa cantidad de la que puede llegar a disponer. Esta precaución responde a las políticas de riesgo de la entidad y al perfil de la persona que la ha contratado. Si gozamos de una buena salud económica y no tenemos ningún historial negativo, tendremos más facilidades y mejores condiciones. Por lo general, no hay que pagar de manera mensual el dinero que hemos gastado. A cambio, dicho saldo va acumulando un interés. Es posible hacer el pago mínimo o pagar dichos intereses correspondientes al saldo que ha quedado pendiente. Pagando la totalidad del saldo, no estaremos pagando intereses.
Uno de los factores a destacar de los que goza el usuario es la flexibilidad de pago, pudiendo elegir varias opciones. Con la contratación de la tarjeta, queda establecido un pago mínimo y los cargos respecto a la financiación del saldo pendiente. Estas tarjetas pueden utilizarse en cajeros automáticos y bancos para pedir el adelanto en forma de efectivo. Hemos de aclarar que estas acciones suelen tener una comisión, interés y, dependiendo el país, un impuesto. Si disponemos de dinero en nuestra cuenta, es mejor siempre usar la tarjeta de débito, ya que no nos supondría ningún gasto. Justamente, por este tipo de acciones, se ha de tener claro que operaciones podemos realizar sin que tengamos que pagar algún tipo de interés o comisión.
Pagos con la tarjeta de crédito
Cuando realizamos un pago con esta tarjeta, estamos usando un dinero crediticio y son creados por las tiendan o bancos privados que otorgan créditos. Por tanto, en este sentido, a nosotros nos afecta la solvencia que tenga esa entidad que ha emitido la tarjeta. Al hacer un pago en cualquier comercio con este tipo de tarjetas, la persona que nos cobra ha de pedir que nos identifiquemos. Para ello, hemos de enseñar el documento nacional de identidad (DNI) o el carnet de conducir.
Una vez confirmado que somos el titular de esa tarjeta, se procede al cobro y, como último paso, hemos de firmar el recibo de dicha compra. En el caso de la firma, no es aplicable para todo tipo de comercios. Esta autorización de compra sin firma está disponible en comercios que suelen tener un volumen grande de clientes, como pueden ser cines o cierto tipo de restaurantes. Otro paso de confirmación de la identidad es la confirmación del PIN relacionado con esa tarjeta para realizar la compra.
En el caso de que haya un uso fraudulento o nos hayan robado la tarjeta de crédito, hemos de avisar a la entidad que nos ha emitido dicho producto. Además, hemos de presentar una denuncia para que se investigue el uso y la procedencia del mismo, con el objetivo de esclarecer el asunto. Por suerte, en un gran porcentaje de los casos, es factible demostrar que no hemos realizado esas operaciones. Ya sea por motivos de localización, horarios o hábitos.
Otro aspecto que debemos conocer es que dichas compras suelen tener un seguro para el saldo que se ha financiado. Podemos encontrarnos con cuatro tipos de seguros; dorada, clásica, black o platinum. Cada seguro está relacionado, básicamente, con el límite respecto al crédito otorgable.
Consejos
La tarjeta de crédito es un producto muy bueno, si se hace un buen uso o tenemos las condiciones adecuadas para contratarlo. Para saber si reunimos esas condiciones, antes hemos de saber qué es gastar y cuál es el pago mínimo en tarjetas de crédito. No existe un servicio o producto que sea útil para todo tipo de personas o que sus condiciones sean favorables para cualquier circunstancia. Por eso mismo, desde aquí, aconsejamos evaluar nuestra situación y saber todos los gastos que puede suponer esta contratación.
Antes de contratar una tarjeta de crédito, hemos de tener cuidado con las estafas al pedir préstamos en internet. Una vez contratado este producto con una entidad financiera fiable, hemos de pensar en qué uso le vamos a dar. Es verdad que puede resultar muy cómodo no tener que preocuparte por llevar dinero en la cartera. Pero, también, puede resultar negativo no llevar un control de todo el dinero que gastamos. Puede que, cuando llegue la hora de pagar, el importe sea muy superior al que podemos afrontar.
Un consejo para limitar el uso de la tarjeta de crédito es sólo llevarla en momentos necesarios. Hemos de dejarla en casa cuando sospechemos que no podemos controlar su uso. Un caso claro es cuando salimos de fiesta, ya que podemos perder esta tarjeta. El alcohol es un factor muy perjudicial para un uso correcto de la misma. En ciertas condiciones, podemos invitar a mucha gente a una copa, pedir más de lo que podemos, etc. Al llevar un dinero exacto y dejar la tarjeta de crédito en casa, no corremos el riesgo de gastar más de lo que podemos. Hemos de ser conscientes de que este producto es una gran responsabilidad y debemos actuar en consecuencia. Un uso inadecuado puede llevarnos a empeorar, de manera drástica, nuestra economía.