¿Qué es el superávit?
¿Has escuchado recientemente términos financieros o resultados contables de los que no estás muy familiarizado? ¿Te gustaría ampliar tus conocimientos en este campo? En este artículo hablaremos exactamente de qué es el superávit y de todo lo que deberías saber sobre él. Generalmente, su significado es muy popular y, en teoría, es el objetivo a alcanzar por cualquier compañía. Se trata de gozar de abundancia respecto a lo que se necesita, en comparación a lo que no es. La situación contraria recibe se llama déficit.
Su etimología, de entrada, nos da una gran pista sobre su significado. El origen de esta palabra es el latín, superare, y su significado es sobrar. La palabra superávit indica un sobrante de ingresos comparado con los gastos. En otras palabras, esa diferencia entre gastos (negativos, e ingresos (positivos), arroja un saldo positivo. Como consecuencia, la cantidad mencionada ha de tener un positivo resultado para que podamos estar hablando de superávit.
Si queremos saber las pérdidas y beneficios de nuestro negocio, haciendo una comparación con el anterior año, consultaremos a nuestra Cuenta de los Resultados. En el aspecto contable, es posible ver sobrante en nuestras ganancias que hemos obtenido y registrado en el cierre del año contable como organización. Este tipo de datos se comprueba fácilmente, ya que sólo hemos de ir a nuestro balance de la situación y cuenta de los resultados.
En esta última, podremos ver el desglose de gastos, ingresos y su resultado. Se consultan números del pasado año y se comprueba si se da una pérdida o incremento en ese período. Mientras que en nuestro balance de la situación veremos un panorama general de todo pasivo y activo. La comparación se realiza con su anterior año y se anota en caso de que la diferencia resulte positiva y suponga un superávit.
Superávit
Es bastante probable que, en algún momento, hayamos escuchado esta palabra, en situaciones o sectores determinados. La razón es que se trata de un concepto muy utilizado en varios ámbitos y con gran amplitud. Muy utilizado en economía.
En cuanto a la economía pública, también es común escuchar este tipo de términos, sobre todo para decir si una gestión ha sido óptima o no. Su denominación suele ser superávit fiscal o presupuestario. Es cuando el Estado, mediante diversas retenciones, impuestos y similares obtiene una recaudación mayor en comparación con el gasto del pago de sus deudas y el derivado de ofrecer varios servicios.
En el comercio internacional, hablamos de superávit en el supuesto de que el total de exportaciones del país es mayor que sus importaciones. También se puede utilizar esta palabra cuando se fabrican productos o en la producción. Si producimos una cantidad superior de bienes respecto a los que vendemos, estaremos en superávit. Este último ejemplo es muy ilustrativo, ya que al contrario de lo que se puede pensar, no es siempre bueno. Cuando producimos más de lo que somos capaces de vender, contamos con un bien extra al que no damos salida. Esto puede provocar que se vuelvan obsoletos o experimentar cierta depreciación que complique la venta. También es peligroso que la producción sea superior a las ventas en productos con caducidad. Todo ello tiene un resultado negativo que ninguna empresa quiere; las pérdidas.
Todo esto seguro que nos es bastante familiar, ya que en las noticias hemos escuchado a político presumir de alcanzar un superávit. Sin embargo, es necesario profundizar más para entender mejor su significado y calado. También es positivo que sepamos qué es el activo y el pasivo en contabilidad y seamos plenamente conscientes de la importancia de tener un flujo de efectivo positivo.
Clases de superávit
Al margen de que nos encontremos definiendo cualquier situación de una empresa, hemos de saber que este concepto se aplica a muchos campos en economía. Por ello, hay una gran cantidad de diferentes tipos. Nos podemos encontrar el superávit fiscal (ámbito público, cuando el gobierno ingresa más de lo gastado), exterior (beneficio del país en comercio exterior). Además, existe, entro otros, el estructural, que se vincula a la coyuntura en economía general dada en un exacto período. Si hablamos de familias, existe el privado.
A lo largo de este artículo, entraremos más en detalle con cada uno de los distintos tipos que nos podemos encontrar, dependiendo del ámbito. De todos ellos, el que más suele interesar es el económico. Hace referencia al entorno económico estrictamente empresarial. Este, puede sacar beneficios de los anteriores ya nombrados.
En este apartado hablaremos de las diferentes clases de superávit que nos podemos encontrar. La aplicación más conocida es asociada con nuestro mundo comercial correspondiente al Estado y empresas. Aun así, no es el único tipo, siendo principales, por ejemplo:
– El superávit fiscal. Se relaciona siempre con cualquier administración que sea pública. Su resultado se da cuando dicha administración pública consigue una recaudación de dinero mayor al necesario para que pueda afrontar las cargas pendientes. Además, este superávit fiscal es relacionado con ese dinero que llega a esa administración por parte de otra, en forma de aportación. Se da entre la región y el Estado, que recibe esa cantidad.
– El superávit público. En el caso de que un superávit fiscal haga referencia al grupo de toda administración pública pertenecientes al país.
Superávit presupuestario. Se refiere a ese superávit fiscal que ha previsto el Gobierno cuando ha realizado los correspondientes presupuestos para el próximo año.
– El superávit primario. Se trata del superávit fiscal, pero no se calculan costes previos para financiarse. En otras palabras, los intereses existentes por la adquisición de una deuda anterior no tienen impacto alguno. Por este motivo es más factible un resultado de superávit que un superávit fiscal. En esos casos, es denominado como superávit total o déficit.
– El superávit exterior. Cuando la diferencia entre gastos e ingresos correspondiente a un país comparada con el exterior es positiva. Es posible que el superávit existe en cualquiera de las cuentas de balanza de los pagos. Las principales son:
- Financiero. Los ciudadanos de ese país hacen menos envíos de remesas, comparado con las que reciben.
- Del capital. Una cantidad menor de inversores localizados en territorio extranjero con dinero del país, respecto a inversiones del extranjero en nuestro país.
- Comercial. El saldo correspondiente a importaciones del país es menor, si se compara con las exportaciones.
Resumiendo, existe la posibilidad de superávit siempre que en esa entidad haya salidas y entradas de cualquier bien o de dinero. Relacionado con este concepto, es posible que nos interese o nos sea positivo saber qué es la balanza comercial.
Elementos
Dentro de los elementos importantes que se han de evaluar antes de tomar cualquier decisión, existe uno crucial. Hemos de saber si se trata de un superávit de carácter estructural o coyuntural.
– Cíclico o coyuntural. Es cuando períodos económicos provocan una situación temporal. No existen grandes probabilidades de que se haya que tomar alguna medida relacionada con su estructura de financiación y costes correspondientes a la administración.
– Discrecional. Es condicionado por ciertas políticas de economía impulsados por el Gobierno.
– Estructural. Originado constantemente, con independencia de cualquier impacto o influencia que pueda tener cierto período económico. En esta situación, se han de tomar medidas para corregirla.
– Tendencial. Cuando una situación estructural automática y normal provoca esta situación. Un ejemplo claro y efectivo es cuando la población experimenta un crecimiento.
– Privado. Una familia o empresa consigue generar ingresos suficientes para hacer frente a los gastos en sus finanzas. Se puede considerar también, en ocasiones, para un conjunto de empresas y familias pertenecientes al país.
– Alimentario. Cuando los alimentos son abundantes.
Desventajas
El principal beneficio de este concepto es bastante claro. Si lo resumimos a la máxima sencillez posible, establecemos que esta ventaja es que dicha empresa crea un sobrante económico, Ese beneficio lo podrá y deberá invertir en el crecimiento de la compañía y si correcto desarrollo.
Sin embargo, existe también cierta desventaja; el conocido estancamiento. Mientras que un déficit provoca cierta reacción, al mostrarnos las posibles consecuencias o la cara del fracaso. Esto nos activa y nos compromete a ser mejores y superar esas pérdidas que afectan a nuestra economía. Por otra parte, una situación de abundancia nos hace relajarnos. Podemos pensar que si está yendo todo así, es mejor seguir así, sin hacer grandes cambios. Es un hábito que nos hace ser conformistas y no nos permite adelantarnos a posibles épocas difíciles o cambiantes.
Si estamos atravesando esta época de buenos resultados, siempre hemos de pensar en el futuro. Todo buen empresario ahorra y piensa en cualquier situación complicada que se pueda dar. Esto le hace estar en guardia y prepararse, por si acaso. Cuando dejamos de tomar estas precauciones, es indiferente lo bien que nos vaya, podemos enfrentarnos a duros reveses al no estar listos.
En nuestra cultura podemos ver muchas fábulas y metáforas que hacen referencia precisamente a este escenario. La verdad es que son muy útiles para aplicar en todo aspecto de la vida. No hay nada de malo celebrar cuando se consigue el éxito, pero hemos de ser conscientes de que no es lo más difícil. Por muy complicado que parezca, lo es más mantenerse en esa posición. Para ello, hemos de experimentar y buscar una mejora constante.