Qué es el patrimonio neto

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¿Has oído hablar recientemente del patrimonio neto y quieres saber qué es exactamente? ¿Perteneces al entorno empresarial y quieres familiarizarte con algunos términos de gran importancia para tener una buena base? En este artículo podrás encontrar la definición y una explicación de qué es el patrimonio neto. El significado más breve podría ser que el patrimonio neto es un valor total que pertenece a una empresa, después de descontar las deudas propias de la entidad. Posee dos aspectos que lo componen; los beneficios que han generado y no han sido distribuidos, las reservas y cualquier aportación de capital por parte de los socios.

El patrimonio, general, de la empresa son todos los bienes, obligaciones y derechos que están constituidos por medios económicos con el fin de que la empresa funcione. Dicho patrimonio está formado por las masas patrimoniales, que son el patrimonio neto, pasivo y activo.

– El activo. En esta masa patrimonial están los derechos y bienes de la empresa. Hay cierta confusión con qué es un activo. Por ejemplo, mucha gente considera su casa propia un activo y es todo lo contrario. La casa genera gastos y el activo es lo que te genera ingresos. Otro caso diferente sería si tuviera una casa y esta llevaría al dueño una cantidad superior a sus gastos por un alquiler.

– El pasivo. En este apartado están todas las obligaciones y deudas que la empresa tiene que afrontar. Este concepto está más claro, ya que consideramos pasivo a todo lo que nos genere gastos.

– El patrimonio neto. Son los activos que le queda a una empresa después de restarle la cantidad total de pasivos.

Una vez tengamos claros estos conceptos, podemos pasar a desarrollar otros más complejos. Es muy importante saber estos significados porque son la base para entender todo lo que rodea a una compañía. Por ello, es beneficioso saber qué es el activo y el pasivo en contabilidad y saber qué pasos dar para ganar más de lo que gastas.

patrimonio neto

El patrimonio neto

En el año 2007, gracias al PGC (Plan General de Contabilidad) y a su última versión la diferencia entre pasivo y patrimonio neto ha quedado más clara. Con la intención de no llevar a una confusión permanente entre estos dos términos, han sido diferenciados. En esta iniciativa, se hacía hincapié en que el pasivo no estaba formado por el patrimonio neto, dada su naturaleza en la contabilidad. Por lo tanto, su desglose quedaría de la siguiente manera:

  1. Las aportaciones del capital que hacen los socios
  2. Los beneficios que se han generado o las reservas que la compañía no ha distribuido.

A parte de este desglose, tiene unas características que lo diferencian del pasivo, que enumeraremos de la siguiente forma:

  1. Es una cantidad que no se puede exigir. Significa que no es una deuda con terceras partes ajenas a la empresa y no hay que devolverlo. Es por esta razón que también se le conozca de la siguiente manera; pasivo no exigible.
  2. Aunque en la contabilidad de la empresa se considere como deuda, esta es en referente a los socios. No tiene, por tanto, un coste financieramente hablando.
  3. Financia el activo que no es corriente y otra parte de un activo que sí es corriente o bien, circulante.
  4. Dicho patrimonio tiene que aparecer de una manera nítida que se vea reflejado en un balance de la situación. Este balance es un informe de contabilidad que muestra el patrimonio perteneciente a una empresa en un determinado momento.

Como hemos señalado anteriormente, diferenciar bien los términos básicos en la contabilidad empresarial es clave en la gestión de la misma. La confusión, aunque sea leve, en este apartado puede tener fatales consecuencias. En este texto hemos querido separar totalmente estos dos conceptos para que su definición y composición quede lo bastante clara.

La importancia en el balance

En cualquier balance empresarial hay una máxima que se debe cumplir; La suma del neto más el pasivo tiene que ser igual al activo. Las diferencias que hay entre el pasivo y el activo son reguladas en el neto. Si el neto es negativo, se deduce que dicha sociedad carecer de unos recursos mínimos para que pueda hacer frente a las deudas propias. En resumen, la cantidad de dinero que debe destinar a los pagos es más que la cantidad que debe cobrar junto con sus recursos propios.

En este punto, pasaremos a redactar en qué situaciones el importe de dicho patrimonio neto se ha de tener en cuenta:

– Repartir los beneficios a socios, o lo que se conoce como reparto de dividendos. Esa cifra que ha de ser distribuida es proporcionada con un valor del neto actual.

– Reducción del capital. Por las razones que los socios crean oportunas, a veces los socios consideran apropiado reducir su capital.

– Ampliación del capital. En otras situaciones, una compañía se ve obligada a hacer una ampliación del capital.

Si las pérdidas de una Sociedad Anónima (S.A.) y Limitada (S.L) provocan que la reducción del neto a una cantidad que es inferior al 50% del capital social, la ley establece que su disolución es obligatoria, a menos que haya una aportación de capital. Como hemos comprobado, no solamente es importante tener conocimiento de la contabilidad de una empresa para su buena gestión. Es más trascendental aún saber las leyes y las normas que ha de cumplir una compañía. La violación de la ley o el caso omiso a ella puede acabar en sentencias penales.

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Consejos

Al margen de que estos conocimientos son útiles y necesarios para las finanzas de una empresa, también puede sernos de utilidad para nuestra vida. Para gozar de una buena economía es importante saber las reglas básicas de finanzas personales.

Nuestra educación actual, desde primaria hasta bachillerato, a veces parece incompleta. Si hacemos un análisis genérico, podemos comprobar que la educación finalmente está orientada a la adquisición de conocimientos profesionales. Dichos conocimientos nos van a permitir tener acceso a unos ingresos concretos. En otras palabras, nos enseñan a ganar dinero. Ya sea mediante las lengua, matemáticas u otras ciencias. Al paso de los años, cada alumno traza su camino hacia una especialidad determinada. Alcanzada la mayoría de edad, nos encontramos con un alumno que tiene una idea, más o menos clara, de a qué va a dedicar su vida. Hasta este punto, sus conocimientos de las finanzas personales son nulos. A no ser que, después de bachillerato, opte por una rama de economía, seguirá sin tener unas nociones básicas de contabilidad.

Una buena solución sería, en la E.S.O. por ejemplo, incorporar una asignatura en la que se aprenda también a cómo usar el dinero. De nada nos sirve estar preparados para ganar dinero si no sabemos qué hacer con él, pudiendo llegar a desperdiciarlo. Unas herramientas al alcance de todos redundaría en una mejor gestión de los hábitos de consumo y decisiones que puedan tomar en este aspecto.

En los últimos años han surgido varias aplicaciones que nos ayudan a controlar nuestros gastos, incluso algunas entidades bancarias nos dan esta herramienta. Es una buena ayuda, ya que nos ayuda a saber nuestros hábitos y nos da la opción de poder corregirlos. Aunque se antoja insuficiente para un mejor control de nuestro dinero. Una enseñanza que parta desde unos conceptos sencillos como base para una edad temprana sería la mejor forma de familiarizarnos con conceptos que son necesarios dominar.

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