El papel de las guerras en la urbanización de Europa

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Desde el inicio de la humanidad, el hombre se ha visto involucrado en diferentes tipos de conflictos, los cuales tienen como propósito establecer ciertos rangos de poder.

En su lucha por alcanzar una posición privilegiada a nivel mundial, el hombre ha derramado mucha sangre, en muchas ocasiones, de personas totalmente inocentes que no tienen nada que ver con este tipo de conflictos. Más bien, han llegado a ser un resultado nefasto, un daño colateral.

Lo más triste de esta situación, es que son pocos los que realmente logran su cometido. ¡Y pensar que han tenido que cometer muchos actos atroces!

En realidad, la mayoría de las veces los conflictos bélicos solo dejan desolación y ruina. Cientos de mujeres y niños deben sufrir la pérdida del cabeza de familia. No conforme con eso, han tenido que ser desplazados a otros lugares, en donde las condiciones de vida son denigrables.

Se les hace casi imposible la posibilidad de llegar a tener un trabajo bien remunerado o una vivienda digna. De hecho, las condiciones sanitarias suelen ser precarias, lo que hace que aumente la cantidad de enfermedades contagiosas peligrosas y, por consiguiente, el índice de mortandad de las guerras.

Por donde se pueda mirar, las guerras siempre traen consecuencias terribles. Pese a ello, ¿podemos decir que hay algo positivo de todo esto? Algunos escépticos dirán un rotundo ¡no! Pero la verdad es que, si vemos las cosas con ojo escrutador, podremos ver que sí hay cosas positivas.

Una de estas cosas podría ser la urbanización. ¿Cómo han contribuido las guerras a la urbanización de Europa? En este artículo estaremos tratando este tema tan polémico. De esta manera podrás obtener las respuestas que tanto estabas buscando. Así que recomendamos que no dejes de leerlo.

El papel de las guerras en Europa

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Aunque parezca una idea descabellada, la guerra tiene un lado que puede considerarse como positivo. Se trata del crecimiento urbano. Un estudio llamado Efecto del puerto seguro, asegura que, ante la amenaza inminente de un conflicto armado, los habitantes de un país prefieren vivir en las ciudades porque las consideran lugares más seguros.

Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en la edad media. En esa época, las ciudades solían reforzarse con grandes murallas. De manera que esto ofrecía una gran sensación de bienestar y seguridad para sus habitantes, ya que era una barrera para los atacantes.

Claro, naturalmente existían la posibilidad de sitiar la ciudad. Sin embargo, esta era una estrategia poco utilizada porque solía llevar mucho tiempo.

Por otra parte, también está el llamado efecto objetivo. Este efecto resalta el hecho de que, para los atacantes, las ciudades siempre son más atractivas que las zonas rurales. Y esto tiene mucho sentido.

Esta teoría podría deberse al hecho de que en las ciudades hay más cosas que robar que en los campos. También podría ser porque se puede causar un daño más grande al enemigo, en vista de que hay una mayor cantidad de población que en las zonas rurales.

Otro resultado importante de las guerras es el efecto de transporte. Este efecto hace ver que, durante la guerra, se llegan a destruir infraestructuras importantes, como las que unen grandes ciudades.

Sin embargo, aunque no se lleguen a destruir estas carreteras, durante la guerra, suelen ser lugares de desplazamiento muy peligrosos. Por otra parte, los costes de viajes suelen elevarse muchísimo, por lo que la concentración urbana suele ser más frecuente.

Un cuarto efecto de las guerras es el llamado efecto de pobreza rural, el cual plantea que la destrucción de las zonas rurales hizo necesario que la población se dirigiera a las ciudades. Se considera que es una reacción natural a la guerra. Por tal motivo, no podemos decir que se trate de un efecto similar al objetivo.

Más bien, el efecto objetivo es el resultado de las anticipaciones que pueden hacerse a ataques futuros.

Por último, podemos hablar del efecto Maltusiano, el cual muestra que una guerra o una epidemia pueden llegar a ser la causa de la reducción de la población que vive en las zonas rurales de un país, lo cual produce un incremento de los salarios.

El aumento de los salarios se traduce en una demanda más grande de los bienes de manufactura, los cuales se producen sobretodo en las ciudades. De manera que, un impacto de este tipo hace posible una mayor urbanización.

La triste realidad de las guerras

Todos estos efectos nos hacen ver una triste realidad, lo que puede ser una tragedia para muchos, se convierte en la ventaja de otros. A algunos les toca vivir la triste realidad de las guerras como lo son el hambre, las enfermedades, las mutilaciones, las pérdidas de seres queridos, la destrucción de viviendas, de carreteras, de escuelas, etc.

Mientras que otros se ven beneficiados tras una fachada, una irrealidad, que es la que los gobiernos se encargan de exponer al mundo en general. Escondiendo los embates de la guerra y la miseria que deja a ser paso.

Ahora bien, ¿qué más podemos decir sobre el papel que han desempeñado las guerras en la urbanización de Europa? Sería ideal que podamos dar un viaje al pasado y remontarnos a una de las guerras más importantes de la historia de la humanidad: la primera guerra mundial.

En el siguiente subtítulo veremos cómo el panorama mundial cambió desde esa fecha en adelante y cómo afectó a Europa en el plano de la urbanización. Por ese motivo, es importante que no dejes de leer lo que se ha investigado para tu beneficio personal y para acrecentar tus conocimientos sobre nuestra historia.

Lo que necesitas saber sobre el papel de las guerras 

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El ex presidente Churchill, para el año 1914, describió la situación de Europa como una tranquilidad excepcional. Sin embargo, tras un período de grandes convulsiones políticas y sociales, lo que se estaba gestando era la primera guerra mundial, la cual se inició en agosto de 1914.

Cuando estalló la primera guerra mundial, la situación de Europa era precaria, se encontraba dominada por vastos imperios, los cuales estaban regidos por monarquías que pasaban de generación en generación.

Era la nobleza la que controlaba el panorama en Europa, tanto en el ámbito económico como político. Por ejemplo, en el caso de Gran Bretaña, Francia y Alemania, eran familias nobles ricas y poderosas, entre otros burgueses, los que mantenían el control gracias a la educación y a las instituciones culturales.

De hecho, a muchos ciudadanos europeos se les prohibía hablar en su idioma o, incluso, practicar su religión. Había una fuerte discriminación por el género, la raza o la clase social a la que se pertenecía.

Por supuesto, las mujeres se llevaban la peor parte de la situación, ya que no tenían derecho al voto, solo había algunas excepciones y en raras ocasiones se les permitía tener algunas propiedades o llevar la delantera en sus negocios.

Antes de la primera guerra mundial no había democracia, tampoco existían una cultura popular cívica. Esto solo existía en países como Francia y Gran bretaña, mientras que el resto de Europa ansiaba estos preciados bienes.

Sin embargo, todo esto vino a cambiar tras la muerte del archiduque Francisco Fernando, suceso que detonó la primera guerra mundial cuando Austria le declaró la guerra a Serbia.

Hasta este punto, los gobiernos de los poderes principales habían puesto en peligro la paz con sus grandes movilizaciones militares, pero no habían trazado planes que pudieran prolongar el combate por más tiempo.

Quienes iniciaron la guerra esperaban que esta se tornara corta porque, de lo contrario, esto significará caer en la banca rota de la industria y del crédito de Europa. De hecho, el ministro ruso de la guerra se había preparado para enfrentar una guerra que duraría, según sus expectativas, entre dos o seis meses.

Pese a todo, la guerra se prolongó por mucho tiempo y llegó a durar 4 años y tres meses. Fue en este periodo de tiempo en donde se suscitó el cambio revolucionario más grande que pudo haber en la historia, se logró derribar al régimen zarista y se empoderó a los bolcheviques.

Toda esta situación tuvo como telón de fondo una horrible escasez de comida y de materias primas para llevar a cabo producciones.

Por otra parte, la primera guerra mundial fue una de las más sangrientas de la historia. Esta guerra dejó más de 8 millones de muertes, sin tomar en cuenta todas aquellas que se produjeron como consecuencia de la gripe española, la cual azotó una población que ya estaba bastante afectada.

Cabe destacar que fue en la primera guerra mundial donde se comenzó a usar los llamados bombarderos aéreos, dejando en un segundo plano los ataques terrestres y los marítimos que habían sido los protagonistas hasta ese entonces.

Eso, sin tomar en cuenta la cantidad de actos atroces que se cometieron contra la población civil, los cuales desencadenaron una ola de violencia entre Estados, los cuales alcanzaron su punto máximo durante la segunda guerra mundial, la cual fue aún peor.

Si creías que era todo lo que había que saber sobre el papel de las guerras en la urbanización de Europa, estás muy equivocado. Ahora mismo veremos más.

Consejos 

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La primera guerra mundial fue la que se encargó de decidir el futuro de Europa, lo hizo usando la fuerza. Esta fue la ruptura más traumática con las políticas que dominaban la escena de Europa en el siglo XX.

Puesto que se encargó de borrar la línea que separaba a los enemigos internos y externos, ya no se sabía en quién se podía confiar. De manera que la violencia fue acrecentándose y se prolongó hasta el año 1945, con el fin de la segunda guerra mundial.

Durante la segunda guerra mundial todo el entramado de la sociedad sufrió un gran impacto, lo que incluye el sector urbanístico, ya que muchas ciudades llegaron a ser prácticamente barridas del mapa por completo.

Ese fue el caso de Varsovia, la cual llegó a perder hasta el 80% de sus edificios y debió ser reconstruida casi que en su totalidad.

Por otra parte, las comunicaciones y las grandes industrias de Europa sufrieron una caída dramática, lo cual generó un gran nivel de pobreza. De hecho, todos los bienes y servicios llegaron a desaparecer casi por completo.

En cuanto a la agricultura, se perdieron muchas cosechas. Incluso, algunos campos estaban plagados de minas terrestres, lo cual no solo generó más hambruna, sino que también se encargó de elevar aún más el número de muertes.

No obstante, después de la guerra, con la ayuda de los Estados Unidos, se logró restaurar la economía de Europa.

Después de estos conflictos, nada fue igual en Europa. Se produjo en giro de 180 grados. Había nuevos líderes y, por tanto, nuevas ideas para levantar Europa y cambiar el rumbo de la historia.

Como dijimos, esto afectó negativamente a unos para darle un mejor futuro a otros.

 

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