Mayor contable – ¿Qué es el mayor contable?
¿Estás interesado en ampliar tus conocimientos de contabilidad en el mundo empresarial? ¿Quieres saber unos conceptos básicos de la economía de una empresa y cómo funciona? En este artículo hablaremos de qué es el mayor contable, para qué sirve y cómo es su diseño. Dominar su utilización es clave para un correcto funcionamiento y registro de todos los movimientos de una cuenta.
El mayor contable es representado por una ficha individual, la cual registra unas cantidades pertenecientes a la cuenta utilizada en el transcurso de varias operaciones de índole económica, por parte de una empresa. En este libro están recogidos los hechos que aparecen en un libro de diario. Con la salvedad de que no está la fecha de la realización de dicha operación en esa cuenta. En su lugar, es la cuenta con la que se ha trabajado o ha sido operada, con el objetivo de tener conciencia de las disminuciones o aumentos experimentados. Aunque su conocimiento es muy beneficioso para una empresa, no es un libro que haya que tener por obligación. Sin embargo, nos servirá de gran ayuda, ya que nos permitirá tener los movimientos de todas las cuentas utilizadas, por separado. Esos movimientos pertenecerán a un periodo contable concreto de los movimientos de cada una de las cuentas.
Puede que nos suene un poco difícil el lenguaje o algunos términos en concreto. Como todo, a medida que vayamos leyendo e informándonos entenderemos mejor su significado y su uso. También tenemos a nuestra disposición un grado que consiste en saber qué es administración de empresas. Aunque estos conocimientos no nos sirvan para nuestro trabajo, sí que nos puede venir bien saber unas cuantos conceptos. Por ejemplo, saber qué es el activo y el pasivo en contabilidad y 3 errores comunes al consolidar deudas, que la gente comete.
Mayor contable
En este apartado pasaremos a describir, de una forma breve y clara, el diseño de esta ficha individual. En referente a las entradas realizadas en dicho libro contable, existen dos formas de representarlas. Para ilustrar estas dos maneras, tendremos como punto de partida la siguiente situación; en una cuenta bancaria se han hecho algunas operaciones. Estos tres movimientos son un cobro al cliente y dos pagos hechos a proveedores.
– Forma con la letra «T». Dicha forma se debe a tanto las salidas como las entradas de una cuenta van a ir a la parte derecha o a la parte izquierda. Esto va a depender si este movimiento pertenece al haber (derecha) o, en su lugar, al debe (izquierda).
– Forma de cuadro. En este modelo, se necesita más información que el anterior. Por ejemplo, entre los datos que necesitaremos estarán el concepto de dicha operación y su fecha.
Al realizar la transacción económica, vamos a contabilizar el primer movimiento en nuestro libro diario. Más tarde, vamos a registrar la información de todas las cuentas por separado que han participado. Este registro se hace en los apuntes que hemos individualizado en nuestro mayor contable de cada una de las cuentas.
Ejemplo ilustrativo: Si compramos materias primas a los proveedores, en dicho mayor pondremos una entrada; proveedores, IVA soportado y bancos.
Como hemos podido comprobar, una vez que hemos entrado en la descripción de esta ficha individual y su funcionamiento, parece estar más claro. Más adelante, daremos algunos consejos sobre cómo llevar esta contabilidad. Aunque repetimos que no tenemos ninguna obligación legal. Solamente es una forma muy efectiva de tener claro todos nuestros movimientos y finanzas como empresa. De esta manera ahorraremos tiempo a la hora de presentar impuestos, movimientos o demás acciones que sí son obligatorias e importantes para nosotros.
El saldo
El saldo reflejado por el mayor de cada una de las cuentas es la diferencia existente entre el importe de todas las operaciones ubicadas en la parte izquierda y las operaciones del lado derecho. O lo que es lo mismo, al debe se resta el haber. Se pueden dar tres tipos de saldo, dependiendo de dicho resultado, que veremos en este apartado:
– Saldo deudor. Este saldo se da en las ocasiones que el haber sea menor que el debe.
– Saldo nulo. Como su propio nombre indica, el saldo nulo es cuando la suma de los dos lados sea la misma cantidad.
– Saldo acreedor. En este caso, obtenemos este saldo cuando el debe tenga una menor cantidad con respecto al haber.
Una vez que nos estamos familiarizando con los términos de contabilidad, tendremos una base para poder operar. Aunque debemos seguir formándonos, ya que se ha de actuar con conocimientos suficientes para poder manejar y clasificar dicha información.
En muchos casos, es realmente conveniente tener a una profesional especializado para la gestión de todos estos documentos y su correcta presentación. Puede que veamos el sueldo de nuestro gestor o contable como un gasto más que añadir. Superficialmente sí que es un gasto, pero podría llegar a ser un ahorro. Todo el tiempo que invertimos en estas tareas, no la estamos invirtiendo en el trabajo o en la conciliación con la vida personal. En ocasiones, hemos llegado a tener sanciones económicas, ya que desconocíamos nuestras obligaciones. En otras situaciones, hemos pagado de más al no conocer todos nuestros derechos financieros. Es por ello, que dependiendo de la magnitud y la complejidad de la actividad, la figura de un profesional es imprescindible.
Otra posibilidad que podemos tener es formarnos con un curso reglado para convertirnos en una persona cualificada para la gestión de empresas. Si realmente te gusta esta opción o quieres saber más de las finanzas, sería una muy buena decisión. A igualdad de conocimientos, y si el tiempo no es una barrera, nadie mejor que uno mismo para cuidar de sus intereses. En el otro lado de la balanza está que nos restará energía y disponibilidad para cualquier otra tarea que nos resulte importante.
Consejos
Para un buen uso del libro mayor contable es preciso tener unas máximas en cuestión de funcionamiento. El trabajo en sí puede provocar cierto desorden en nuestras cuentas. En otras palabras, ganar dinero nos ocupa demasiado tiempo y nos quita de poder organizar y clasificar dicho dinero. Las dos tareas son igual de importantes, ya que en caso de no estar organizados podemos terminar pagando más de lo que ganamos. Por eso, como consejos, sugerimos que este registro se lleve de la manera más actualizada posible. No dejarlo todo para el final, ya que sería una mala planificación. La organización ha de ser planificada, por ello nos será de más utilidad tener todo bajo control en el momento.
Es uno de los muchos conocimientos que desde aquí creemos relevante para una planificación y gestión de la empresa. Es cierto que dependiendo del tamaño de la misma y del peso en el mercado, las formas de actuar difieren considerablemente. Una tienda de barrio no operará de la misma manera que un supermercado, ya sea por espacio o posibilidades. Como tampoco un supermercado se comportará de la misma forma que un bar. Las diferencias van más allá del funcionamiento. También se trata de la forma contable de cada una de ellas y lo que es mejor para una puede no serlo para otra. Es por esto que primero debemos tener en cuenta qué tipo de empresa tenemos y cómo podemos aplicar estos conocimientos en nuestro beneficio.