Los efectos de la pobreza
Según datos del Programa Mundial de Alimentos, el 14% de la población de los países «en desarrollo» padece de desnutrición, un problema que afecta en mayor medida a los niños y que es uno de los principales efectos y síntomas de la pobreza.
De hecho, esto también los convierte en especialmente vulnerables en lo que a explotación se refiere, existiendo en la actualidad más de 120 millones de niños de entre 5 y 14 años que se ven obligados a trabajar en todo el planeta.
En el caso de España nos encontramos ante un 22% de la población que está en riesgo de pobreza, lo que demuestra que no es un problema que solo atañe a países en vías de desarrollo, siendo un fenómeno que es más cercano de lo que en un principio se pueda imaginar. No obstante, también es cierto que el nivel de la pobreza en Europa no puede compararse con la pobreza de esos países en vías de desarrollo.
Al hablar de pobreza, los economistas tienden a analizar las causas y la forma en las que se le puede hacer frente, pero no acostumbran a reparar en las consecuencias de la misma, en gran parte porque es complicado poder estimar el efecto causal de la misma. Esto se debe a que en la gran mayoría de los casos está relacionada con características individuales de los individuos.
En los países en vías de desarrollo se puede observar como las decisiones económicas que toman algunas familias no son acertadas. Esto se debe a que, en ocasiones, incluso rechazan la ayuda de gobiernos y ONGs, sin pensar en el futuro para la toma de sus decisiones. En muchos casos estas decisiones equivocadas se toman en base a creencias sociales y sus efectos psicológicos. Estas decisiones pueden incluso empeorar la situación de pobreza que atraviesan.
La pobreza afecta a la función cognitiva
Diversos estudios han podido determinar que la pobreza afecta a la función cognitiva de las persona. Esto es lo que precisamente provoca que en muchos casos se tomen decisiones equivocadas, que además pueden empeorar su situación.
Esto se debe a que sus preocupaciones económicas pueden distraerles. Teniendo en cuenta que la capacidad cognitiva es limitada, estas preocupaciones pueden hacer que no haya suficiente espacio para tomar decisiones apropiadas.
Tras numerosas pruebas realizadas a diferentes sectores de la sociedad y en diferentes países, los resultados indican que la pobreza no solo implica una escasez de recursos económicos. Es decir, también representa una escasez de recursos cognitivos.
Estos recursos no tienen que ver con las características de los individuos pobres, como por ejemplo su educación. El problema radica en las preocupaciones a las que deben hacer frente. Según estiman los especialistas, el hablar de preocupaciones financieras tiene el mismo efecto que no dormir una noche.
De esta manera, aunque habitualmente cuando escuchamos hablar de pobreza lo asociados de una forma directa en términos materiales, la realidad es que afecta al desarrollo fisiológico de las personas. Esto quiere decir que es importante saber el impacto en la vida de desarrollo de las personas a todos los niveles.
Lo que está demostrado es que la escasez afecta a la toma de decisiones, lo que a su vez no hace más que empeorar su situación. Ante una situación de escasez, el estar tomando decisiones inadecuadas hará que no se satisfagan en muchas ocasiones las necesidades básicas y urgentes para poder dejar la pobreza a un lado o al menos vivir en mejores condiciones.
Los efectos de la pobreza en el desarrollo del cerebro de los niños
Es importante tener en cuenta que la pobreza puede presentarse como un conjunto de efectos negativos que impiden a una persona vivir con dignidad. La escasez de recursos tiene un impacto directo sobre multitud de ámbitos de la vida. Entre ellos se encuentran la nutrición, el acceso a la educación, la salud y otras situaciones adversas.
A consecuencia de la pobreza no se poseen recursos básicos en las viviendas que originan mayores problemas en la salud, así como más violencia. Además, tiene efectos en los niveles de estrés, ansiedad y depresión. También afecta de manera profunda a las relaciones afectivas y sociales. Sin olvidar que puede haber mayor riesgo de adicciones a las drogas o al alcohol, y también pone a la familia en riesgo de marginación laboral y social.
Además, los estudios realizados en el ámbito de la psicología y la neurociencia han podido demostrar que la pobreza tiene efectos colaterales en el desarrollo del cerebro de los niños, así como de sus capacidades cognitivas.
Esto quiere decir que los niños que crecen en entornos de pobreza tienen capacidades menos óptimas. Esto hace que se den con mayor frecuencia problemas de fracaso escolar y comportamiento.
De esta manera, además de los efectos en el aspecto socio-económico, se puede ver como la pobreza afecta a otros niveles. En el caso de los menores se debe a que observan el problema de pobreza desde sus primeros años de vida.
Así pues, puedes ver que los efectos de la pobreza pueden ser mayores y más amplios de lo que pudieras pensar. Se tiende a pensar en el dinero pero hay mucho más detrás.