La importancia del análisis contable
¿Eres un trabajador autónomo o tienes una empresa y estás preocupado por cómo va la contabilidad y las finanzas profesionales? ¿No sabes si estás empleando un sistema efectivo para estar al tanto de tus finanzas y tomar futuras decisiones correctas? En este artículo hablaremos de la importancia del análisis contable que tiene para el correcto desarrollo y gestión de empresas. Los informes de contabilidad nos ofrecen información de gran valor que nos permite tomar las decisiones correctas en un futuro, en relación con nuestro negocio. Al hablar de finanzas y el aspecto contable de una actividad, no solamente se hace referencia a los costes, albaranes, facturas, etc. Los procesos o pasos a dar en cuestión de declaraciones o presentaciones es igual o más importante.
Un estado de contabilidad nos proporciona la información de manera clara y sencilla. Esos datos son muy preciados en una empresa o para ciertos inversores, analistas, socios y, por qué no, empleados. Con dicho estudio, tenemos a nuestra disposición un plano en el que podemos ver la situación respecto al patrimonio, a las finanzas y a las economías. Con estos conocimientos se puede establecer unos objetivos o deseos para cumplir en un futuro.
Para una buena toma de decisiones, es importante que el análisis sea óptimo y exacto. Para su interpretación, es trascendental contar con datos fidedignos y contrastados. Cuanto más sepamos, más podemos controlar y nos movemos menos en terrenos desconocidos. Esta situación nos lleva directamente a saber qué camino tomar o si estamos gestionando bien nuestros recursos. Los motivos para llevar a cabo este análisis pueden ser muy diversos, como informar a distintos interesados en nuestra empresa. Como hemos señalado anteriormente, existen varias figuras a las que afecta esta información y el estado financiero de esa empresa. De esta manera, también sabremos nuestras circunstancias.
El análisis contable
Este documento puede ser muy útil para la empresa y para cualquier persona que tenga relación con ella. Por ejemplo:
– Proveedores y acreedores. Como es lógico, un proveedor o acreedor tiene un interés real y directo en nuestra capacidad económica. Si no disponemos de liquidez, dificilmente cumpliremos los contratos previamente acordados o las compras programadas.
– Prestamista y obligacionista. Estas personas van a tener una preocupación con respecto a la posibilidad de que podamos pagar los intereses periódicos. Nuestra economía también afectará a la posibilidad de devolver cualquier tipo de deuda, a nuestra solvencia o al nivel de endeudamiento que hemos llegado.
– Posible inversor, socio o accionista. Este tipo de personas, normalmente, piden una información completa respecto a nuestra empresa. El verdadero interés es si nuestra empresa es rentable, financieramente hablando. Al mismo tiempo, quieren conocer los recursos, si las ganancias son estables o cómo se reparten los beneficios.
– La directiva. Estas personas pedirán esta información para evaluar si las inversiones tienen cierta rentabilidad económica. Además, con estos datos, saben si se están cumpliendo los objetivos marcados, los costes de cualquier recurso financiero o su eficacia en cuanto a la asignación de los mismos. Todo ello, tiene como objetivo elevar su valor al máximo.
– Los empleados. Sin duda, es la parte más interesada, al ser dependientes del rumbo de la empresa. Es positivo que conozcan los datos para que sean conscientes de la contribución respecto a beneficios empresariales. Sabiendo la solvencia, pueden estar más tranquilos a la hora de esperar cobrar su salario al final de mes.
– Asesor financiero, analista o auditor. El trabajo de estos profesionales es localizar fallos o elaborar un mejor sistema para la gestión contable. Con un certero análisis, podrán darnos una opinión y predicción más exacta. A su vez, nos comunican qué beneficios tenemos por según qué decisiones o futuras cotizaciones.
– Los clientes. Es a quién le debemos dar una información más presentable. Siempre siendo transparentes, con esos datos les tranquilizaremos o aclararemos dudas. Un cliente puede tener cierto temor a que ya no pueda acceder a nuestro servicio o producto, si la empresa suspende la actividad.
– Administración pública. Al margen de Hacienda y los impuestos que vayamos a generar, hay más intereses. Si somos capaces o estamos creando puestos, si cumplimos con la normativa medioambiental, de seguridad, etc.
Estados de contabilidad
El análisis contable puede variar, dependiendo si corresponde al autónomo o a una gran empresa. En el primer caso, la contabilidad es más sencilla y de otra dimensión. Al tener un impacto menor en la sociedad, afecta a menos personas y el interés ajeno no es mucho. En el caso de que se trate de una gran empresa, va haber mucho interés desde diversos sectores y partes de la sociedad. Al depender una gran cantidad de personas de esa compañía, esta genera bastante expectación y atención. Independientemente de estas características, existen varios estados contables que adoptan diferentes nombres. Por ejemplo:
– Balance de la situación. Ilustra el estado del patrimonio (patrimonio neto, pasivo y activo) correspondiente a la empresa en ese momento concreto.
– Cuenta de las ganancias y perdidas, conocida también como la cuenta de los resultados. Es el resumen de todos los gastos e ingresos que la empresa ha generado en el transcurso del ejercicio contable.
– Balance de los saldos y sumas que recibe el nombre de balance comprobatorio. Aquí podemos ver nuestro balance respecto a saldo acreedor y saldo deudor respecto a la cuenta de la empresa en ese momento.
– El estado de los cambios en nuestro patrimonio neto. En este, nos enseña la manera en la que el capital (del propietario y de socios) de la compañía varía. Se tiene presente cualquier gasto e ingreso que esté en nuestra cuenta de los resultados.
– Estado de los flujos efectivos. Dicho estado muestra la utilización que hemos hecho del efectivo propiedad de la compañía. También se muestra el correspondiente a otros líquidos activos que se dan por actividades. En el transcurso de ese ejercicio contable se apreciará cómo cambian.
Análisis contable
El análisis contable ha de ser completo. Para ello, daremos la oportuna importancia a la memoria de contabilidad, el informe auditor y de gestión. Para conseguir una información de calidad y de otro nivel más avanzado, es aconsejable que se incluya el comportamiento de cualquier variable macroeconómicas. Estas pueden ser la inflación, tasa del desempleo, PIB, etc).
Este análisis se va a dividir en diferentes campos, dependiendo de con qué objetivo lo realicemos y también del informe de contabilidad que se analizará. Estas áreas a contemplar son tres:
– Análisis del patrimonio. Gracias a él, podemos evaluar de una manera exacta que nivel de deuda tiene nuestra empresa y el equilibrio de las finanzas. Podemos aportar este documento con el fin de garantizar a un proveedor, prestamista, acreedor o terceras personas los futuros pagos. Al mismo tiempo, nos permite responder a cualquier obligación inmediata, sabiendo el nivel de liquidez del que disponemos. El informe principal se llama balance de la situación.
– Análisis de la economía. Nos indica el crecimiento de nuestra empresa, de sus resultados y márgenes. En otras palabras, veremos qué elemento o elementos nos están dotando de una rentabilidad concreta. En esta área, el informe más importante es el llamado cuenta de las ganancias y de las perdidas.
– Análisis de finanzas. Con esta información, se analiza a la empresa y su estructura financiera. Esto quiere decir que se estudia su rentabilidad en las inversiones que se han realizado, los propios recursos y sus costes. La base informativa de este análisis se compone de varios elementos; cuenta de las ganancias y pérdidas, aplicación de fondos, balance de la situación, estado del flujo tesorero, cuadro de financiación o su estado de los orígenes.
Realizar un análisis de contabilidad
Para reconocer la importancia del balance de situación en tu contabilidad y cumplir con nuestra responsabilidad financiera, es necesario contar con este tipo de análisis. Un análisis de contabilidad consta de dos partes; dinámica o estática. Al igual que nos muestra un momento concreto de la empresa o la evolución. Podemos ayudarnos de varias herramientas, pero el más conocido, utilizado y recomendable es el conocido método de ratios. Con él, podemos realizar un análisis informativo de la contabilidad. Está compuesto por el cociente entre números que serán cantidades. En contabilidad, al hablar de ratios se hace referencia al cociente entre importes correspondientes a dos partidas o también a grupos de partida en los que se incluyen en el informe de contabilidad.
La principal ventaja cuando utilizamos dicho método es que se trata de un proceso sencillo. Nos permite estudiar nuestra evolución económica, patrimonial y financiera, teniendo como referente el mismo ratio en su actividad económica en momentos distintos. Para conseguir que tenga más vinculación legislativa, tendremos presente:
– No usar muchos ratios, ya que estaríamos complicando nuestro análisis innecesariamente.
– Dotarles de significado. Con esto nos referimos a que sean compactos, claros y concisos.
– Prescindir de ratios aislados, ya que estos han de darnos una imagen general.
En lo que a un ratio respecto, no es autosuficiente ni suficiente. Lo que realmente importa es la información extra con la que se interpretan. Otro consejo es contar con la media correspondiente a la empresa que lidera y una media sectorial. Con una buena información, podremos saber mejor qué es la contabilidad financiera.