Crédito – ¿Qué es un crédito?

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¿Estás barajando varias posibilidades de financiación para una inversión o gasto en concreto generado por una actividad profesional o personal? ¿Tienes ya unos conocimientos básicos de todas las opciones de las que dispones, pero te gustaría saber más de ellas? En este artículo hablaremos en concreto de qué es un crédito, qué ventajas y qué compromisos adquirimos cuando se pide. Es una ayuda para conseguir un dinero del que no disponemos que resulta muy útil, según las circunstancias que tengamos.

En el otro lado de la balanza, hemos de colocar el riesgo de ese tipo de préstamos que nos compromete. Es por eso que, antes de tomar una decisión al respecto, hemos de valorar todos los datos posibles y analizar. Si tenemos otra opción, aunque sea más complicada o difícil, en la mayoría de los casos lo recomendable es elegirla. Si podemos evitar en la contratación de un crédito, mejor.

Un contrato por el que obtenemos un crédito es la operación financiera. La parte acreedora otorga ese préstamos a la parte deudora, por una cuantía económica determinada y estipulada entre ambos. La persona que es financiada adquiere el compromiso de retornar esa cantidad que ha solicitado, más el interés que se ha devengado. Además, en caso de que los haya, los costos en relación con seguros y otros provocados por esa operación.

Para esta devolución se estipula un plazo de tiempo determinado que consta en el contrato. Es por esta razón que hay que fijarse bien en las condiciones que aceptamos, porque pueden ser abusivas. Hay gente que por un crédito de 2.000 euros ha terminado perdiendo la casa. A veces, obtener un crédito significa mejorar nuestra situación presente, empeorando la futura con respecto a la pasada. Antes de dar el paso, hemos de asegurarnos de que no hay un riesgo.

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Qué es un crédito

Esta palabra tiene su origen en el latín. En este idioma tan importante en la historia de la humanidad, se conoce como credititus (cosa confiada) que pertenece al verbo credere, que significa creer. La palabra crédito y su verdadero significado es confiar o poseer confianza. En lo que a la economía se refiere, crédito un derecho de una parte acreedora para cobrar a la parte deudora un importe monetario. Varios economistas ven esta operación como un cambio en el que su campo de actuación no es el espacio, sino el tiempo. Si nos ponemos a pensar, el dinero es simplemente un invento creado por el hombre sin significado alguna. Únicamente representa en unidades un determinado valor. Dicho valor no existe, no podemos tocarlo ni controlarlo. Por eso, la definición más adecuada que se le puede dar es que el dinero no es más que tiempo.

En los sectores financieros y económicos, el concepto crédito es la confianza depositada en la probabilidad de que ese préstamos sea devuelto. Para ello, se tiene en cuenta la solvencia, la voluntad y la capacidad de la parte deudora. Analizando estos factores, se puede llegar a la conclusión de si existe riesgo alto o casi nulo. Cuanto más sea el riesgo, más intereses hay en dicho préstamo.
En el aspecto jurídico, se trata de un contrato firmado por ambas partes. No puede haber un préstamo de una mercancía, dinero o cualquier servicio sin que haya una parte que lo otorga y otra que lo reciba. Para que este tipo de acuerdo tenga validez alguna frente a una reclamación oficial, ha de estar correctamente redactado. Estos documentos están regulados por la ley, con el fin de garantizar los derechos del que necesita el crédito y a la persona que lo concede.

Información del crédito

Un crédito revolvente se trata de ese tipo de operación financiera en la que es posible su uso repetido, retirando fondos respetando un límite que se ha autorizado. Esto hace que la cuantía del crédito a disposición disminuye cuando pedimos prestado y aumenta en el momento que pagamos.

Existen varias maneras para que un cliente con un producto como la tarjeta de crédito pague su línea autorizada. Generalmente, este pago se efectúa en distintas cuotas. Otra opción es la revolving, en la que es posible hacer el pago menor respecto al total en facturación en un período conocido como pago mínimo.
La diferencia que existe entre lo que se ha pagado y facturado se llama saldo. Este saldo genera deuda nueva (revolving) y se le aplica una tasa respecto al interés actual para ese período. Al mismo tiempo, es añadido a su saldo de la deuda en dicha modalidad. Estos pertenecen a períodos anteriores, en el caso de que los hubiera y pueden optar por el pago amortizado de forma diferida.  A continuación, podemos ver los tipos de créditos que nos podemos encontrar.

Tipos de crédito

– Crédito tradicional. Este es el que la mayoría de nosotros conoce o está familiarizado con él. Se trata de un préstamo en el que se establece una cantidad del importe y de las cuotas a cumplir. Es habitual que dichas cuotas integren algún tipo de seguro que cubra un posible siniestro involuntario.
– Crédito por consumo. Es una operación con vistas a mediano y corto plazo, generalmente de 1 año a 4. Está destinado para la adquisición de algún bien en concreto o pagar un servicio.

– Crédito comercial. Este préstamos es realizado a las empresas, al margen de su tamaño. Mediante esta operación, esas entidades pueden comprar bienes, contratar servicios o volver a financiar una deuda que tienen con otra institución. También les permite ponerse al día o seguir pagando a sus proveedores en el presente o futuro inmediato.
– Crédito para hipotecas. Se trata de una cantidad monetaria entregada por la financiera o banco, con el objetivo de que el cliente compre un terreno, bien raíz, oficina, construir viviendas o adquiera una propiedad que esté construida. En esta operación se garantiza la hipoteca respecto al bien que se ha construido o adquirido. El pago de esa deuda es contemplado a un medio y largo plazo, pudiendo ser desde los 8 años hasta los 40. Lo normal y recomendable es un tiempo estimado de 20 años.

– Crédito consolidado. Cuando una persona tiene varios créditos, tiene la opción de fusionar todos ellos en uno nuevo. Los beneficios de esta operación son la disminución de la cuota a pagar. En compensación, su plazo o el interés aplicable aumenta. Se puede decir que esa persona pide un crédito sobre crédito. Paga menos por más tiempo, lo que facilita su presente, dificultando el futuro.

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Más tipos de crédito

– Crédito personal. Es una cantidad de dinero entregada por la financiera o banco a una persona física, no jurídica, para ayudarle a comprar algún bien inmueble. Estos no serán viviendas o propiedades, y el crédito podrá ser pagado a corto o medio plazo, entre 1 año y 6.
– Crédito prendario. Una entidad financiera o banco da a una persona física cierta cantidad monetaria. Esta persona, no puede ser jurídica, realiza una compra en la que adquiere su bien inmueble. El la mayoría de los casos, ha de aprobarse por dicha compañía que realiza el préstamo. Este bien por el que se ha efectuado la compra pasaría a ser totalmente del cliente cuando la deuda con la financiera o el banco esté saldada.

– Crédito sindicado. Se concede en sólo una operación. Lo normal es que esta sea una transacción importante en la que actúan diversas entidades financieras con el fin de compartir riesgos.
– Crédito rápido. Las principales características de este crédito son la flexibilidad en cuanto a plazo para amortizar que ofrecen y su inferior cantidad prestada. Es un producto económico bastante llamativo y se ajusta a muchas personas que tienen un imprevisto. Si, de repente, una cantidad mínima de dinero de la que no dispones, esta es la mejor opción. Esta operación es ofrecida por el tipo de entidad financiera que dispone de un capital privado.

– Crédito automotriz. Destinado a la compra de un vehículo, este tipo de financiación se da con cierta facilidad. Podemos pedir este crédito a un banco o en el mismo concesionario en el que tenemos pensado comprar nuestro futuro vehículo. Una variante que podemos encontrar en ciertos portales es la de, además del crédito, nos incluyen el seguro correspondiente. Suele ser una oferta muy interesante, ya que ese seguro es a todo riesgo y con coberturas máximas.

Consejos

Si somos capaces de proteger los ahorros en épocas de crisis, seguramente no necesitemos pedir un préstamos. Si, en nuestro caso, no hemos podido ahorrar o queremos iniciar un negocio, hemos de ser conscientes de que pedir un crédito para invertir es una mala decisión. Para evitar tener que pedir cualquier tipo de préstamo a bancos o personas conocidas, antes hemos de analizar nuestra economía. Como ya hemos aconsejado anteriormente, disponemos de otras alternativas de las que hablaremos en este apartado.

Antes de tener que cumplir con nuestra responsabilidad financiera en dicha operación, podemos sopesar otras opciones. Tener un segundo trabajo, contabilizar los gastos del mes y ver qué se puede suprimir o disminuir el ocio. Son pequeñas acciones que hacemos cada día que se convierten en una cantidad importante pasado un año.

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