Contrato de factoring – ¿Qué es un contrato de factoring?
¿Te ha sucedido que has querido apoyar económicamente a alguien con un préstamo que nunca te pagó ni te atreviste a cobrar?… En esta vida hay personas que tienen una estrella para los negocios pero otras nacen estrelladas.
Tener que cobrar puede llegar a convertirse en todo un arte que no siempre es fácil de ejecutar. La pena, la falta de carácter o la mala memoria podrían ser algunos de los motivos que nos lleven a asumir que el dinero prestado es dinero perdido.
Por otra parte, hay personas cuyo mayor entretenimiento es endeudarse. Lo hacen para mantener vicios, por vanidad o por cualquier otro motivo poco válido. Lo cierto es que sea cual sea el caso, siempre hay que saldar la deuda. De lo contrario, tendrán que asumir las posibles consecuencias que vendrán.
Caer en este error podría dañar la reputación de cualquiera y convertirlas en personas poco confiables para los demás. Es importante recordar que no se pueden recoger las plumas que se han echado al viento. De igual modo, muchas veces no hay marcha atrás después de haber emprendido un camino.
Sin embargo, la verdad es que hay personas osadas que esto les importa muy poco.
Pero, para tranquilidad de muchos, existe un tipo de contrato comercial que nos puede ayudar con este problema. Se trata del contrato factoring. ¿Alguna vez habías escuchado hablar sobre él? ¿No tienes ni la menor idea de qué se trata, cómo puedes acceder a él o qué repercusiones puede traerte?
¡Que no se te vaya la olla! ¡Hoy es tu día de suerte! Te estaremos respondiendo estas y otras interrogantes relacionadas con este tema. De seguro esto marcará un antes y un después en tu vida. Por ello, presta mucha atención.
Instrucciones sobre cómo hacer el contrato factoring
Antes de entrar en materia, es importante que dejemos claro de qué se trata el contrato factoring. No es más que un contrato complejo que se establece con pequeñas o medianas empresas. Bajo este contrato, una empresa financiera se encarga de “comprar” las deudas de sus clientes para luego cobrarlas tiempo después.
En otras palabras, una empresa financiera se encarga de saldar deudas de una empresa cliente. Sin embargo, esto no lo hace por ser un buen samaritano ya que, al cabo de un tiempo, accederá no solo al dinero invertido sino también a un porcentaje adicional. Es decir, el pago de intereses.
Claro, algunas personas podrían tener opiniones encontradas. Unos podrían pensar que se trata de una gran estafa, mientras que otros se enfocan en el lado positivo. Por ejemplo, les permite tener liquidez en momentos críticos, también puedes dar por olvidada la deuda y todo lo que implica cobrarla. Eso, sin hablar del tiempo que puedes ahorrar al no tener que realizar las acciones necesarias para el cobro.
Ahora bien, si te interesa establecer este tipo de contrato, es importante que conozcas cómo puedes hacerlo. Por eso, te estaremos explicando paso a paso cómo debes proceder.
Lo primero que tienes que hacer es llegar a un acuerdo con la otra empresa, sea que tú quieras ser la empresa cliente o la financiera, para establecer cuáles serán las obligaciones legales de cada parte, y así asegurar su fiel cumplimiento.
En lo que concierne a la estructura del contrato, este debe contemplar la fecha en la que se estableció el acuerdo. Además, el documento debe especificar el tipo de contrato factoring que se ha acordado y el servicio que se está requiriendo. Esto, debido a que existen 4 tipos de contratos factoring.
Por ejemplo, está el factoring con recursos, en el cual la empresa cliente deberá responder a la financiera en el caso de que la deuda no sea saldada por parte del deudor. También existe el factoring sin recursos el cual es completamente lo contrario, es decir, la empresa cliente queda eximida de cualquier responsabilidad en dado caso que el deudor no quiera cancelar su factura.
Por otra parte está el factoring con notificación, el cual establece que la empresa debe hacerle una notificación al deudor, para informarle que el pago de su cuenta pendiente debe hacerse a una entidad financiera con la que se ha acordado un servicio de factoring.
Pero también existe el factoring sin notificación en donde no se le informa nada al deudor sino que cuando reciba la factura de cobro deberá remitirla a la entidad con la que se ha establecido el contrato de factoring.
Teniendo claro el asunto con respecto a los tipos de factoring que existen, un aspecto que no se puede pasar por alto es explicar si el cliente recibirá el importe total o parcial de su factura al momento de su vencimiento. Este último aspecto nos recuerda que se debe indicar el día que se vencen las cuentas que han sido cedidas.
También se debe especificar cuál es el porcentaje de interés que se cederá a la entidad financiera, en los casos que haya importe de facturas por adelantado. Esto, además del porcentaje que obtiene por intereses y por el pago de gastos de administración, verificación y cobro de la factura pendiente.
Con estos puntos presentes, tal vez desees saber qué se necesita para obtener los servicios de factoring y establecer un contrato que esté en orden con los parámetros legales existentes. Para responder dicha interrogante, no dejes de leer el siguiente subtítulo.
Lo que necesitas para establecer un contrato factoring
Para que pueda establecerse este tipo de contrato debe quedar claro cuáles son las partes que están involucradas. Tal como lo hemos señalado anteriormente, existen dos figuras claves, la empresa cliente y el llamado factor o entidad financiera. A estas dos figuras las une el deudor.
Puesto que sin estas figuras no podría realizarse el contrato de factoring, se hace apremiante conocer con detalles el papel que desempeña cada parte.
Por ejemplo, en el caso de la empresa es aquella que cede sus derechos de cobro a una entidad financiera. La empresa debe ser una pequeña o mediana la cual se encarga de vender sus productos o servicios, de forma constante, a otras empresas.
Por otra parte, el factor es el banco, caja de ahorro o establecimiento financiera de crédito que se encarga de adquirir los derechos de cobro de la empresa y, por ende, asume los riesgos relacionados con las cuentas que están para ser cobradas.
Por último está el deudor, el cual no es otro sino el que ha comprado bienes o servicios al cliente y que debe cancelarlos a la entidad financiera en caso de establecerse el contrato factoring.
Consejos relacionados con el contrato de factoring
En ocasiones, las razones que llevan a una empresa a solicitar un servicio de factoring pueden llegar a ser muchas. Esto podría convertirla, a simple vista, en la mejor de las opciones. Sin embargo, a pesar de todos los aspectos positivos que podemos señalar, es importante que conozcas cuáles son los riesgos de establecer un contrato de factoring.
Uno de ellos es que el sistema de financiación puede llegar a ser muy costoso en el caso de que las facturas por cobrar sean muchas y pequeñas en su cuantía.
Además, el contrato factoring es difícil de implementar si la empresa que lo solicita se encuentra en graves problemas económicos. Ya que corre el riesgo de que el factor, o empresa financiera, no desee asumir las deudas. En otras palabras, se estaría jugando según las reglas que establezca el factor, las cuales podrían no ser de mucho beneficio para el cliente.
En vista de lo anterior, se hace necesario pensar con detenimiento cuál resulta ser la mejor opción para ti, y así quedar libre de arrepentimientos, en caso de que las cosas no marchen tal como lo habías programado, ya que siempre hay riesgos.