¿Cómo afecta la inflación a la facturación del autónomo?

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¿Trabajas por tu cuenta o tienes una empresa, te preocupa el momento que atraviesa el país y su tendencia? ¿Eres de los que mira de reojo al futuro para saber cómo se van a comportar los diferentes índices económicos nacionales? En este artículo hablaremos de cómo afecta la inflación a la facturación del autónomo y de todo lo que deberías saber al respecto. Este hecho tiene una influencia directa en el negocio de una persona y su crecimiento económico, por eso mismo es importante saber los efectos y la tasa en la actualidad. Al escuchar la palabra «inflación» directamente se nos viene a la cabeza que van a subir los precios. La consecuencia más directa es el impacto negativo en un negocio para el autónomo.

La razón por la que las empresas y negocios temen tanto este término es muy sencilla de entender. Primero, establecemos que este concepto es la pérdida del ciudadano en poder adquisitivo por la subida de los precios. Esta subida puede que no afecte de manera idéntica a la totalidad de los productos, aunque es genérica. Si el consumidor tiene un poder adquisitivo menor, consumirá menos y será cliente de los negocios justos. Como se puede apreciar, muchos negocios pierden facturación, obteniendo pérdidas o incluso llegando al cese de su actividad.

Si queremos una definición más profesional, se puede decir que es un aumento sostenido y general del precio en servicios y productos del país. El valor de la moneda también descenderá, al no poder comprar las cosas que antes comprábamos con la misma cantidad de dinero. Podemos identificar cuatro clases en las que puede darse una inflación; por previsión de una inflación, por costes, autoconstruida o por consumo.

También puede que te interese saber cuáles son los impuestos y obligaciones de los autónomos a cumplir.

inflación

Inflación

– Por el consumo. Depende directamente de qué demanda haya de bienes. En el caso de que la importación o la productividad sean superiores, el precio aumenta.
– Por los costes. El aumento en materias primas del precio utilizadas por los fabricantes. Un buen ejemplo es el petróleo. En estas situaciones, las compañías siempre van a querer mantener el margen para beneficio y deciden que el consumidor se haga cargo de esta subida.
– Autoconstruida. No es real, pero acaba siéndolo. El origen está en cuando se prevé un aumento en los precios de gran tamaño y provoca la inflación.
– Se espera una inflación. Esta se puede localizar en los países que tienen una tasa alta en inflación. Se contrarresta el aumento salarial de trabajadores por ese aumento de inflación.

Cuando existe una subida, todo profesional ha de tomar una decisión y solamente tiene dos opciones. O bien decide encargarse de la subida sin que ello repercuta al precio final del producto, reduciendo el margen para beneficio o cobrar ese aumento a los clientes. Una suposición simple sería que si los clientes se hacen cargo de la inflación, nuestro negocio no nota la subida de los precios. Estaríamos equivocados, sobre todo en la actualidad, con la gran competencia en este sentido que existe.

Puede que algunos clientes entiendan nuestro punto de vista y otros no, por lo que corremos el riesgo de perder una parte importante de clientela. De una manera u otra, la inflación afectaría al negocio. Además, esta decisión puede desembocar en círculo vicioso y resultar en otra subida mayor en precios a un medio plazo y largo. Existe otra opción que puede ser un término medio, pero hemos de prestar atención en la forma que la aplicamos. Y es repartir esa subida entre nuestro margen de beneficio y el precio final. Esta acción será mucho más aceptada por los clientes, pero para ello necesitaremos una buena forma de comunicarlo (marketing).

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Autónomos

Si un autónomo decide encargarse de la inflación en perjuicio del margen para el beneficio, va a tener repercusiones negativas en la actividad como:

– En el caso que tenga empleados. Lógicamente, pedirán esa subida de inflación en la base reguladora.
– Impacto en materias consumibles y primas para la producción. Si el petróleo sube hoy en día, el mundo tiembla. Desde una gran compañía hasta un comercio local puede notar esa subida y quedarse prácticamente sin beneficio. Incluso es posible seguir facturando, pero perder dinero.

Tal y como hemos señalado en el apartado anterior, tampoco es ideal cargar todos los costes extras al cliente. Seguramente, un porcentaje de la clientela no podría permitirse seguir comprando ese producto al precio pedido. Da igual que opción elijamos, la inflación va a tener un impacto. Lo único que podemos hacer y está en nuestro poder es reducir ese efecto en nuestros beneficios. Esto es posible si utilizamos la variable macroeconómica que nos permite calcular y predecir para que la inflación no nos sorprenda. Es importante que tengamos un conocimiento avanzado sobre qué es la inflación.

Otro consejo que podemos dar es que tengamos siempre presente la importancia del análisis contable y que podamos seguir cumpliendo con nuestra responsabilidad financiera.

 

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