Vivimos en un mundo donde en algunos países se proclama la llamada revolución femenina, en donde se castiga con la cárcel a aquellos hombres que maltraten física, mental y hasta emocionalmente a la mujer, en donde las mujeres se han empoderado y han tomado las riendas de su vida, de su casa y de su futuro.
Mientras que en otras partes de este mismo mundo, pareciera que se vive en un mundo paralelo, en donde las mujeres son víctimas de discriminación, de maltrato. En donde se les ve como simples objetos de gratificación sexual para los hombres.
Un mundo en donde se les insulta hasta en canciones y se les cuestiona por todas las decisiones que toma, sean acertadas o equivocadas. Un mundo en donde solo se les utiliza para procrearse y se les considera menos que nada.
Vivimos en un mundo en donde decenas de mujeres son víctimas de feminicidio a diario, sin que nadie haga algo al respecto. Como si la vida de las mujeres valiera menos que la de los hombres. Pero estas diferencias no llegan hasta ahí.
Hay países en donde las mujeres no tienen las mismas oportunidades de superación que los hombres, ya que no pueden acceder ni siquiera a la educación, mucho menos pensar en un puesto de trabajo digno o bien remunerado.
Todo esto nos hace ver que vivimos en un mundo injusto y machista y, aunque las mujeres han intentado muchas veces hacer valer sus derechos, estos han quedado frustrados porque la ley beneficia a los hombres.
De hecho, las empresas que tienen empleados mixtos, es decir hombres y mujeres, suelen hacer diferencias en cuanto al salario que se les dispensa. ¿Cuál es el origen de esta problemática? ¿Qué efectos tiene en la sociedad? Continúa leyendo.
Causas de las brechas salariales entre los hombres y las mujeres
Resulta más que evidente el hecho de que existe una notoria brecha salarial entre hombres y mujeres. Sin embargo, más de uno se estará preguntado a qué se debe dicha diferencia. Se podrían mencionar algunas de las posibles razones:
- Una situación directa de discriminación. Puede que la mujer este igual de cualificada, para un puesto de trabajo, que el hombre. Pero, puede que se le discrimine al dársele un sueldo inferior al de sus compañeros masculinos.
Esta situación de discriminación podría darse porque, en ocasiones, las mujeres suelen dedicarse a efectuar trabajos de tiempo parcial, ya que quieren conciliar su vida familiar con su empleo.
Por lo general, son las mujeres las que tienen que llevar a cabo esta conciliación. Por ello, se acaba produciendo una brecha salarial entre hombres y mujeres. A fin de poder minimizar dicha brecha, las empresas deben poder aportar una mayor inversión en la conciliación familiar, sin que esto perjudique a las mujeres en ningún sentido.
- Por otra parte, existen trabajos con mayor presencia femenina. En estos casos, los sueldos tienden a ser peores, a diferencia de aquellos trabajos en donde la presencia del hombre tiende a ser mayor y en donde no se produce este tipo de discriminación tan descarada.
- Además, tienen que lidiar con otro problema que abre la brecha salarial entre hombres y mujeres. Se trata de la interrupción de su desarrollo profesional.
Estas interrupciones no se dan de manera intencional. Generalmente, se presentan por situaciones como el embarazo y el parto. Estas situaciones les impiden alcanzar el desarrollo profesional al mismo ritmo que el de sus compañeros varones.
Esto hace que se retrasen en su desarrollo profesional, a pesar de ser una situación que se escapa de sus manos y en la cual deberían trabajar la mayoría de las empresas. A fin de darle un trato justo a las mujeres en estas condiciones.
Ahora bien, los países de la unión europea se encuentran por debajo de la media global, del problema de la brecha salarial entre hombres y mujeres. A nivel mundial, los niveles alcanzan el 23%. De hecho, se calcula que hasta el año 2087 se estará lidiando con esta marcada e injusta diferencia salarial.
Los países de la unión europea con menor incidencia en este flagelo de la sociedad, son Italia y Luxemburgo. Mientras que el que más lidia con ella es Estonia.
La mujer como empleada en España
En el caso concreto de España, se calcula que el 82% de los puestos administrativos de dirección están ocupados por profesionales masculino, a pesar de que las mujeres tengan las mismas metas y ambiciones. No solo eso, la mayoría de las personas concuerdan con que su superior es un hombre.
Este hecho también explica el porqué de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Ya que las mujeres ocupan un puesto de menor rango, reciben un salario mucho más bajo. Y es que la mujer se ve obligada a aceptar dicha posición, ya que no puede hacer frente a empleos mejor remunerados como el de construcción, electricidad, gas o petróleo.
De manera que pareciera que la mujer está destinada a ocupar un puesto de trabajo inferior, aunque este capacitada para llegar a ocupar el de la presidencia si es posible, y por ende a optar por un salario mediocre siempre.
Esto nos da a entender que la brecha salarial entre hombres y mujeres nunca dejará de existir. Sin embargo, ¿es eso cierto? ¿Se puede hacer algo para cambiar la situación? ¿Qué se está haciendo alrededor del mundo para poder empoderar a las mujeres sin denigrar a los hombres tampoco?
Es probable que para muchos la balanza del empleo y el salario, nunca esté del todo equilibrada. Puede que esté más inclinada a un lado o al otro. Pero, ¿es eso cierto del todo? En los próximos subtítulos estaremos viendo cuáles son algunas de las soluciones que ofrecen los verdaderos expertos en la materia.
Por ello, si eres una mujer que sufre este trato discriminatorio, no dejes de leer, pues puede que encuentres la solución al problema que tanto te aqueja. Veamos de qué se trata y cómo podemos sumarnos a alguna de esas interesantes iniciativas.
Beneficios de la igualdad
Sin duda alguna, eliminar la brecha salarial podría traer grandes beneficios a la sociedad. Entre ellos podríamos señalar:
- Una sociedad más justa. Al eliminarse esta brecha salarial, también se atenuaría el problema de la pobreza cuando las mujeres llegan a jubilarse de sus puestos de trabajo.
- La creación de nuevos empleos. Si se llega a eliminar esta brecha entre hombres y mujeres, los empleados estarían más satisfechos y, por tanto, serían mucho más proactivos en sus puestos de trabajo.
- También habría un crecimiento económico. Al haber competitividad y nuevos empleos, se lograría un incremento en la economía.
- Habrían menos trabajadores con desmotivación. Las trabajadoras que reciben un trato distinto al de sus compañeros masculinos, se sienten desmotivadas. Puede que llevan a cabo su trabajo sin ánimo y que no rindan igual como si fueran valoradas por sus compañeros y superiores.
- Se lograría una verdadera conciliación de la vida familiar. Puesto que se trata de un proceso natural, no esculpa de las mujeres el tener que pasar por el parto, la maternidad y la crianza de los hijos. Por ello, las empresas deben ser consideradas con ellas para minimizar el impacto de esta situación en su vida profesional.
Es triste pero, algunas mujeres, han tenido que tomar la decisión de aplazar su maternidad para no interrumpir su carrera profesional. Lo contrario también es cierto y reconocemos que no es un trato justo el tener que renunciar temporalmente a una de las dos cosas, cuando se puede hacer ambas a la vez.
Se trata de una situación importante que debe ser tratada con urgencia. Las empresas están en el deber de minimizar al máximo la brecha salarial entre hombres y mujeres. Esto hará que las mujeres trabajen con mayor comodidad, porque no se sentirían discriminadas.
Además, podrán sentirse realizadas profesionalmente, que es lo que toda persona desea al dedicarse a una actividad. Lo más justo para la sociedad es que se valore a las personas por lo que pueden hacer, es decir por sus capacidades y no por su sexo.
Pero, ¿Qué solución puede haber? ¿Acaso existe una que dé verdaderos resultados? Muchos tienen ideas, pero no pasan de ser más que eso, ideas. Por ello que en muchos países se ha desatado una ola de protestas y violencia, porque se han cansado de que nadie haga algo al respecto.
Consejos y soluciones
Una de las propuestas para lograr este objetivo, en España y en el mundo entero, es la educación quizás esta sea la más efectiva y en la que más se ha trabajado. Hoy en día, debería ser cosas del pasado, la asignación de roles para el hombre y la mujer. En donde el hombre trabaja y la mujer se queda en casa cuidando de los hijos.
Lo ideal es que ambos tengan las mismas oportunidades y si un hijo enferma, no tiene por qué ser siempre la madre la que deja su trabajo para ir a cuidarlo. Tampoco debe ser solo ella la que asista a las reuniones en el colegio de los niños.
Por otra parte, la elección del personal de trabajo debe hacerse a ciegas. Esto, ya que muchas veces el descarte viene desde el mismo momento en el que se dan cuenta de que se trata de una mujer en edad de maternidad.
Por esa razón se ha propuesto la creación de un currículum ciego, en donde no haya foto ni género o edad, para que así solo se evalúen las capacidades de la persona.
Otra propuesta es variar los salarios de acuerdo con la productividad. En ocasiones, la brecha salarial se produce por los complementos, no por el sueldo base. Además, también debe acabarse con los secretos que manejan muchas empresas sobre los sueldos.
También es importante que se rompan con los esquemas previamente establecidos. No podemos vivir anclados al pasado, en donde ciertos puestos de trabajo solo eran ocupados por un género. Por ejemplo, en el área de la enfermería o la educación, todos eran mujeres. Afortunadamente eso es algo en lo que se ha venido trabajando desde hace tiempo y ahora puede verse variedad.
Algo más que se puede hacer es promover trabajadores cuya jornada sea reducida. Esto, con el propósito de que puedan cuidar de sus hijos y lograr una conciliación, en donde haya horarios de trabajo reducidos, la posibilidad de trabajar por teléfono, algunas ayudas para la formación de guarderías en la empresa, etc. En otras palabras, se busca que se valore más la productividad que la presencia en el lugar de trabajo.
Claro, obviamente estas medidas necesitan ser respaldadas legalmente. Una manera de incentivar a las empresas a adoptar estas medidas, es otorgando premios a aquellas que obtengan mejores resultados en lo relacionado con la brecha salarial.
Pero estas leyes también deben obligar a los hombres a asumir su responsabilidad en la crianza de los hijos. Esto se puede hacer mediante bajas de paternidad obligatorias, de manera que no se penalice la decisión de una mujer de ser madre.
Si estas iniciativas se ponen en marcha, se podrá reducir considerablemente la brecha salarial entre hombres y mujeres.