¿Eres un autónomo o tienes una empresa y estás desarrollando una actividad económica, pero te gustaría saber más de contabilidad? ¿Estás aprendiendo ciertos conceptos básicos de economía para en un futuro poder aplicarlos o tomar mejores decisiones respecto al negocio? En este artículo hablaremos exactamente de qué es un abono y de todo lo que has de saber sobre él. Si buscamos la definición en nuestro Banco España (BE), el abono en una cuenta es la anotación o asiento que se encuentra en nuestro haber de esa cuenta y hace crecer su saldo. Un cheque en el que el destino sea abonar en una cuenta, o alguna directriz similar, localizada en su anverso, únicamente se hará efectivo si ese ingreso se hace en la cuenta corriente de manera previa. En ningún caso se ejecuta en la ventanilla directamente.
El abono es la partida contable registrada en nuestro haber de la empresa, en términos de contabilidad. Otra manera de referirse a ella es la nota del abono correspondiente a la factura. Esta partida se asienta, como ya hemos dicho, en el haber. Es el asiento contrapuesto a cualquier cargo, que se ubican en el debe.
Si hablamos de facturación, el abono es ese documento y acción para anular o devolver la factura que se ha emitido previamente. Para realizar esta operación, es común que se emita la nota del crédito o la factura para rectificar.
Abono
Al gestionar la contabilidad, hay momentos que realizamos el abono en la cuenta y para ello anotamos o apuntamos este hecho. El lugar para almacenar esta información es la cuenta de contabilidad correspondiente a la compañía por la que se produce el aumento o incremento de su saldo en ella. Por tanto, cuando hablamos del abono en una cuenta nos estamos refiriendo al registro de esa operación en su haber. La acción totalmente opuesta en una cuenta es cargar en ella. Esta situación se produce al suceder una disminución o reducción de los fondos.
En la mayoría de los casos, se abona la factura cuando se devuelve ese bien o se anula el servicio que previamente se cobra. La manera de llevar a cabo esta operación es mediante la emisión de la nota del crédito o por la factura rectificativa. Esta última vía es la opción que más se utiliza en nuestro país, a consecuencia de la reforma actual en cuanto a normativa de la facturación. En esta reforma queda establecido que una factura rectificativa tiene que cumplir una serie de requisitos. El primero es que siga una numeración propia (diferente al que tienen las facturas de tipo ordinarias) y la segunda característica es que su importe no va en negativo, a excepción de que se trate de una devolución de la mercancía. Al principio, el punto del importe y la manera en la que ha de ir resultaba muy confuso.
Mientras que para una nota del crédito, no tiene una numeración propia. En este caso, su valor sí es negativo y la numeración sigue a las otras facturas ordinarias. Es la principal diferencia con una factura rectificativa. Esta opción es la más tradicional y la más utilizada en países de habla hispana.
Consejos
Ahora que tenemos más información sobre este concepto, podemos saber cómo puede un emprendedor llevar su contabilidad. Es muy importante tener este tipo de información, o al menos un profesional que nos guíe, para cumplir con nuestra responsabilidad financiera. Un error que suele tener el empresario es centrarse únicamente en generar ingresos. Desde luego, es una parte muy importante, pero tiene igual de trascendencia la gestión de los mismos. En consecuencia, cometemos otro error cuando nos damos cuenta de su relevancia. Queremos encargarnos nosotros de ella o asumir el control total de las decisiones.
El asesor es una figura imprescindible, si nuestra contabilidad es algo complicada. Hay excepciones, como puede ser un pequeño comercio con poca facturación en la que el dueño es capaz de administrar. Aun así, para esta tarea, hemos de saber los acontecimientos importantes en el calendario fiscal y cumplir con los plazos para presentar las diferentes declaraciones. En los casos de que tengamos un negocio de un tamaño mayor, no es suficiente con saber qué es la contabilidad financiera. Es necesaria una preparación y unos conocimientos específicos.
Por mucho que conozcamos los conceptos de contabilidad más relevantes, no sabemos cómo influyen en otros aspectos o qué hacer en determinadas circunstancias. Aunque sí tuviéramos esta preparación, si no delegamos esta responsabilidad, estaríamos quitando tiempo de la gestión del negocio en sí y su desarrollo. Esta es nuestra función principal; generar ingresos y encargarnos de que un profesional lleve su contabilidad. No podemos invertir nuestra energía y atención en un trabajo sistemático, si estamos al frente de la actividad. Se trata de dar nuestro mejor rendimiento en el campo en el que somos más efectivos o más nos interesa serlo.