Revalorización – ¿Qué es una revalorización?

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Existen ciertos conceptos dentro de la economía que afectan a nuestra vida diaria, y más si desarrollamos una actividad económica. Puede que como último cliente el impacto no sea tan visible o notorio al consumir en pequeñas cantidades. Dependiendo del producto o servicio, si que notaremos esos cambios, como por ejemplo la luz y su subida en estos años. En este artículo hablaremos de qué es una revalorización y de todo lo has de saber sobre ella. Se trata del incremento en valor de un determinado bien. Esto afecta por igual a personas, elementos materiales u objetos físicos. Si nos vamos a la RAE (Real Academia Española) podemos ver su definición. Es descrita como un aumento de algo en cuanto a valor o devolución de su estima previamente perdida. Por ello, se dice que es una apreciación nueva del bien que ahora es valorado de manera más positiva que antes.

Como ejemplos tenemos una gran cantidad en los que un objeto se revaloriza. Aunque esta mejora se puede también apreciar en diferentes aspectos sin capacidad de materialización. Entonces, una revalorización del activo (circulante o fijo) es, básicamente, actualizar su valor en contabilidad, para un ajuste al mercado si se encuentra por encima o a su valor real. En el caso de que ese valor ajustado es menor, supone el deterioro con su tratamiento diferente en contabilidad. Esto no está relacionado de ninguna manera con el tema principal que estamos tratando.

El valor en contabilidad de un elemento del activo es aquel que prevé la normativa contable. El PGC (Plan General Contable) es el organismos que regula en este aspecto. Primero es valorado por el precio para su coste para producirlo, el precio para adquirir o cualquier otro rango parecido. El PGC establece, de manera taxativa, que posteriormente a ese inicial reconocimiento, el elemento material inmovilizado es valorado por ese coste de la producción o el precio para adquirirlo, menos su acumulada amortización. En ese caso, un importe que se acumula correspondiente a correcciones de valoración por un reconocido deterioro.

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Revalorización

Generalmente, no está permitido hacer una revalorización en cuanto a activos en nuestro balance. El motivo es que su valor en contabilidad es el precio por el que lo hemos adquirido, restando la amortización. La normativa en contabilidad nos prohíbe hacer este tipo de operaciones. Esa es una de las diferencias de un deterioro, que está permitido dependiendo del caso o circunstancias. No obstante, para revalorizar un activo en nuestro balance, puede haber una Ley que nos habilite expresamente y en ocasiones concretas que tengamos autorización.

Las medidas de impulso para economía y medidas fiscales pertenecen a la ley que regula este concepto. Ellas otorgan permiso para actualizar esos balances en un plazo establecido que se inicia en la promulgación. En él, consta nuestras opciones y qué podemos revalorizar y actualizar en valor histórico de un elemento del activo al actual valor. Dicha circunstancia se ha dado en tres ocasiones:

  • Día 23 del mes de diciembre del año 1.961, mediante la ley 76.
  • El día 7 del mes de junio, mediante real decreto, en el año 1.996.
  • Ley del día 27 del mes de diciembre, por ley, el año 2.012.

La posibilidad para proceder a la actualización del valor de un activo en toda ocasión es voluntaria. La ley da la posibilidad de que efectivamente se proceda a esa acción, sin obligar a nadie. Es una decisión que tomaremos nosotros. En el caso de optar por llevar a cabo una revalorización, hemos de cumplir con nuestra responsabilidad financiera y saber cómo puede un emprendedor llevar su contabilidad. Para ello, necesitaremos unos conocimientos específicos y puede que consejo profesional.

Características y aplicación

Cualquier actualización se aplica basándose en índices que la Ley ha establecido. Es posible que dependan de en qué año se ha adquirido. El límite, en cuanto a su máximo, es su valor del mercado. Lo habitual es que el plazo de estas actualizaciones termine al finalizar el año en el cual se publicó la norma. De esta manera, se computa cuando con el cierre de la contabilidad. Otro factor a valorar es que si optamos por actualizar, existe un impuesto que nos aplican. Esta contribución queda establecida en toda norma que cuente con una regulación del tipo impositivo y condiciones. En ese caso, pagaremos a Hacienda por esa revalorización.

Teniendo la oportunidad para actualizar el precio de los activos a su valor en la actualidad conseguimos ventajas. Por ejemplo, en nuestro balance se consigue una percepción más ajustada a la realidad o podemos obtener un determinado ahorro fiscal, al aplicar amortización del inmovilizado sobre una cantidad más alta. Otros beneficios que veremos son que nuestro balance va a mejorar su imagen respecto al exterior, al tener un ratio económico y financiero mejor. Esto supone mayor posibilidad y mejores condiciones para negociar una financiación.

Lo más recomendable, en estos casos, es calcular el coste de ese impuesto al revalorizar. Una vez tengamos la cifra, la podemos comparar con el beneficio financiero, fiscal o de cualquier tipo que nos aporte esta operación. En este punto, ya sabemos si nos es rentable o no. Cuando hayamos decidido hacerla, tendremos que realizar esa actualización de todo elemento activo en su conjunto, con las amortizaciones. En este punto, podemos excluir el bien inmueble. Si optamos por incluirlos, habrá que distinguir de manera clara dos conceptos; valor de construcción y suelo. Estamos obligados a explicar y detallar en nuestra memoria de cuenta anual del ejercicio, al hacer esa revalorización.

Tipos de revalorización

En este apartado hablaremos de los diferentes tipos de revalorización que existen.

Objetos. Este tipo es fácil de explicar, ya que conoceremos muchos casos cercanos o populares. Es cuando un objeto, después de un tiempo, se vende por un precio mayor del que inicialmente se había pagado. Es común que cuando un objeto aumenta su valor, lo relacionemos con bienes exclusivos o antiguos. Sin embargo, existe un tipo de productos casi modernos que incrementan su valor pasados los años.

Hace muchos años, la consola más famosa del mundo era la Game Boy, que ahora mismo se puede vender a 1.000 euros, aunque el precio medio está en unos 60 euros. Otro boom que conocido fue el del Tamagotchi, que su versión original se vende en 100 euros, habiendo costado 25 euros. Por último, un destacado históricamente son los cromos de deportes. En Estados Unidos hay ciertos cromos que alcanzan cifras verdaderamente astronómicas.

Un factor fundamental para que se produzca este efecto con el paso del tiempo es el sentimiento de nostalgia que se crea en una generación que ha disfrutado de estos objetos. La adquisición de estos productos les recuerda momentos de su infancia o épocas que ansía recordar. Otro aspecto favorable a su aumento en el valor cuanto más tiempo pasa es la poca oferta. Es difícil encontrar estos objetos en buen estado y perfecto funcionamiento, con la caja original. Por este motivo es importante guardar cualquier adquisición que haya posibilidad de vender en su caja original y conservarlo en buen estado. Puede que este durante años en un cajón de la habitación en total desuso. Si pensamos que puede ser un bien preciado dentro de unos años, quizás nos encontremos con una grata sorpresa. El peor escenario posible es que pierda todo su valor. En ese caso, no es problema ya que no hemos hecho ningún esfuerzo.

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Más tipos

El arte. En este sector se pagan cifras que escapan a la imaginación. El lienzo de un gran pintor, dependiendo de la historia que haya detrás y sus circunstancias, pueden adquirirse por mucho dinero. Mas aún, si el artista ya ha muerto, lo cual eleva en gran cantidad su valor. Por estos motivos, inversores han puesto un ojo en este mercado para sacar beneficios, provocando una inflación. Siempre se dice que el arte vale lo que cada uno esté dispuesto a pagar por él. Un cuadro o una representación puede no significar nada para ti, pero para otra persona significa todo.

Las compañía. El valor de una empresa puede aumentar con el paso del tiempo. La imagen de la marca, ingresos, expectativas a futuro o decisiones del dueño pueden causar esa revalorización y captar el interés de mucha gente.Tanto su fluctuación como su valor determinan el índice bursátil y cualquier inversión económica. Lógicamente, si una compañía aumenta el valor de una manera llamativa, genera cierto interés entre la gente con poder de inversión.

Casas. En este sentido, gran parte depende de la demanda. Si estamos en una época en la que mucha gente está buscando una casa, automáticamente aumenta su valor. Independientemente que sea para alquiler o compra, la demanda afecta directamente al precio. Es algo lógico, si tienes tres personas interesadas en tu casa, puedes elegir y venderla al que más dinero ofrezca. Lo mismo pasa con el alquiler, aunque en este caso puede que tenga más importancia las garantías que el inquilino pueda llegar a dar.

Hay momentos en que todo el mundo compra y otros en los que todo el mundo vende. Si está dentro de nuestras posibilidades, la mejor opción es esperar y hacer justamente lo contrario que hace la mayoría. En caso de encontrarnos con un mercado en el que todo el mundo vende y queremos comprar, tenemos más poder de negociación para bajar el precio. Si todo el mundo compra y queremos vender, estamos en esa posición que hemos hablado. Lo importante está en elegir el mejor momento.

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