Optimizando la relación con tu asesor
¿Eres un empresario o estás desarrollando una actividad profesional siendo un trabajador autónomo y te preocupa la gestión del negocio? ¿Tienes una relación con los diferentes profesionales de tu entorno que crees que es posible mejorarla para lograr mayor efectividad? En este artículo hablaremos de las acciones a realizar mientras estás optimizando la relación con tu asesor. Este profesional que lleva la contabilidad de tu empresa es la persona encargada también del asesoramiento. Atendiendo al estado de cuentas correspondientes a la empresa, te da un consejos para mejorar el negocio.
Para este cometido y para llevar todo asunto contable relacionado con la actividad económica, ha de poder acceder a toda información relativa al estado de nuestro negocio. Por este motivo, sus funciones son, entre otras, llevar el control de los costos generales de tu empresa y provocar un impacto positivo en este terreno. De esta manera, nos garantiza una viabilidad para nuestro negocio y su crecimiento.
En el caso de que no contemos ahora mismo con los servicios del asesor y estemos buscando a este profesional para su incorporación, hemos de analizar varios factores. El primer paso es conocer nuestro perfil y necesidades, para después analizar en qué nos ayuda un asesor. Una vez aclarado estos dos puntos, hemos de saber como elegir a nuestro futuro asesor. Esta persona nos ayuda en los siguientes aspectos: impuestos, trámite legal para constitución, asesoramiento laboral y fiscal, nóminas, reclamaciones y, con ayuda del abogado especializado, en aspectos mercantiles. Al pensar cuando contratar a un asesor contable, seguramente pongamos en la balanza ciertos factores que afectan a esta decisión. Uno de ellos es el gasto y si nos lo podemos permitir. Tiene cierta lógica económica, pero es como si analizamos en pagar el recibo de la luz o ahorrarnos ese dinero. No es efectivo.
Relación con tu asesor
Uno de los aspectos que has de cuidar para mantener una buena relación con tu asesor es el nivel de exigencia que pides. Antes de nada, hemos de saber en qué temas no podemos exigirle responsabilidades ni participación. Sí que es cierto que, normalmente, te dan ese punto de vista para que tu empresa sea más visible. Sin embargo, nunca hay que tomar una decisión empresarial en cuanto a estrategias solamente por la opinión de nuestro asesor. Es una de las reglas más importantes en este aspecto. La opinión o consejo profesional que nos da este profesional es teniendo en cuenta sólo la contabilidad. Es insuficiente, ya que con simplemente analizar estos datos es poco probable que nos proporcione una solución concreta de un tema no relacionado.
En cuanto a decisiones, hemos de ser conscientes de que nos corresponden a nosotros tomarlas, ya que somos el propietario. Nos puede dar un consejo en cuanto a adquirir un elemento e invertir o no con la intención de conseguir un ajuste en pérdidas. Un fallo que se suele dar en esta relación es cuando el cliente le pregunta al asesor qué haría él. Antes de plantear esta duda, hay que recordar las funciones exactas de esta persona. Sin duda, es una situación que no trae nada positivo, ya sea a medio o largo plazo. Él solamente se encarga de controlar las cuentas y encaminar nuestra contabilidad hacia un escenario favorable y seguro. Sus capacidades o labor no tienen nada que ver con la toma de decisiones para el negocio. Ese puesto nos pertenece, y aunque no está de más pedir opiniones, en este caso no debemos hacerlo.
Para empezar, al hacer una consulta de tal importancia, estamos poniendo en un compromiso a esta persona. Nada bueno puede salir de ahí, ya que solamente dos cosas pueden pasar. La primera es que la más lógica y no se anime a dar ningún tipo de consejo en este ámbito, ya que no es su trabajo. Esta nos va a dejar insatisfechos y puede que no lo entendamos del todo, al margen de que no tengamos razón. Otra posibilidad es que sí nos responda a la cuestión. En este punto, puede que estemos de acuerdo o no, puede que sea una decisión acertada o no. Lo que sí es seguro es que va a ser un tanto incómodo si no estamos de acuerdo o si la llevamos a cabo y no sale bien.
Claves para conseguir un buen entendimiento
– La confianza. Un factor fundamental para casi todos los aspectos de la vida es la confianza. Quizás sea el factor más importante en el desarrollo de un negocio y más cuando es la persona encargada de nuestras cuentas. Obviamente no es responsabilidad de una parte solamente, ya que es un trabajo de equipo. Nosotros, como cliente, debemos saber exponer nuestras dudas y necesidades, así como saber la manera de facilitar su trabajo. Lógicamente, tarde o temprano, se van a dar situaciones que no han sido previstas o difíciles de manejar. Es en estos momentos cuando la confianza es clave. Para ello, previamente se ha debido establecer unas ciertas pautas en cuanto a funcionamiento y los pasos a dar en esa relación laboral.
– La transparencia. Esta cualidad es consecuencia y causa de nuestra confianza. Al saber a ciencia cierta qué está haciendo la otra persona, nos permite confiar en que no hay nada oculto. Esto incita y garantiza que cada una de las partes se encuentre en una mejor disposición para proveer de la información, al existir esa confianza. Cuando contratamos un servicio, mas aún a un asesor, es un aspecto clave. Saber que no hay nada oculto que nos puede llegar a sorprender de una manera negativa. Esto nos hace desconfiar y enturbia la relación. Una herramienta que nos puede ayudar a conseguir una mayor transparencia son los programas de contabilidad. A través de ellos, podemos compartir cualquier dato en cuestión de minutos y desde cualquier lugar.
– La disponibilidad. Al ser una relación laboral que necesita colaboración de la otra parte, es muy importante que esta opción siempre esté disponible. Por parte del asesor, siempre ha de estar, en el horario establecido, con disponibilidad por si su cliente necesita algo. En lo que respecta al cliente, el compromiso ha de ser mínimo igual que el del profesional. La relación con tu asesor se basa también en el respeto. Si esta persona está mirando por nuestros intereses y en el desarrollo de su actividad necesita pedirnos algo, debemos responder en la medida de lo posible.
Más factores para mejorar la relación con tu asesor
– Ser empáticos. Cualquier trabajo tiene sus dificultades y precisamente estos obstáculos no nos dejan ver los problemas de la otra persona. El asesor tiene semanas en el que el trabajo le desborda porque se acercan determinadas fechas o surgen problemas. Como cliente, hemos de entender que lleva la contabilidad de otros negocios también. No podemos pretender tener exclusividad o que esté siempre para nosotros pagando 50 o 100 euros al mes. Es un razonamiento simplemente descabellado e irrespetuoso con su tiempo. Si queremos tener esos privilegios, lo mejor es contratarle a tiempo completo con su respectivo sueldo. Como la empatía va en dos direcciones, el asesor también ha de ponerse en nuestro lugar. Hay determinadas actividades o características y situaciones en las que nos puede ayudar o intentar comprender mejor.
– Informar de manera correcta. Puede que alguna explicación o tecnicismo empleado por un profesional no satisfaga nuestra curiosidad o nos ayude a comprender la situación. Por eso, el asesor ha de saber explicarlo de una manera sencilla e informar de todas las posibilidades. A veces, se omite un escenario porque es muy poco probable y se piensa que no tiene sentido decirlo. Es un error total, porque por muy difícil que parezca, es posible. Si finalmente sucede y el asesor no había comunicado este hipotético escenario, la confianza se destruye. Es importante que, si lo necesitamos, nos explique qué es un activo o cómo puede un emprendedor llevar su contabilidad.
Últimas claves
– La relación personal. Con el tiempo, suele ser inevitable que se cree una relación personal al tratar durante un tiempo determinado. Es como la confianza y el entendimiento que se genera con el comerciante de nuestro barrio o nuestro mecánico. Si se tiene una buena relación, independientemente del profesional que sea, tiene un resultado muy positivo para ambos. Por un lado, nos conoce mejor y saber cómo darnos el servicio que queremos y qué es lo mejor para nuestros intereses. Por nuestras parte, sabemos la manera de trabajar que tiene y si cumple con su función, hemos de respetarla. Cada persona tiene una manera diferente de funcionar, por eso debemos pensar en el asesor como si fuéramos nosotros trabajando. Ponerse en el lugar del otro ayuda a tener un entendimiento mejor.
– Uso de tecnología. Hoy en día, con la cantidad de avances tecnológicos y herramientas de contabilidad que existe, un asesor debe saber manejarse en ellas. Para ello, ha de renovar sus conocimiento y tener su actividad adaptada a los nuevos tiempos. Sin estas medidas, es poco probable que alcance a dar el máximo y mejor servicio posible. Esto afecta de manera directa a la contabilidad del cliente.