En un mundo donde existe tanta competencia en el mundo comercial, resulta un verdadero reto sobresalir de entre la multitud. En realidad, el camino más sencillo resulta ser copiar lo que los demás hacen y tratar de mejorarlo. Eso es lo que hace la mayoría.
Sin embargo, en este caso, la clave del éxito está en un verdadero golpe de suerte. Lo único que puedes hacer es sentarte a esperar que el público consumidor te elija a ti en lugar de los demás.
Por ese motivo, personas más osadas, prefieren ir un paso más allá y adelantarse a la competencia, ¿cómo lo hacen? Una manera es atreviéndose a innovar.
Se esfuerzan por crear algo que pueda satisfacer las necesidades de las personas pero que sea totalmente nuevo. Es cierto que encontrar la fórmula correcta puede llegar a ser todo un reto. No es fácil encontrar algo práctico, económico, único y de calidad. Sin embargo, por más difícil que parezca, no es algo imposible.
Prueba de ello es que cientos de personas han podido acertar y logran establecer todo un imperio en el mundo comercial. Pero la verdad es que existe una delgada línea roja que separa la innovación del fracaso.
Aunque a nadie le gusta fracasar, en ocasiones es necesario que esto pase, no solo una vez sino muchas veces antes de poder innovar con éxito. De la misma manera como un niño no aprende a caminar de la noche a la mañana, así mismo, un emprendedor debe errar muchas veces antes de conseguir la clave del éxito y lograr innovar.
Si estás pensando en lanzarte al agua y ser el próximo en innovar, de seguro te gustaría saber cómo puedes minimizar los riesgos de fracasar. En este artículo estaremos diciéndote qué hacer.
Instrucciones para innovar
A fin de poder innovar, es necesario que rompas esquemas y paradigmas. Hacer esto no siempre es fácil porque nuestra zona de confort nos da una agradable sensación de bienestar y seguridad.
Sin embargo, debes recordar que innovar implica crear algo nuevo. Para hacer esto, debes ser de mente abierta y no cerrarte ante ninguna posibilidad.
Si tienes una pequeña empresa, o eres socio de una, lo primero que debes hacer es tener en cuenta cuál es la misión y la visión de esta. Empezar de cero puede llegar a ser intimidante. Pero cuando cuentas con un punto de partida, todo se torna mucho más sencillo.
La misión y la visión de la empresa te dan ese punto de partida. A través de ellos puedes crear una lluvia de ideas sobre las cuales trabajar.
En ocasiones, podríamos percibir que hay aspectos de la misión que son más frágiles y vulnerables que los demás. Ese podría ser un punto en el que puedes centrarte para poder innovar.
Otra cosa que podría ayudarte es ser crítico. Debes tener la capacidad de cuestionar todo, incluso aquello con lo que te sientes cómodo porque crees ya conocer. De esta forma, es muy probable que encuentres nuevas maneras de abordar un punto ya trabajado.
Por otra parte, cada vez que hagas algo, debes preguntarte si alguien más ya lo ha hecho y cómo lo hizo. Esto te dará la oportunidad de darte cuenta que existen muchas maneras de realizar la misma tarea. En este caso, como dice el refrán popular, todos los caminos llegan a Roma.
Por su puesto, no es posible innovar sin tener una preparación previa. Con esto, no nos estamos refiriendo a una preparación mental. Más bien, lo que queremos decir es que debes documentarte. Preferiblemente, de primera mano.
Experimenta, practica y aprende
Es cierto que los libros son grandes fuentes de información. Sin embargo, en este caso, la más confiable es la que proviene de la experiencia. Aprende del ensayo y error de alguien más. Recuerda que no hay dos maneras iguales de mirar el mundo.
Aliméntate no solo de esas fuentes. Si mantienes alerta tus ojos y oídos, es posible que las nuevas ideas comiencen a surgir. También debes estar dispuesto a escuchar lo que otros tienen que decir y más si trabajas con un equipo.
Resulta fundamental que te preocupes por tus futuros clientes. Debes conocer cuáles son sus preferencias y necesidades. Este proceso puede tomar mucho tiempo, y más al tomar en cuenta que también debes conocer a tus posibles socios y hasta proveedores. Para eso, será imperativo que te metas en sus mentes y puedas conectarte con ellos.
A fin de minimizar el riesgo de fracasar, tal vez sea necesario que tengas más de una carta bajo la manga. Si el plan A no funciona, puedes contar con un plan B, C y hasta D. En ocasiones, lo obvio no es la mejor de las opciones.
Aunque el proceso de planificación es importante, no puedes quedarte en esta fase inicial. Debes estar dispuesto a dar el paso definitivo y asumir los riesgos que esto conlleva. Da pequeños pasos pero que sean inmediatos.
Es cierto que debes ir con cautela, sin prisa, pero sin pausa. Pero eso no quiere decir que debas ser conformista. Debes tener la capacidad de establecerte metas a largo plazo, de ver más allá de las fronteras que te limitan.
Si cuentas con el apoyo de un equipo de trabajo, para innovar debes poder ser un verdadero líder y motivarlo con cada palabra y cada acción. Mantén abiertas las líneas de comunicación. Si todos tienen la libertad de compartir sus ideas, estas podrían engranarse y llegar a formar algo realmente bueno y nuevo.
Claro, no puedes darle rienda suelta a la imaginación. Es necesario que pongas ciertas restricciones. Estas pueden basarse en los gustos y las necesidades de tus clientes potenciales. Con estas ideas en mira, sabrás cómo debes proceder.
Finalmente, lo siguiente que debes hacer es reunir el valor necesario y lanzarte al agua a innovar. Este debe ser un paso definitivo. No se permiten las dudas. En este punto es todo o nada, ganar o perder. Y sabemos que, quien no arriesga ni gana ni pierde.
Es cierto que la línea roja que separa el éxito del fracaso es bastante delgada, y que a nadie le gusta experimentar la sensación de que se pudieron hacer mejor las cosas. Sin embargo, no podrás descubrir cuál será tu futuro si no te atreves a intentarlo.
Además, recuerda que hasta las mentes más brillantes del mundo tuvieron que quemarse para poder resurgir de las cenizas como en ave fénix. Así que ¡ánimo! Mantente motivado y no dejes caer los brazos.
Ahora, ¿qué necesitas para poder innovar y no morir en el intento?…
Lo que necesitas hacer para superar el fracaso
Innovar sin fracasar es casi una utopía. Prácticamente son términos que no pueden separarse uno del otro. Es difícil aceptarlo, pero es una realidad. La cuestión está en ¿cómo podemos reponernos a ese fracaso?
El impacto del fracaso, en la empresa, puede llegar a generar un gran coste humano, pero también financiero. Sin embargo, en vista de que el objetivo final es innovar, ¿cómo podemos recuperarnos de ese golpe financiero?
Existe un tipo de fracaso que se considera aceptable. El punto está en determinar cuál es el que se quiere asumir, dependiendo del sector o tipo de organización con la que trabajemos.
Hay empresas que trabajan financiadas con un capital de riesgo. Se tratan de empresas que trabajan con el dinero de los inversores y están animadas a alcanzar un alto nivel de rendimiento.
Por otra parte, también hay empresas de software, la cual cuenta con los recursos necesarios para el desarrollo de nuevos productos. Así, al mismo tiempo, están creando nuevos mercados.
También necesitas saber que existen organizaciones que tienen el propósito de guiar a las empresas y a la sociedad hacia nuevas innovaciones. En este caso, el nivel de fracaso se mediría de acuerdo a las ganancias que se obtienen y al proceso que se utilizó.
Ahora bien, es necesario que sepas que mientras más rápido fracases, más rápido podrás innovar. Esto tiene una justificación muy lógica. Dentro del proceso creativo, las soluciones o los resultados, suelen llegar tras varios intentos fallidos.
Como ya se señaló anteriormente, para innovar, debes documentarte. El estudio es muy importante. La falta de conocimiento es una de las razones por las cuales se fracasa. No conocer el mercado ni los equipos con los que se cuenta, puede llegar a ser un error que se pagará muy caro.
Además, debes poder contar con un capital con cierto margen de error para que puedas salir a flote tras cada uno de los fracasos. Si trabajas con un presupuesto muy limitado, tendrás menos oportunidades de surgir como una empresa innovadora.
En este punto, de seguro querrás ser un verdadero innovador. En el siguiente subtítulo estaremos compartiendo contigo algunos consejos que te serán de utilidad para alcanzar ese anhelado objetivo.
Pero recuerda que el fracaso, en este punto, no es algo negativo. Por el contrario, te brinda la oportunidad de estar un paso más cerca de innovar.
Consejos para ser un verdadero innovador y no morir en el intento
Los innovadores deben generar y ejecutar sus ideas. Hay que tener en cuenta que los grandes inventos de la historia humana, en un principio eran consideradas como ideas descabelladas, verdaderas locuras. Por eso, no permitas que los comentarios negativos de los demás te desanimen o te hagan sentir frustrado.
Un verdadero innovador no ve los errores como fracasos, sino como oportunidades para aprender. Una persona normal podría sentirse avergonzado. Sin embargo, este no es el caso de los innovadores. De hecho, muchas veces se valen de esos errores para poder explorar todo un abanico de posibilidades hacia una solución factible, aunque no sea la más lógica ni convencional.
Aunque vivimos en una era digital, siempre es positivo tener la oportunidad de esbozar tus ideas. Usa el papel y el lápiz para materializar y visualizar lo que se tiene en mente.
Ten en cuenta que puedes lograr todo lo que te propongas si desarrollas una curiosidad sin límites. Por su puesto, esto no es la excepción en el caso de los innovadores. Incluso, la historia atestigua cómo personas del pasado fueron polifacéticos y en todas las tareas que desempeñaban fueron sobresalientes.
Antes de innovar, trata de entender cómo funcionan las cosas para luego poder mejorarlas. Para hacer esto es necesario que experimentes y manipules todo lo que se te atraviese, lo que incluye el trabajo de tu competencia más cercana. De ese modo tendrás la seguridad de darle a los consumidores justamente lo que necesitan.
Recuerda que innovar y fracasar son términos que están hermanados. No puedes hacer uno sin experimentar el otro. Por ello, no te sientas frustrado cuando el fracaso toque tu puerta. considéralo como una oportunidad para aprender y mejorar. En realidad, es un paso hacia adelante, no hacia atrás.
En pocas palabras podemos decir que fracasar no, en el intento por innovar, es netamente una cuestión de actitud. En tus manos está hacer la diferencia.