Capital social y bienes comunales
El capital social ha sido un concepto que ha sido estudiado por las diferentes ciencias sociales desde hace muchos años. Se trata de un concepto que puede explicar las diferencias que existen en diferentes ámbitos. Tanto en lo que se refiere al desarrollo económico de un país o comunidad, como en lo referente al funcionamiento de las democracias e instituciones.
El capital social y bienes comunales tienen una relación entre ellos. Estos últimos son aquellos recursos que se gestionan de una manera colectiva. Este es el caso de los campos para cultivos, la recogida de frutos o el sistema de riesgo. Estos bienes comunales aparecieron en los pueblos tras la Reconquista de España.
Por aquel entonces se optó por rodear todo el núcleo urbano de las poblaciones con diferentes parcelas de un tamaño medio o pequeño. Se hizo de cara al cultivo en ellas por parte de las familias que residían en el pueblo. Además se declaraban las tierras como comunales para poder ser disfrutadas por los vecinos. Estos bienes comunales se mantuvieron en algunos puntos de la geografía española con el paso del tiempo, llegando incluso a estar presente hasta la segunda mitad del siglo XIX, no tan lejos como cabría imaginar.
La gestión oportuna de estos recursos hizo que se tuviesen que establecer instituciones a nivel local de autogobierno. De esta manera se celebraban asambleas en las que eran los propios vecinos los que acordaban el funcionamiento de estos bienes. Se marcaban reglas y se establecían multas para quienes las incumplían.
En todo este tipo de estructuras requieren de una gran cooperación por parte de todos los integrantes, así como una confianza entre todos ellos. De esta forma, se puede asegurar que la cooperación favoreció el incremento del capital social en los pueblos.
El capital social, que es el número de redes de cooperación, se puede apreciar al ver como se produjo la fusión entre diferentes pueblos para dar origen a los municipios tal y como los conocemos actualmente. De hecho, la gran mayoría de los los municipios tal y como los conocemos actualmente son fruto de uno o más pueblos antiguos..
Según los estudios y estimaciones de los expertos, aquellos municipios formados por parte de varios pueblos antiguos tienen más capital social que aquellos en los que no hubo ninguna fusión.
De esta forma se puede establecer que cada pueblo de ala antigüedad es equivalente a una de estas redes de cooperación. Y la unión de varias de estas redes influye de una manera directa en el denominado capital social resultante del municipio en cuestión.
Se podría disfrutar de un efecto positivo fruto de la unión de diferentes redes en el caso de que los niveles iniciales de un capital social sean elevados. Esto se debe a que los integrantes del mismo pueden tener una mayor motivación a la hora de dejar a un lado su zona de confort. De esta manera se favorece el poder crear vínculos con otras redes.
Un claro indicativo del capital social de un municipio o núcleo puede medirse en parte por el número de asociaciones per cápita que se han registrado en cada uno de ellos. De esta manera se puede ver el crecimiento (o disminución) de estas a lo largo del paso del tiempo. No obstante lo habitual es que se pueda apreciar un claro aumento de las mismas.
Sin embargo, este crecimiento no ha sido constante a lo largo del tiempo, sino que hay hechos que fueron marcando su camino. Por ejemplo, durante el franquismo estaban prohibidas mientras que a partir de la Consitución de 1978 se experimento su crecimiento progresivo.
Además es importante atender a las asociaciones en función de su tipo y actividad. Aquellas que promueven los derechos sociales y civiles, como las asociaciones de venidos, son las que mantienen una mayor relación con los bienes comunales de tiempos pasados.
No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las fusiones que se dieron en los pueblos fueron voluntarias. En algunos casos sí deseaban los ciudadanos la unión para cooperar con otras personas. Sin embargo, en otros casos se trató de absorciones en las que los ciudadanos tuvieron muy poco o nada que decir, viéndose obligados a ello.
En todo caso, el capital social y los bienes comunales son dos conceptos que deben estar siempre presentes a la hora de hablar del progreso a nivel social y económico de las diferentes comunidades. Se debe tener en cuenta que la gran mayoría de municipios españoles actuales están formados por varios pueblos. De hecho, según los estudios, un municipio actual está formado, de promedio, por 1,7 pueblos más que un municipio similar en el que disponía de una capital con más de 30 familias a mitad del siglo XIX.
Así pues se puede ver el efecto del capital social en el desarrollo económico a nivel local, existiendo los bienes comunales en numerosas partes del mundo, tanto en la antigüedad como en el presente. De hecho fueron muy relevantes antes de la revolución industrial.