Balance de apertura – ¿Qué es el balance de apertura?

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¿Quieres obtener más preparación en temas de contabilidad y qué es necesario para llevar tus finanzas al día? ¿Te gustaría tener más control de tu negocio, adquiriendo conocimientos específicos de la economía? En este artículo hablaremos de qué es el balance de apertura exactamente y de todo lo que deberías saber sobre él. Este término se refiere a la entrada en primer lugar referente a la empresa y sus cuentas. Puede ser cuando se comienza la actividad como tal o en cada inicio del año fiscal. Este balance es tomado cuando se termina el período contable, que da lugar al próximo.

Las cuentas y los fondos de la empresa, cuando se inicia este período financiero, recibe el nombre de balance de apertura. El saldo inicial describe esa posición financiera correspondiente a la compañía justo el día anterior de que se dé lugar al ingreso de transacciones. Son trascendentales en el caso de que la empresa movilice todas las cuentas hacia un sistema nuevo para llevar la contabilidad. Al tomar esta decisión, es la entrada última en esas cuentas existentes que pasa a ser el inicial saldo que pertenece a esas cuentas nuevas de dicha compañía.

Al comenzar una actividad o un negocio, nuestro balance de apertura ha de estar incluido en nuestro plan de negocios. Es habitual que se utilice para guía a la hora de realizar cualquier presupuesto. También puede que te interese saber cómo reducir el presupuesto mensual o tener en cuenta la importancia del balance de situación en tu contabilidad. Son características o situaciones que se van a dar en el desarrollo y gestión del negocio que tendremos que saber llevar. Nadie nace sabiendo ni está preparado desde el minuto uno. Por eso, es aconsejable mentalizarse sobre la tarea futura y llegar en buenas condiciones para decidir.

balance de apertura

Balance de apertura

Hoy en día, casi todos kit de software en contabilidad puede generar nuestro balance de apertura de manera automática al comenzar cualquier año fiscal. En el caso de que se emprenda un negocio o se lleven los cálculos de manera manual, es posible establecer un balance para la apertura desde una aplicación que nos abra una hoja para el cálculo.
En un balance de apertura podemos encontrar tres diferentes categorías principales; patrimonio de dicho propietario, pasivos y activos.

– Añadir activos. El activo es todo nuestro dinero que tiene la empresa en efectivo y disponible. También es toda unidad que hayamos comprado como empresa y sea posible una venta futura de la misma.

  • Los activos corrientes son esos artículos que se agregan en primer lugar; efectivo en la caja, inventario destinado a venta, dinero en la cuenta del banco o algún gasto que se haya pagado (seguro).
  • En el grupo segundo se encuentra el fijo activo. En este, se tiene en cuenta nuestra maquinaria y los diferentes equipos que tengan accesorios (muebles o inmuebles).
  • Otros activos pertenecen a este tercer último grupo. Es cualquier activo comprado por la empresa que no haya sido catalogado en los dos anteriores. Puede ser un logotipo, el dominio web, etc. Cuando añadimos este tipo de activos, hemos de asegurarnos que se ingresa la cantidad pagada por ellos, no el valor que pueda tener en el mercado.

Sumar el capital y pasivos

El pasivo hace referencia a toda cosa que una empresa haya de pagar a otra parte. Puede ser un pago por arrendamiento, un préstamo comercial, etc. Está clasificado de dos maneras diferentes; pasivo de largo plazo y pasivo corriente.

Un pasivo corriente es el pago que una empresa tiene que abonar en el transcurso del año fiscal actual. Dentro de estos pasivos podemos encontrar el arancel de la licencia, impuestos y préstamos. Un pasivo de largo plazo, en cambio, es aquel pago que tenga una extensión superior al año.

El dinero invertido por propietarios de esa empresa se define como capital. Cuando se ingresa el total perteneciente al capital y al pasivo, se hace la resta a los activos totales. De esta manera, podemos establecer un balance de apertura en nuestra compañía.

Empresa en activo

En la empresa que se encuentre operativa, un balance final que cierre ese año fiscal pasa a ser su balance de apertura que pertenece al año contable entrante. Es necesario la lista de todas las facturas que están pendientes de proveedores y clientes, saldo de de cuentas del cierre en anterior contable período y el estado de las cuantas bancarias. Todo ello es utilizado para hacer el ingreso del saldo para la apertura.

Al mismo tiempo, precisaremos de la lista en la que ha de estar todo elemento bancario que no haya sido representando en nuestro sistema anterior de contabilidad. Esas transacciones bancarias que no se han ingresado en el anterior sistema y que tampoco aparecer en nuestro estado de la cuenta bancario. Esto puede ser un cheque pendiente de liquidación. A continuación, explicaremos con un ejemplo que nos ayudará a entender mejor.

– Balance de apertura. Es el lugar que debemos ingresar todo activo que pertenece a la compañía y el valor. En nuestro negocio tenemos 1.500 euros en efectivo, una propiedad valorada en 250.000 euros y un coche de 7.000 euros. Todas estas cantidades se enumeran en el apartado de activos, dentro del balance de apertura.

– Ingresar deudas relacionadas con cualquier activo. Además de esos activos anteriormente nombrados, tenemos en nuestra compañía 10.000 euros de deuda, que vence en seis años. Anotaremos la deuda con su valor exacto a un largo plazo.

– Deuda de corto plazo y su vencimiento inferior al año. Todo pasivo total es restado del activo y se calcula qué patrimonio tenemos como propietario. El resultado que nos daría de sumar todos nuestros activos y restar los pasivos es de 248.500 euros. Por lo tanto, esa cantidad que representa nuestros activos se entregaron a la compañía mediante su propietario.

En el caso de una nueva compañía, el balance de apertura generalmente tiene solo dos cuentas: una es el efectivo disponible y otra el capital aportado por los fundadores de la empresa.

Balance de apertura y de prueba

La diferencia que hay entre ambos balances es que el de prueba se trata del informe interino que permanece en nuestro departamento que lleva la contabilidad. En esa lista se pueden ver las cuentas que pertenecen al libro mayor y los saldos que hay en él.
Un saldo de débito es ingresado en su columna y el de crédito otra columna diferente. Más tarde, se suman ambas columnas por separado y su resultado ha de ser el mismo.

Sin embargo, el balance de apertura representa un estado financiero con relevancia exterior a nuestro departamento que lleva la contabilidad. El saldo del pasivo, capital y activo correspondiente al balance de prueba es presentado en la sección adecuada de nuestro balance de apertura. Al contrario que el de apertura, no se trata del estado financiero. Si nos encargamos de nuestras finanzas o tenemos un papel importante en su gestión, hemos de saber qué es el activo y el pasivo en contabilidad.

– Balance de prueba. Es creado con el objetivo de registrar saldos en nuestras cuentas de contabilidad. Además, nos permite saber si la suma del total de saldos correspondiente al débito es la misma que al saldo de crédito.
Este balance está formado en cada una de las cuentas por dos saldos; crédito y débito, siendo la fuente nuestra contabilidad general.
– Balance de apertura. Su creación va en función de comprobar que los activos representan la misma cantidad que la suma del capital y los pasivos. Este balance nos permite enseñar al detalle cualquier asunto de la empresa y sus finanzas.
Cada una de sus cuentas la forman el patrimonio, los pasivos y los activo, siendo su fuente nuestro balance de prueba.

En cuanto a su cumplimiento, no hay una obligación específica relacionada con nuestro balance de prueba. En cambio, un balance de apertura ha de respetar un orden de primer activos, segundo pasivos y por último patrimonio.

balance de aperturaConsejos

Es posible que hayamos leído conceptos a lo largo del texto de los que no habíamos escuchado hasta el día de hoy. Es normal, ya que son conocimientos medios que requieren una formación específica. Con independencia de esta anécdota, es siempre aconsejable dejar en manos de un profesional experto la gestión de nuestra contabilidad. Puede que sepamos cómo hacerlo, pero la teoría y la práctica pueden ir por caminos separados. No todo es una simple suma de un dígito, ya que determinadas decisiones afectan a otras. Es un asesor la persona que tiene una visión global de toda repercusión y quién mejor posicionada está para decidir con vistas a medio y largo plazo.

A no ser que nuestra contabilidad y actividad económica sea sencilla y no nos enfrentemos a ninguna complicación, es necesaria la contratación de este asesor. Lo ideal es que dicho profesional esté especializado en la actividad concreta que estamos desarrollando. De esta forma, nos aconsejará y podrá anticiparse a los problema con el fin de evitarlos antes de que sucedan. No solamente es la persona que nos ayuda a pagar menos, sino a tener una contabilidad saneada y dotar de salud a nuestro negocio.

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