Qué significa inversión

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Si estás interesado en saber cómo invertir dinero es muy importante que antes sepas qué significa inversión. Antes de adentrarnos en las diferentes particularidades asociadas a la inversión y sus diferentes tipos y características, vamos a definir el concepto.

Inversión es el término económico que hace referencia a una actividad que consiste en la dedicación de recursos con el objetivo de obtener un beneficio de cualquier tipo. El beneficio puede ser económico, pero también político, social, etcétera.

Tiene varias acepciones relacionadas con el ahorro, la ubicación del capital y la postergación del consumo y es muy habitual encontrarse con el término en la gestión empresarial, las financias y la economía en general.

Al hablar de este término en economía, los recursos se identifican como los costes asociados. Sus principales recursos son el tiempo, el trabajo y el capital. De esta manera, la utilización de cualquiera de estos recursos con el objetivo de conseguir un beneficio, puede considerarse una inversión.

Hay que tener en cuenta que, en el momento de realizar una inversión se asume un coste de oportunidad, al renunciar a dichos recursos en la actualidad para conseguir un beneficio futuro, el cual no está asegurado. Por este motivo, en mayor o menor medida, al invertir siempre se asume un riesgo.

Elementos que definen una inversión

En una inversión es importante saber distinguir entre la existencia de diferentes elementos que se encargan de definirla, y que son los siguientes:

  • Sujeto (inversor)
  • Activo financiero (dinero)
  • Renuncia a un recurso o satisfacción inmediata
  • Activo en el que se invierte
  • Promesa de recompensa futura (más o menos probable)
  • La inversión es financiera cuando se destina el dinero a adquirir activos cuyo precio depende de las rentas que se supone que podrán generar en el futuro. Este es el caso de las acciones de una empresa, los títulos de deuda o los depósitos a plazo.

Toda inversión implica un riesgo pero también una oportunidad. El riesgo porque la devolución del dinero invertido no es segura y una oportunidad porque el dinero invertido puede llegar a multiplicar su valor.

Variables más importantes en una inversión privada

Antes de pasar a hablar de los diferentes tipos de inversión que existen, o al menos de las más importantes, conviene conocer las consideradas variables más importantes en una inversión.

En toda inversión hay cuatro variables que deben ser valoradas y que se encuentran relacionadas entre sí. Son las siguientes:

  • Rendimiento: El rendimiento esperado es la rentabilidad que se espera obtener a cambio de realizar la inversión. Por lo general se mide como un porcentaje de la cantidad invertida. Existe una relación directa entre el rendimiento que se puede conseguir y el riesgo asumido: cuánto mayor rendimiento se pueda obtener, mayor riesgo.
  • Riesgo: Esta variable hace referencia al nivel de incertidumbre existente a la hora de hacer la inversión. Se debe contemplar la posibilidad de no recuperar el dinero invertido. Esta se trata de una variable que es muy subjetiva y que depende del perfil de cada inversor y de su aversión al riesgo. Aquellas personas que son más conservadoras invertirán en productos de bajo riesgo y que podrán ofrecerle menor rentabilidad, mientras que los más arriesgados apostarán precisamente por lo contrario.
  • Plazo: El tiempo de la inversión es otro de los puntos importantes en una inversión.  Puede ser a corto, medio o largo plazo. Las inversiones a largo plazo acostumbran a ofrecer mayores tipos de interés que los de plazos menores.
  • Liquidez: Por último hay que tener en cuenta la liquidez de la inversión. Esto hace referencia a la rapidez con la cual se podrá recuperar la inversión y qué coste tendrá en el caso de necesitar recuperarla.

Tipos de inversión

A la hora de clasificar las inversiones hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de inversión en función del punto de vista  del que se decida valorar. Esto hace que no exista una única clasificación, siendo todas las disponibles válidas y útiles en función del contexto en el que se apliquen.

A continuación te hablamos de los diferentes tipos de inversión en función del contexto:

Según su horizonte temporal

En función del horizonte temporal podemos distinguir entre tres tipos principalmente, que son:

Corto plazo

Son aquellas inversiones cuyo plazo es inferior a un año. Puede ser de días o meses. Hay que tener en cuenta que cuánto mayor sea el periodo de inversión, mayores rendimientos se pueden obtener.

Medio plazo

Si se piensa en utilizar el dinero en futuros años pero no se sabe qué comprar, la inversión a medio plazo puede ser la solución. Son aquellas cuyo plazo se sitúa entre 1 y 3 años.

Largo plazo

Con esta inversión, que es de más de 3 años, se consigue una estabilidad económica, siendo una buena opción para conseguir mayores beneficios. En muchas ocasiones las inversiones de este tipo tienen un interés creciente, de manera que cuánto más tiempo tengan el dinero, más cantidad se recibirá al final.

En función del elemento o activo en el que se invierte

También es posible realizar la clasificación en función del elemento o activo en el que se hará la inversión. Por ejemplo:

  • Inversión en I+D (investigación y desarrollo)
  • Maquinaria (tractores, empaquetadoras, robots…)
  • Elementos de transporte (coches, camiones, furgonetas…)
  • Edificios (bajos comerciales, naves industriales, oficinas…)
  • Materias primas (combustible, alimentos…)
  • Inversión en participación en otras empresas

Según el ámbito

En función del ámbito en el que se apliquen podemos diferenciar entre diferentes tipos de inversión, como son:

  • Empresarial (maquinaria, naves industriales, oficinas….)
  • Financiera (acciones, divisas, índices de bolsa, materias primas, bienes inmobiliarios…)
  • Personal

En función de la naturaleza del sujeto

También hay que valorar la inversión en función de su naturaleza, pudiendo ser, principalmente:

Privada

Las inversiones de este tipo son aquellas que tienen por único objetivo obtener la rentabilidad de la inversión de forma económica. Por ello el capital proviene de empresas y organizaciones privadas, que buscan recuperar su dinero y obtener beneficios.

En este caso se busca obtener el máximo beneficio posible con la menor inversión, utilizando para ello fondos privados. En función del tipo de proyecto en el que se realice la inversión puede utilizarse en: nuevos productos o mercados, expansión de productos o mercados existentes,  reducción de costes, continuación de operaciones, etcétera.

Pública

En las inversiones públicas la gestión está realizada por el Estado, utilizando para ello fondos públicos. Aquí, por lo tanto, el objetivo no es solo obtener un beneficio económico, sino también social, es decir, que se puedan disfrutar por el mayor número de personas que sea posible.

De hecho, en ocasiones sin conseguir rentabilidad económica, el impacto social hace que sea compensado el retorno. El Estado es quién las gestiona y ejecuta los proyectos, invirtiéndose en fondos públicos, recaudados con los impuestos. La rentabilidad se mide en impacto social y busca mejorar el bienestar social.

Las inversiones públicas pueden ser: infraestructuras, desarrollo empresarial, proyectos ambientales, proyectos sociales…

Según la adaptación al destinatario

En función de cómo se adapten a su destinatario, es posible clasificarlas en:

  • Generalista o estándar
  • Personalista o a medida.

Diferencias entre ahorro e inversión

Para concluir es necesario que sepas diferenciar entre ahorro e inversión. Estos dos conceptos a menudo se confunden y es necesario tener claro en qué se diferencian.

Si te fijas en los elementos que conforman una inversión y un ahorro, existen pocas diferencias y muchas similitudes. Sin embargo existe una clara diferencia: el riesgo. Mientras que en el caso del ahorro puedes mantener tu dinero a salvo en un depósito bancario o en tu propia casa y sin riesgo alguno, al invertir sí tienes riesgo de perder tu dinero. Sin embargo lo haces con el objetivo de obtener un beneficio mayor.

Como ya hemos mencionado, cuánto mayor es el riesgo, más posibilidades hay de conseguir mayores beneficios, una máxima que se debe tener muy presente en el mundo de la inversión.

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