Cómo escoger al asesor correcto
¿Eres un autónomo o tienes una empresa y estás pensando en contratar un servicio profesional para controlar tu futura contabilidad? ¿No te sientes seguro al estar solo al mando de las finanzas y del futuro financiero de tu propia empresa? En este artículo hablaremos de cómo escoger el asesor correcto, ya que posiblemente sea una de las decisiones más importantes. Un error bastante extendido entre este tipo de trabajadores es la manera en la que ven a un asesor profesional. En términos económicos directos, es un pago mensual que deberemos hacer y podría estar entre 50 y 300 euros, dependiendo de características. Si lo miramos desde el punto de vista contable, es un gasto que debemos anotar en el sitio que corresponda. Sin embargo, la mejor manera de verlo no es como un gasto, sino un ahorro. Con esa persona, evitaremos futuros problemas que puedan venir por una mala gestión del negocio.
Como buenos emprendedores, reconocemos que el tiempo siempre se traduce en dinero, ya sea para de manera positiva o negativa. En el caso de que nos encarguemos nosotros de este aspecto, tendremos que invertir más tiempo para realizar esas tareas. Un día, únicamente tiene 24 horas y no es posible sacar más horas de las que nos ofrece el futuro inmediato. Está en nosotros la correcta gestión de ese regalo y lograr una efectividad máxima. Sin un asesor, bien quitaremos tiempo de nuestra vida personal o de nuestra actividad. Se puede calcular cuantos euros ganamos en una hora y así sabremos cuánto dinero estamos dejando de ganar por llevar nuestra contabilidad. Seguramente sea más de lo que pagaremos a un profesional que nos ayude en las finanzas. Por eso mismo, no tener un asesor es, prácticamente perder dinero. Mas aún, en el caso de que no cumplamos con nuestra responsabilidad financiera.
Escoger al asesor correcto
Actualmente, el entorno de las empresas ha cambiado, y en consecuencia también la asesoría. Al haber menos ingresos o menos recursos, los autónomos y empresas son más exigentes con los gestores. Por si fuera poco, pretenden pagar menos. En resumen, piden un trabajo más exhaustivo por un precio menor, o trabajos puntuales. Ante la poca contratación o la casi inexistente estabilidad en la relación, muchas asesorías han tenido que cerrar. Esto sin mencionar los cambios de legislación que se dan continuamente y la zona gris de las mismas leyes. Cada modificación o regulación tiene una interpretación opaca, tanto por un tribunal como por Hacienda. Como guinda, se espera una siguiente reforma en el tema fiscal al finalizar las elecciones y tener un presidente. Por lo tanto, el asesor correcto ha de estar en continua formación para no quedarse obsoleto en materia empresarial, fiscal, contable y financiera.
En la balanza, está claramente descompensado entre lo que se espera de un asesor en cuestión de expectativas y lo que realmente se le reconoce. Una persona de la que depende el futuro de nuestro negocio y beneficios debería estar mucho más valorada. Un empresario o autónomo inteligente sabe reconocer esta importancia, actuar en consecuencia y dotarle de unas buenas condiciones laborales. En ocasiones, puede que por desconocimiento, pedimos cosas imposibles y les dejamos en una situación totalmente incómoda e imposible. Al fin y al cabo es un empleado que, para rendir, ha de dotarle de los medios necesarios. Se hace difícil pensar que a un camarero se le pida que arregle el techo de un bar o que ponga diez copas en dos segundos. Aún siendo uno de los gremios más exigidos y explotados, el nivel de presión del asesor puede ser más. Si queremos resultados, invertiremos en medios.
Medidas para elegir al asesor correcto
Estar bien rodeado por asesores expertos. Si estamos buscando un contable o asesor fiscal, esta ha de provocar tu crecimiento. Dado sus conocimientos, puede ser una parte valiosa en nuestro negocio que nos puede abrir las puertas a diferentes oportunidades. Por si fuera poco, también son capaces, si sabemos escuchar, de orientarnos en cuanto a estrategia a seguir. Los títulos siempre son positivos, ya que significa una preparación y formación específica que lo respalda. Pero, en muchas ocasiones, la experiencia es la que marca la diferencia. Saber que va a pasar antes de que pase no tiene precio ni comparación. Una medida que debemos tomar es escapar de esos comerciales con nociones básicas no muy superiores a las nuestras. En materia contable, necesitamos un experto con una reputación detrás y conocimientos probados. Si no posee una red óptima de contactos, quiere decir que su reputación o experiencia no es ideal.
Relación esfuerzo, tiempo y dinero. Saber calificar los diferentes valores y compararlos entre sí, es vital. En el caso que queramos montar una empresa, las primeras semanas son claves. No es recomendable gastar toda nuestra energía en montar la sociedad, dar de alta nuestra actividad o tener todo en orden para la fecha establecida. La atención debe ir enfocada en el trato con los proveedores, el impacto en el mercado, atraer a clientes y publicidad, entre otras. Es en estos días en los que nos quedamos en la reserva de energía. Esta energía utilizada tendrá resultados si va enfocada correctamente, para que después tengamos el camino preparado. No es sano ni efectivo restarnos horas de ocio o descanso, y mucho menos de rendimiento laboral. El tiempo que dediquemos a nuestra contabilidad, es el tiempo que no estamos facturando. Es por este motivo que identificar el valor real es totalmente imprescindible.
Más recomendaciones
El precio del servicio. Cuando vamos a adquirir un producto o un servicio, siempre nos fijamos en el precio y en nuestro poder adquisitivo. Un producto puede ser barato y no estar dentro de nuestras posibilidades. Al mismo tiempo, un producto caro puede suponer menos esfuerzo para nosotros. Por ejemplo, una camisa de 5€ de baja calidad, puede durar un mes frente a otra de 80€ que la conservaremos por años. El cálculo es sencillo, la opción más «cara» en principio, dura más y a la larga costará menos. Al comprar menos camisas, pero de mayor precio, gastaremos menos dinero y resultará rentable.
Otro factor que entra en la ecuación es si un producto es asequible. Un coche de alta gama es un producto con un precio compensado por sus prestaciones y garantías. Esto no significa que todos podamos acceder a él, al exigir un gran desembolso y esfuerzo económico.
Asesor en constante aprendizaje. Como hemos señalado anteriormente, hay muchos cambios y esto requiere de un profesional que no esté acomodado. Es muy importante los conocimientos adquiridos, pero también la renovación en la legislación que afecta al asesor y cliente. El asesor correcto siempre nos va a mantener informados de cualquier novedad. En caso contrario, significa que esta persona no está siendo efectivo en su trabajo, ya que dedica casi todo el tiempo en tareas administrativas diarias de más clientes. Un buen profesional se somete al pertinente reciclaje constante. Hoy en día, no es una excusa la falta de información. Todo trabajador tiene a su alcance la información que desee buscar. Otro punto a favor es que ese asesor está específicamente especializado en el sector que desarrollamos nuestra actividad. Dependiendo de nuestras características, podemos tener unas necesidades concretas que solamente un especialista nos puede garantizar y ese será nuestro beneficio.
Últimos consejos
Asesoramiento en línea. Es una práctica habitual con el objetivo de ahorrar dinero y tiempo. Un dato que hemos de tener en cuenta para ser conscientes de su crecimiento es que en el año 2.009 no existían. A pesar de que es una parte del sector que crece y seguirá aumentando, no es aconsejable echar nuestra suerte únicamente aquí. Hay muchas variantes que quedan fuera de la ecuación al utilizar este servicio. La cercanía, personalizar el servicio y tomar decisiones concretas en momentos diferentes son las ventajas de tener al asesor correcto. Para confiar plenamente en una persona, muchas veces necesitamos saber quién es y cómo se comporta también. Sin embargo, sí nos ayuda en muchos casos y puede llegar a ser una herramienta muy efectiva que cambiará nuestro negocio. Lo ideal es no descartar ninguna, ya que una combinación de ambas es el escenario perfecto.
Antes de decidirnos, hemos de saber qué tipo de contabilidad, finanzas o actividad desarrollamos. Si nuestra actividad económica es simple y ya conocemos todo el proceso, seguramente nos llegue con una asesoría en línea. Pero ante cualquier duda o inseguridad a la hora de llevar la contabilidad, siempre es mejor contratar a un asesor personal. Con esta opción siempre podemos hacer un seguimiento y saber que realmente un profesional está detrás de ese trabajo. En los casos de grandes compañías con servicios lowcost, termina saliendo caro. Un precio considerablemente menor suele significar disminución de servicios y de calidad. Es prácticamente un acuerdo tácito en el que el cliente es consciente, en el fondo. Cuando no se hace todo como habíamos esperado o tenemos problemas, es cuando pensamos en la otra opción.
Para que consiga un emprendedor llevar su contabilidad, debe saber cómo proteger los ahorros en épocas de crisis. Los consejos del asesor correcto son claves en este sentido.