Royalty – ¿Qué es un royalty?

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¿Estás pensando en tener tu propia franquicia en un negocio concreto? ¿Eres un emprendedor, pero necesitas o quieres saber más información respecto a términos en concreto? En este artículo hablaremos de qué es un royalty y de todo lo que deberías saber sobre él. Esta palabra hace referencia al importa que el franquiciado paga al dueño de la franquicia en concepto de remuneración de los servicios prestados. Lo habitual es que se realicen de una manera mensual, aunque puede haber pagos anuales o trimestrales. Este pago cubre esos servicios centrales facilitados por el franquiciador hacia la persona encargada de ese negocio. Estos servicios pueden ser distintos, si comparamos varias franquicias. Lo más lógico es que engloben funciones de compras, operaciones, sistemas de la información, logística e I+D.

Dentro de este royalty va el precio correspondiente a la franquicia, los servicios anteriormente mencionados y el precio de marca. El propietario de la franquicia cobra el importe para financiar de alguna manera esa ayuda indefinida que facilita al franquiciado. Es la franquicia la que decide qué se va a incluir en ese royalty. Las partidas más comunes son:

– Alquiler de marca con licencia en zona exclusiva. Esta franquicia ha de tener una licencia para la marca.
– Formación continua. Es clave en el éxito de una franquicia y de todos sus locales. Se puede dar mediante sesiones de formación, llamadas o visitas. Es totalmente necesario y está pensada para que todos los locales, sean cinco o cien, tengan una misma filosofía. Requiere de una atención constante y una actitud de superación. No hay dos locales exactamente iguales, ya sea por factores de ubicación, tamaño, etc. Lo que se intenta conseguir es que sean lo más parecidos posibles. La forma de funcionar, precios, uniforme o disposición del lugar ha de ser exacta.

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– Atender cualquier duda respecto al negocio planteada por el franquiciado.

Más servicios de royalty

– Investigación + Desarrollo (I+D). Posibilita al negocio poder seguir siendo competitivo en el mercado. No importa que tu negocio sea rentable a día de hoy, ya que no asegura el futuro. Muchas empresas quieren imitar al negocio que consigue beneficios. Por eso es importante seguir creciendo y ofreciendo algo que la competencia no puede. Pero estas decisiones no se pueden tomar una vez haya sucedido. Hay que adelantarse a los acontecimientos y tener preparado un plan de mejora constante.

– Marketing. Otro aspecto fundamental en el éxito de cualquier negocio. Es el dueño de la franquicia la persona encargada del marketing. Ya sea encontrar nuevos productos, mejorar decoración, publicidad, diseño de herramientas nuevas para la venta, promociones, merchandising, etc.

– Coordinación con la red. La seña de identidad de una franquicia ha de estar en todas las demás. Si una marca es conocida en distintos puntos, ha de haber detalles que las identifiquen entre sí. De lo contrario, no sería una marca y perdería reconocimiento por parte del cliente. Además, posibilita al ciente que vaya a uno de sus locales y pueda acudir a otro centro diferente. Por ejemplo, si compramos una camisa en Madrid, pero queremos recogerla en esa tienda, pero en Zaragoza. Es el el franquiciador la persona que coordina esa interacción.

– Logística y compra. Con el objetivo de obtener un precio mínimo por las compras, el franquiciador realiza dicho pedido para toda la red. Es la central la que organiza todas las compras y consigue un preció económico. De esta manera, el margen para la venta es mayor en cualquier centro, ya sea franquiciado o propio. Además, en términos logísticos, es positivo que tengan un punto de operaciones en común.

– Sistemas para información. Abarca la actualización, mantenimiento, proceso de sistemas informativos de esa marca y la mejora. Primero se obtienen datos con el objetivo de sacar ciertas conclusiones que permitan realizar una estrategia comercial positiva para la red.

– Operaciones. En toda central de franquicia es habitual que exista un departamento que se responsabiliza de esa formación inicial y continúa para los centros franquiciados. El objetivo es que cada local funcione de igual manera, respetando la ética y la manera de funcionar de la franquicia.

Precios

No todas las franquicias cobran un royalty. El motivo es que algunas han preferido basar en su producto y el franquiciador decide conseguir esa remuneración en el amplio margen que tiene el producto. Podemos encontrar desde estas franquicias que ofrecen cero royalty, a las que nos piden el 10% o hasta un 17% de ventas. Las compañías que no cobran un royalty se lo pueden permitir, ya que el beneficio lo obtienen al suministrar el producto al franquiciado.

El precio a pagar por el franquiciado debe tener una compensación con el servicio y valor aportado por parte del dueño de la franquicia. Ese valor del que dispone el franquiciado estará equilibrado por el coste de esos mismos servicios. Hay varias formas de calcular ese importe. Pueden ser:

  • Importe a pagar fijo.
  • Una cantidad semi fija.
  • Una cantidad que sea mixta entre variables y fijos.
  • Variables, en función de las ventas.
  • Variables, en función de las compras.

Cálculos royalty

El precio del royatly no está regulado, es decir, no hay un mínimo obligatorio, ni contenido específico. Si hablamos del mercado, el porcentaje en el que puede estar es entre un 0% y 10% respecto a ingresos, dependiendo del sector y de la marca. Al hacer un análisis de una franquicia, es recomendable comprobar que ese valor aportado por el dueño justifica el porcentaje. De lo contrario, estaremos pagando un precio excesivo, difícil de mantener en el futuro.
En cuanto a las ventas, el porcentaje suele ser el mismo que el de compras, siendo un 5% el más utilizado.

Al calcular dicho royalty, hemos de tener en cuenta varios factores como:

  • La prestación del servicio continuo a la persona franquiciada y su coste directo.
  • Valor proporcionado por su servicio central para el franquiciado por reducción del coste y aumento de los ingresos.
  • Desarrollo y dimensión de su red, comparando con la estructura de la franquicia central.
  • Rentabilidad para el franquiciado y para el franquiciador.

Una vez hayamos analizado estas variables dadas, podemos obtener una fórmula para equilibrar la franquicia. En ese calculo, se crea una cuenta para resultados del franquiciado y para la central. Después, calculamos ese coste directo que supone el alta de dicha franquicia nueva y su coste unitario directo para la ayuda a cada local franquiciado. Calcularemos el impacto en esa cuenta de los resultados correspondientes al franquiciado que supone dicho royalty al establecimiento, al margen del sector. Por eso es importante hacer el cálculo respecto a ese valor real añadido.

Valoración de la franquicia

Independientemente de que el royalty suponga un desembolso bajo o alto, hemos de prestar atención a otros factores. Ese precio no determina la calidad de la franquicia. De ello va a depender las funciones facilitadas y ofrecidas por su central y el valor que nos ofrezca para bajar el coste y subir las ventas comparando con la alternativa a crear nuestro propio negocio.

Este importe a pagar tiene que ser totalmente justificado. No sería lógico pagar una cantidad determinadas en los siguientes años a cambio de una marca sin apenas popularidad que nos ofrece solamente la formación inicial. Para una oferta óptima es necesario que esta tenga una central que nos de un servicio realmente bueno. Si estamos pensando entre varias franquicias, hemos de comprar el importe de ellas, pero también lo incluye cada marca. Es clave entender este punto y saber qué ayudas tenemos, que ventajas o dificultades van con nuestra elección, etc.

Para todo esto, primero debemos saber de manera profunda qué es una franquicia y en qué consiste. Cuando buscamos negocios rentables, suele ser una de las primeras opciones que pensamos. Pero esto no quiere decir que toda franquicia sea un éxito. Por eso se ha de hacer un proceso de selección.

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Consejos

Cuando queremos emprender, solemos buscar cómo iniciar un negocio sin dinero o con ayudas de otro tipo, como las prestadas por la franquicia. Para elegir la que mejor nos viene, hemos de valorar ciertas características como:

– Clientes. Saber si la marca con la que estas dispuesta a iniciar un negocio es capaz de aportarme clientes que me facturen. También si es capaz de conseguir atraer a clientes, ya sea por su estrategia comercial, popularidad u otras herramientas de marketing.
– El producto. No simplemente se trata de montar un negocio y empezar a ganar dinero. Para que esa idea sea sostenible en el tiempo, se ha de tener un producto de calidad que pueda venderse.
– Comparación con tu propio negocio. En este apartado, podemos señalar las ventajas y desventajas de cada alternativa. Al hacer este ejercicio, veremos los puntos débiles y fuertes de cada una de ellas. De esta manera, podemos saber qué puntos débiles son más factibles para soluciones.

Como podemos comprobar, no simplemente se trata de pagar una cantidad de dinero y que nos hagan el trabajo. Somos un franquiciado, pero también responsable de ese local. Sería un error pensar lo contrario o no analizar bien la decisión que se va a tomar. Una franquicia puede ser una inversión realmente buena o todo lo contrario. En gran parte depende de cuál elijamos.

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